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Con la excandidata a vicepresidenta por el FA

Villar: Algunos legisladores oficialistas tienen iniciativas que dañan la democracia

Según sus palabras, algunos representantes de Cabildo Abierto buscan profundizar el odio y la brecha en la sociedad al reimpulsar discursos usados por los “dictadores”, que pretenden banalizar las organizaciones de derechos humanos internacionales, criminalizar la protesta social y establecer la impunidad para los militares que cometieron delitos de lesa humanidad.

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Caras y Caretas Diario

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La excandidata a la vicepresidencia por el Frente Amplio (FA), Graciela Villar, dijo a Caras y Caretas que algunos legisladores del gobierno están impulsando iniciativas que dañan la democracia, como es la aprobación de la Ley de Urgente Consideración o la reinstalación de la Ley de Caducidad.

“Nos preocupa que se esté generando desde el Parlamento, a partir de iniciativas de legisladores, acciones que tiendan a rebajar la democracia que hemos construido con muchísimo esfuerzo en estos 40 años”, reflexionó Villar.

Incluso señaló que algunos representantes de Cabildo Abierto (CA) buscan profundizar el odio y la brecha en la sociedad al reimpulsar discursos usados por los “dictadores”, que pretenden banalizar las organizaciones de derechos humanos internacionales, criminalizar la protesta social y establecer la impunidad para los militares que cometieron delitos de lesa humanidad.

“Creo que hay algunos actores que están trabajando para profundizar la brecha, sobre todo algunos representantes de Cabildo Abierto que están poniendo en agenda temas que no son los que hoy estaban en el centro del debate político, como es la necesidad de una ley de impunidad para los militares […] y están incitando a generar realmente brechas que no deben existir en una sociedad en la que la tolerancia de lo distinto es lo que fortalece la democracia”, afirmó.

Consideró que es “terrible” que aparezcan palabras que fueron usadas por los dictadores y alertó que existe una “banalización” de la violencia que puede llevar casi al borde de la muerte a un joven militante o de los actos de terrorismo de Estado.

“Nos parece tremendamente preocupante que aparezcan en escena reivindicaciones de supuestos familiares víctimas de lo que fue en su momento el enfrentamiento del gobierno y organizaciones guerrilleras para tratar de reeditar una polémica en la sociedad uruguaya que fue largamente saldada, porque con esto se trata de poner un manto de olvido en que la ferocidad de la dictadura cívico militar en este país fue a partir de 1973. Cuando ya en este país no existía guerrilla fueron sometidos a prisión, a tortura, a violaciones y a desapariciones cientos de uruguayos que militaban a favor de la democracia”, agregó.

 

¿Cuáles son los desafíos del Frente Amplio de cara a las elecciones departamentales y en este nuevo rol de opositor que estará cumpliendo en estos próximos años?

Treinta años en la ciudad de Montevideo exigen una revisión y una puesta a punto de cuáles son los objetivos que hemos alcanzado en la transformación del departamento y cómo nos paramos a partir de una nueva realidad que va a estar signada por los rasgos o las decisiones del gobierno nacional, que van a impactar en forma determinante en Montevideo por ser el departamento que concentra mayor cantidad de población.

Los desafíos de un nuevo gobierno del Frente Amplio en la capital tienen que ver con desarrollar políticas dirigidas a los sectores que van a quedar particularmente vulnerabilizados después de la pandemia y seguir desarrollando el departamento como una ciudad inteligente, integrada a las dinámicas del siglo XXI, o sea que va a haber un doble desafío: evaluar lo que hemos hecho, criticar lo que no hemos resuelto y proponernos por lo menos cinco o seis énfasis que apunten al tema social, medioambiental, al trabajo, para que de alguna forma se pueda sortear esta nueva realidad que va a emerger en la pospandemia.

 

Otro tema que ha sido clave son las agresiones que han sufrido los militantes del FA en Salto. El presidente Lacalle Pou dice que no hay que buscar en estos hechos un rédito político y que en realidad no hay que apurarse a catalogar este tipo de situaciones. ¿Qué piensa sobre la actitud del mandatario y del gobierno con respecto a este tema?

En primer lugar, no puedo hacer rédito político cuando hay un compañero del Frente Amplio internado en el CTI gravísimo después de haber sido apuñalado en forma reiterada y con saña. Una compañera con tabique nasal deshecho, con puntos. Acá no sacamos rédito político, lo que tenemos que hablar todo el sistema político es de repudiar estos actos en cualquier escenario porque, en definitiva, sabemos que cuando la espiral de la violencia en el campo de lo político se desata, es muy difícil de controlar y, por lo tanto, nosotros esperamos que el presidente de la República, su partido y quienes lo respaldan en la coalición rechacen estos hechos. Si el escenario hubiera sido a la inversa, si hubiera sido un militante de la coalición multicolor que estuviera colgando pasacalles y un vecino cualquiera lo hubiera insultado, violentado y además lo hubiera acuchillado, ¿estaríamos hablando de que efectivamente acá no hay que sacar rédito político? Son preguntas que nos tenemos que hacer como militantes políticos.

La violencia en la política después de que se desató es muy difícil de controlar y lleva a fanatismos que han dañado a este país y que significan el deterioro más importante de la libertad de expresión en una democracia. Por lo tanto, yo esperaría una reflexión mucho más comprensiva de que estos hechos no vuelan a ocurrir. No son aislados porque ha habido otros hechos de violencia inéditos en la sociedad uruguaya, como quemar a una persona en situación de calle, como golpear a un ciclista con bates de béisbol, esas cosas que están apareciendo son las que tenemos que repudiar, apuntar a comprometernos a controlar.

 

¿Cree que el gobierno no está frenando estás acciones de odio, sino que aumenta aun más la brecha en la población?

Creo que hay algunos actores que están trabajando para profundizar la brecha, que sus discursos van en esa dirección, sobre todo algunos representantes de Cabildo Abierto que están poniendo en agenda temas que no son los que hoy estaban en el centro del debate político, como es la necesidad de una ley de impunidad para los militares que están involucrados en delitos de lesa humanidad, que critican las convenciones interamericanas de derechos humanos que Uruguay ha suscrito desde el año 85 a la salida inmediata de la dictadura, es decir, están cuestionando instrumentos de perspectiva de derechos humanos que necesariamente tiene que tener la democracia y están incitando a generar realmente brechas que no deben existir en una sociedad en la que la tolerancia de lo distinto es lo que fortalece la democracia.

Estamos hablando de los representantes de los partidos políticos, que muchas veces no tienen que ver con la mayoría de sus militantes, sino que son expresiones que han aparecido nuevamente en el Parlamento, que con asombro vemos que reeditan discursos contradictorios con los 40 años de democracia que hemos construido colectivamente.

Nos parece terrible que aparezcan palabras que fueron usadas por los dictadores como por ejemplo ‘vendepatrias’, ‘foráneos’, cuando se está hablando de organizaciones de derechos humanos que son una garantía ya no solo para nuestro país, sino de carácter universal.

Nos preocupa la banalización de hechos, de violencia que pueden llevar casi al borde de la muerte a un joven militante, la banalización de actos de terrorismo de Estado porque fueron hace 40 años; ni los cuerpos aparecen, ni sabemos dónde están los desaparecidos y no se juzgan los culpables. Nos parece tremendamente preocupante que aparezcan en escena reivindicaciones de supuestos familiares víctimas de lo que fue en su momento el enfrentamiento del gobierno y organizaciones guerrilleras para tratar de reeditar una polémica en la sociedad uruguaya que fue largamente saldada, porque con esto se trata de poner un manto de olvido en que la ferocidad de la dictadura cívico militar en este país fue a partir de 1973. Cuando ya en este país no existía guerrilla, fueron sometidos a prisión, a tortura, a violaciones y a desapariciones cientos de uruguayos que militaban a favor de la democracia. Nos parece realmente terrible que reaparezcan nuevamente discursos de la revancha que ponen a unos de un lado y a otros del otro para poder sacar las justificaciones de una propuesta de ley de impunidad o como la LUC, que establece que se vuelva a criminalizar la protesta sindical.

Nos preocupa que se estén generando desde el Parlamento, a partir de iniciativas de legisladores, acciones que tiendan a rebajar la democracia que hemos construido con muchísimo esfuerzo en estos 40 años.

 

El movimiento social está analizando si va a hacer un plebiscito o no. La posición dominante dentro del Frente Amplio en las últimas semanas ha sido que no se tiene que ir a un plebiscito, sino que hay que esperar. ¿Cuál es su opinión sobre este tema?

Esta situación del Frente es nueva, merece mucha reflexión. Creo que hay definir si vamos por un plebiscito contra la ley o no. Creo que sería un error de carácter táctico, hay que ir analizando paso a paso y construir los consensos con la ciudadanía que nos permitan poder desarrollar una acción por lo menos para derogar algunos de los aspectos de esta Ley de Urgente Consideración que entendemos son más graves. Me parece que tenemos que evaluar con mucho criterio fino cuál es el desarrollo de las fuerzas sociales para enfrentarse a esta ley.

Sería demasiado prematuro tomar una decisión hoy, creo que, en el contexto de pandemia, de aprobación en torno a cómo se han desarrollado las distintas medidas para controlar la covid-19 en Uruguay, se genera un estado de ánimo que capaz no sea el más propicio para empezar este diálogo con la ciudadanía. Incluso puedo asegurar que más del 50 por ciento de los ciudadanos uruguayos o más no saben ni siquiera el contenido de la LUC.

 

Hay una campaña sucia contra los candidatos del FA a la IM

 ¿Cómo observa al Frente Amplio de cara a las elecciones departamentales, sobre todo ante la aparición de varias denuncias contra distintos candidatos de la izquierda?

Estoy sintiendo preocupación con respecto a este tema. En primer lugar, porque la propuesta que hace el Frente Amplio a las candidaturas es potencialmente muy fuerte. El bloqueo que existe a nivel del gobierno nacional con relación a los medios de prensa se está repitiendo en Montevideo, en algo que podemos denominar una campaña sucia.

Hay sospechas sobre la idoneidad de los candidatos bajo la idea de que están manchados. Esto significa entrar en una deriva peligrosa para el libre ejercicio de la democracia en la que los medios bloquean a una candidata una vez más.

¿Cree que en estos momentos no existe la libertad de prensa?

Creo que la libertad de prensa no está en cuestión, lo que sí es claro es que los grandes medios de comunicación, que son cuasimonopólicos, están respondiendo a una tendencia hacia el respaldo del gobierno y sus representantes a nivel departamental. Hoy creo que solamente la Asociación de la Prensa del Uruguay podría plantear que no hay libertad. Sí hay una tendencia de los grandes medios a respaldar al gobierno.

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