Según relata el diario El País madrileño, “cuando estaba a punto de comenzar en la tarde del jueves la sesión de la Kneset (Parlamento) en la que iba a tomar posesión el nuevo Gabinete, el primer ministro en funciones, el conservador Benjamín Netanyahu, y su socio de coalición, el centrista Benny Gantz, anunciaron un aplazamiento del acto oficial hasta el domingo, tras el fin de semana judío”.
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Al parecer la pugna de última hora por el reparto de carteras en el seno del Likud, el partido de Netanyahu que ha acaparado ministerios durante la última década, forzó el retraso de la sesión a pesar de la oposición inicial de Gantz.
“Ambos líderes accedieron a formar un Ejecutivo de emergencia con el objetivo de hacer frente la pandemia de coronavirus, que en Israel ha tenido limitadas consecuencias sanitarias —unos 16.500 infectados y 264 muertes— pero que ha golpeado con fuerza la economía y ha disparado la tasa de desempleo por encima del 25%. Para ello acordaron turnarse en el puesto de primer ministro, en una rotación que iniciará Netanyahu durante los próximos 18 meses. Gantz ejercerá mientras tanto como jefe de Gobierno adjunto”.
El reporte añade que “a pesar de la clara diferencia a favor de la derecha en números de escaños, los ministerios se han repartido por igual entre el bloque conservador —Likud, partidos ultrarreligiosos e independientes de derechas— y el bloque progresista —integrado por Azul y Blanco, la alianza centrista liderada por Gantz, y los últimos restos del histórico Partido laborista—, lo que ha dificultado el reparto de puestos que correspondían a la cuota de Netanyahu. Varios exministros salientes anunciaron que boicotearían la sesión de la Kneset si no se mantenían en el cargo”.
La nueva legislatura está llamada a poner fin a un quinquenio de hegemonía conservadora, bajo el Gobierno considerado más conservador en la historia del Estado judío. El retorno a las fórmulas tradicionales de coalición de centroderecha, más acordes con una representación real de la sociedad, reintroduce el pragmatismo y un horizonte de moderación en la política israelí.