Tras cinco horas de careo la viuda de Álvaro Balbi, militante comunista asesinado durante la dictadura, reconoció al expolicía Ricardo Medina como el funcionario que allanó su casa hace 46 años y a quien vio y habló con él en Inteligencia de la Policía cuando fue a preguntar por su compañero la noche siguiente.
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Según indicó el semanario El Popular en su edición web a 46 años, dos de los acusados por el crimen declararon ante la justicia. Se trata de los represores y ex oficiales policiales José Felipe Sande Lima y Ricardo Medina.
La audiencia se llevó a cabo en el juzgado Penal de 23° Turno, a cargo de la jueza Isaura Tórtora.
Los acusados, como es su costumbre, agrega El Popular, negaron todo, incluso que durante la dictadura se hubiera detenido a “miembros del Partido Comunista”.
No obstante, ocurrió algo nuevo, Oscar López Goldaracena, el abogado que patrocina a la familia de Álvaro Balbi, llamó a Lille Caruso, su viuda, para hacer un careo con Medina.
Caruso identificó a Medina como el hombre que allanó su casa hace 46 años y a quien vio y habló con él en Inteligencia de la Policía cuando fue a preguntar por Alvaro Balbi la noche siguiente.
Músico y empleado
Álvaro Balbi era empleado y músico, estaba casado tenía 4 hijos pequeños y era militante del Partido Comunista de Uruguay.
Según indica la web Sitios de la Memoria, fue secuestrado el 29 de julio de 1975 mientras participaba de una reunión clandestina junto a otros 10 compañeros y compañeras.
El operativo estuvo a cargo de efectivos de las Fuerzas Conjuntas y dirigido por la Dirección Nacional de Información e Inteligencia. El grupo fue llevado primero a la sede de la DNII y luego a las caballerizas de la Guardia de Coraceros.
El 31 de julio su cuerpo es entregado a la familia, tenía visibles marcas de haber sido torturado. Su familia denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el asesinato.
El padre de Álvaro, el maestro Selmar Balbi escribió entonces una carta dirigida al dictador Juan María Bordaberry que jamás obtuvo respuesta. En dicha carta expresó:
«Al mismo tiempo que a Ud., llegará a estos amigos esta carta de buena fe; pero esta familia de mis amigos y los de mi hijo, y de los amigos, de los amigos, de los amigos se extiende por toda la faz de la tierra y a ellos llegará esta carta. Sólo pido justicia, como Ud. ve. No contiene más que hechos, interrogantes, palabras dichas. Todo agravio, toda denigración, toda ofensa ha sido callada, mordida. Sólo quiero justicia».