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«La privatización es un negocio de pocos para un mal de muchos», dijo presidente de FFOSE

«Si la intención del Gobierno es gestionar las obras de saneamiento y agua potable con privados, directamente está violentando la Constitución y privatizando un servicio que la población, en el año 2004, a través del plebiscito del agua, determinó que sea únicamente estatal», le dijo Gustavo Ricci a Caras y Caretas.

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Ricci hizo referencia a concesión del Puerto de Montevideo a Katoen Natie y a la Rendición de Cuentas y opinó que «las políticas del Gobierno generan incertidumbre sobre lo que va a significar el proyecto de saneamiento para 126 localidades en el interior del país, localidades con más de 2000 habitantes».

«La Constitución de la República es clara: el artículo 47 establece definidamente que la gestión del agua potable y el saneamiento se tiene que brindar por personas jurídicas estatales. Es decir, si la intención del Gobierno es gestionar las obras de saneamiento y agua potable con privados, directamente está violentando la Constitución y está privatizando un servicio que la población, en el año 2004, a través del plebiscito del agua, determinó que sea únicamente estatal».

En tal sentido, el dirigente sindical dijo que, desde FFOSE, se mantendrán atentos atentos a la situación. «Todavía estamos en los pormenores de los informes de factibilidad de la obra, pero ante este panorama de política general del Gobierno, tenemos incertidumbre de lo que puede pasar».

No resiste archivo

Para Ricci la participación de privados en la gestión del agua potable y el saneamiento, significaría «lucrar con un servicio esencial».

Además, recordó que existen antecedentes sobre malas experiencias de privatizaciones y exhortó a la población «que recurra a los archivos». » El Gobierno del doctor Jorge Batlle privatizó, en el departamento de Maldonado, el agua potable y el saneamiento mediante una concesión a una multinacional española y los resultados fueron nefastos: se quedaron con la recaudación, no hicieron las obras comprometidas y terminó, en el 2005, retirándose del país».

«Están claras las experiencias de que en materia de agua potable, saneamiento y servicios públicos [la privatización] no da resultado. Es un negocio de pocos para un mal de muchos», concluyó.

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