La polémica sobre la llegada de las vacunas no solo no ha amainado sino que viene creciendo y entre jueves y viernes sumó un nuevo capítulo. El anuncio del Instituto Butantán de Brasil –representante de Sinovac en América del Sur- acerca de que Uruguay no negoció la vacuna con ellos y la aclaración del gobierno sobre que la gestión la hizo un intermediario cuyo nombre se mantiene en secreto solo contribuyó a generar más dudas y desconfianza.
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Una reconstrucción de los hechos permite ver que tras semanas de idas y venidas el presidente Luis Lacalle Pou firmó dos decretos para autorizar al ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, y al secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, para negociar las vacunas.
La semana pasada Lacalle anunció que Uruguay cerró un acuerdo por las vacunas de Pfizer y Sinovac.
Al día siguiente agregó que las vacunas comenzarían a llegar a fines de febrero marzo.
Sin embargo el prestigioso Instituto Butantán de Sao Paulo, único intermediario autorizado por China para comercializar la Sinovac, aclaró que no acordó con Uruguay.
Por su parte Lacalle dijo en conferencia de prensa que en realidad acordó con otro intermediario.
Este viernes las autoridades de Sinovac informan que hay en el mundo gente que falsificó certificados de autorización.
Sin embargo, en una nueva vuelta de tuerca, fuentes del gobierno le dijeron a El Observador que en realidad acordó directamente con Sinovac.
Así las cosas hasta el momento no hay certezas sobre que vacunas llegarán al país y en que fecha.
Notas a Pfizer y Sinovac
Por esta razón el diputado del Frente Amplio (FA) Gustavo “Tato” Olmos envió “notas a Pfizer y Sinovac, solicitando se autorice al gobierno uruguayo a excluir de las cláusulas de confidencialidad la información de cantidades, plazos de entrega y precios en la compra de vacunas contra el covid-19″.
Agregó que Costa Rica y Panamá «ya han publicado los precios”.
El tema no está laudado y ya comenzó a circular en las redes el reclamo de que se dé a conocer quién es el intermediario.