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Economía

Con el ingeniero Juan Grompone

Marx hoy, un libro destinado a la polémica

El ingeniero industrial marxista, devenido exitoso empresario informático, novelista policial, historiador, académico y polemista, acaba de publicar un libro destinado a la polémica, ya que aborda críticamente la trayectoria de continuadores de Marx como Vladimir I. Lenin y analiza el fracaso del socialismo real.

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Los uruguayos suelen considerar acertadamente al ingeniero Juan Grompone como un hombre del Renacimiento. Su trayectoria, su oceánica versación y la multiplicidad de aspectos de la realidad que abordan sus libros y su conversación constituyen la prueba principal de esta afirmación.

Por Martín Narbondo

Como hombre de izquierda de todas las horas, contempla con cierto dolor la actual coyuntura y señala deberes pendientes a la izquierda uruguaya, que relaciona la dialéctica con la lógica formal, pero no deja de pensar el presente y el futuro de Uruguay. Tampoco deja de pensar en la inserción de nuestro país en la Cuarta Revolución Tecnológica, y particularmente en las tecnologías de la información, que constituyen el camino que puede llevarnos al desarrollo.

 

¿Cree usted que se mantienen vigentes las categorías esenciales del pensamiento marxista tales como la sociedad de clases, la lucha de clases, la explotación del hombre por el hombre, la apropiación de la plusvalía y demás?

Sí, en todas esas, pero no creo en la dictadura del proletariado.

 

¿El libro Marx Hoy es una actualización de la quinta parte de La Danza de Shiva?

No. Este libro forma parte de una trilogía sobre el marxismo, cuya primera parte es Las leyes de El Capital –cuya última versión publiqué en internet en 2003- y la segunda, Estudios sobre Lógica Dialéctica, cuya versión más reciente, también publicada en internet, es de 2017.

Este libro se ocupa de la actividad política y del materialismo histórico.

 

¿Cómo podríamos caracterizar su contenido?

Lo que contiene son tres partes: la primera analiza la obra de Marx y Engels (para lo cual trabajé con las obras originales escritas en sus idiomas de origen, como por ejemplo los comentarios sobre la colonización de la India, que están en inglés; la segunda analiza las ideas de Lenin y otros continuadores, hasta llegar al socialismo real y su fracaso.

La tercera parte es  una exposición sistemática del materialismo histórico.

 

¿Cuál es su objetivo con este volumen en particular?

Es recuperar una visión ajustada del  pensamiento de Marx y su evolución.

En general se piensa que su obra fundamental es el Manifiesto Comunista, pero el Marx estudioso de Inglaterra (donde disponía de grandes bibliotecas) cambió su punto de vista desde la filosofía hacia la economía hacia 1849. Este cambio, llamado por algunos «la revolución teórica», es lo que generalmente no se considera el pensamiento final de Marx, que está expresado especialmente en El Capital.

El libro explica y expone ese cambio ideológico fundamental, cuyo no reconocimiento es el punto crítico de la mala interpretación que han hecho de Marx muchos de sus continuadores.

 

¿A quién o quiénes nos estamos refiriendo?

La segunda parte se ocupa de estos continuadores, comenzando por Vladimir I. Lenin. Yo diría que Lenin reemplazó las ideas del último Marx por la acción de un partido de revolucionarios profesionales. Para Marx, el capitalismo generaría en su desarrollo a su sepulturero, y por lo tanto no desaparecerá la sociedad capitalista mientras no llegue a su pleno desenvolvimiento.

Lenin creía que la acción de un partido político era capaz de destruir el modo de producción capitalista. El fracaso del socialismo real mostró que el capitalismo seguía intacto.

Antonio Gramsci, un continuador de Lenin, se  animó a escribir en contra de El Capital y defender a ultranza el poder de la voluntad sobre la economía y la realidad material.

Creo que el punto de vista marxista consiste en aceptar que solo el desarrollo completo del capitalismo, y a nivel de todo el planeta, terminará por destruirlo dando origen a una nueva sociedad, a la que me referiré más tarde.

 

¿Hay otros pensadores que se autorreconocieron como marxistas y se desviaron del pensamiento del último Marx?

Yo diría que la mayoría de los pensadores que se proclamaron seguidores de Marx en realidad son leninistas. Esto comprende desde Joseph Stalin hasta el Che Guevara. Es oportuno recordar que el foquismo de Guevara aconsejaba «construir dos, tres, muchos Vietnam». Luego de una guerra de liberación contra Francia y otra contra Estados Unidos, y de construir el socialismo real, se transformó en un país capitalista que hoy es un país de desarrollo y pertenece al Primer Mundo.

 

¿Quiénes fueron, en su opinión, los seguidores del pensamiento de Marx?

Fueron pocos. La más notable de todos fue Rosa Luxemburgo, que polemizó abiertamente con Lenin su idea del Partido y su falta de democracia. Fue asesinada por la represión alemana, lo cual demuestra su peligrosidad real.

 

¿Y qué puede decirnos del socialismo real?

Lo primero a precisar es que el socialismo real abarcó la URSS, los países de Europa del este que giraban en su órbita, Cuba, China y Vietnam.

Para Marx, la sociedad capitalista es una sociedad en la que el trabajador es asalariado, es decir, vende su capacidad para trabajar al propietario de los medios de producción. Ninguno de los países del socialismo real eliminó al trabajador asalariado.

Desde el punto de vista de Marx, estos eran países capitalistas con el Estado como propietario de los medios de producción. Esta situación es coherente con la acción leninista, que jamás se preocupó de eliminar el trabajo asalariado y siguiendo el Manifiesto Comunista, creía que bastaba con estatizar todos los medios de producción para crear una sociedad nueva.

 

¿Es por esto que fracasó el socialismo real?

El desarrollo del socialismo real, que en realidad es un «capitalismo de Estado», no hizo otra cosa que mostrar todos los defectos que tenía la propiedad estatal y condujo a su fin. Esto ocurrió con la privatización total o parcial de los medios de producción, y por lo tanto provocó el regreso a un capitalismo de tendencia liberal. Se dio en China especialmente, donde comenzó este proceso con la toma del poder por parte de Deng Xiao Ping en 1978. Se creó un pujante capitalismo que hoy es la segunda economía del planeta, en cantidad y calidad, es decir, por el volumen de su producción y por su desarrollo tecnológico .

 

¿Cuál sería entonces a su juicio la forma de hacer la revolución en nuestros días?

Quiero citar aquí el Manifiesto Comunista, que dice que «el capitalismo es una sociedad altamente revolucionaria que está cambiando toda la sociedad y la tecnología y la ciencia». Tal como afirma el último Marx, el capitalismo no desaparecerá hasta que haya dejado de cumplir su misión.

 

¿Cuándo estima que desaparecerá el capitalismo?

Un modelo matemático permite estimar que hacia 2060 el capitalismo habrá cubierto todo el planeta. Hoy le faltan África y porciones de Asia y América. En ese momento es que es posible que el capitalismo se encuentre con su sepulturero.

 

Pero ¿no sería posible que el capitalismo cubra todo el planeta y se sigan manteniendo las relaciones de producción capitalistas, es decir, que subsista la lucha de clases y la explotación del hombre por el hombre?

La sociedad capitalista solo puede existir a condición de crecer continuamente. En el momento en que todas las necesidades materiales estén satisfechas, no tiene sentido continuar aumentando la producción y no habrá incentivos para la existencia de la sociedad capitalista.

 

¿Y cómo sería la sociedad que sucedería al capitalismo?

Desde el punto de vista marxista, la historia es no determinista. Podemos estimar que una sociedad se termina, pero no podemos saber nada de qué sucede después. El examen del pasado histórico muestra que nunca una revolución de un modo de producción logró construir una sociedad fraternal.

Los ejemplos más claros están en el cristianismo, que construyó un feudalismo salvaje; los puritanos en Nueva Inglaterra que construyeron el capitalismo a partir de 1776, y el socialismo real, que pretendía construir una sociedad fraternal y no cambió el capitalismo.

Reitero, la historia es no determinista.

El no determinismo de la historia se puede ilustrar con un ejemplo. Las leyes del movimiento de la atmósfera se conocen perfectamente, sin embargo, la predicción del clima es siempre imprecisa. Los matemáticos han encontrado que fenómenos que obedecen a leyes muy simples tienen un comportamiento caótico, el llamado «caos matemático». El tema es que cualquier pequeña variación puede provocar un cambio gigantesco en el resultado.

Con Eric Hobsbawm en París
Por el 150º aniversario del Manifiesto Comunista se organizó en París en 1998 un festejo internacional que tuvo lugar en la Biblioteca Pública. El encuentro consistía en la presentación de una serie de ponencias sobre el Manifiesto Comunista. Las actividades comenzaron con una exposición del historiador Eric Hobsbawm (1917-2012), que abordó el tema de la introducción y vigencia del Manifiesto Comunista. Tuve el honor de ser invitado y presenté dos trabajos sobre el tema. Como dato anecdótico, las actividades finalizaron en el anfiteatro de La Sorbona con todos los participantes cantando La Internacional, en distintos idiomas. Lamentablemente, los 150 años de El Capital, que tuvieron lugar en 2017, no fueron objeto de un encuentro semejante. Esto es todo un diagnóstico de la situación de la izquierda marxista en el mundo.

 

La novela sobre el asesinato de Olaf Palme

¿Qué está escribiendo actualmente?

Estoy haciendo una nueva versión de Las leyes de El Capital, y en ratos perdidos avanzo sobre una novela policial sobre el asesinato del recordado primer ministro sueco Olaf Palme (1927-1986).

La novela gira acerca de los llamados «investigadores Palme», que desconfiaron de las versiones oficiales sobre la muerte. Un sobrino mío, ya fallecido, formaba parte de ese grupo y tenía información de primera mano acerca de lo que todo indica que habría sido un «asesinato de Estado» con participación relevante de factores de poder, como ocurrió en el asesinato del presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy en 1963.

 

Un hombre del Renacimiento
Hijo de Antonio Grompone (1893-1965), destacado educador, escritor y abogado, fundador y primer director del Instituto de Profesores Artigas, figura principal de la Masonería del Uruguay, Juan Grompone (1939) es ingeniero industrial (opción Comunicaciones), egresado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República. Recibió el Premio Ingeniero Eminente por la Región Latinoamericana (IEEE, 1991) y el Maimónides (B’nai B’rith del Uruguay, 2002) por la trayectoria en el área de Informática. Es miembro de la Academia Nacional de Ingeniería, Uruguay, desde 1993. Miembro de la Academia Nacional de Letras del Uruguay desde 1996. Asesor del Plan Ceibal hasta el año 2007. Tiene publicados más de 150 artículos, libros de lógica, epistemología, divulgación científica, literatura y otras áreas, y ganó el primer premio en narrativa en 1991 y el primer premio en ciencias sociales en 2015, otorgados por el MEC. Entre sus obras figuran: Asesinato en el hotel de baños (1990, Premio de Narrativa del MEC 2001); Conexión MAM (1994); Yo hombre, tú computadora (1992); Rosa del tercer milenio (2002); El paradigma del laberinto (2011); Nirvana Dos (2012); La danza de Shiva I, II y V (2013, 2009 y 2001). La Cámara Uruguaya del Libro le otorgó en 2012 el Premio Bartolomé Hidalgo a la Trayectoria.

 

 

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