El año pasado se registraron 11 fallecimientos infantiles menos que en 2017, cuando se verificó una tasa de 6,6 muertes cada 1.000 nacidos vivos, el menor guarismo desde que se lleva esa estadística en Uruguay.
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Para el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, esas cifras acercan a Uruguay al mundo desarrollado.
Señaló Basso, en cuanto a mortalidad infantil, que se mantiene la tendencia de las últimas décadas y se ubica en 6,7 cada 1.000 nacidos vivos, el registro más bajo junto con el de 2017, de 6,6.
El año pasado fallecieron 269 niños, 11 menos que en 2017. El valor se calcula tomando en cuenta que se registraron 2.897 nacimientos menos.
En el periodo perinatal
Sobre las causas de mortalidad, el 90 % se da en el período perinatal, vinculado a prematurez y malformaciones congénitas.
En cuanto a la mortalidad posneonatal (entre los 29 y los 364 días de vida), el año pasado fallecieron 9 niños menos que en 2017 por causas exógenas, como infecciones respiratorias, diarrea y síndrome de muerte súbita del lactante.
Por su parte, el subsecretario de Salud, Jorge Quian, indicó que la baja de la mortalidad infantil no solo depende de las políticas sanitarias sino también de las sociales. Abogó por una buena educación de las madres, porque los estudios evidencian que eso incide directamente en la salud de sus hijos.
Durante 2018 se registraron 40.139 nacimientos y la cantidad de fallecimientos generales llegó a 34.269, lo cual no implica una situación crítica desde el punto de vista demográfico.