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Mundo Casa Blanca |

Brasil no se arrodilla

Lula responde a las amenazas de Trump y reafirma la soberanía brasileña

El presidente brasileño Lula Da Silva defendió la independencia del país frente a presiones externas y llamó a vivir el momento histórico “con la frente en alto”.

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El presidente Luiz Inácio Lula da Silva elevó el tono tras las declaraciones de la Casa Blanca, que volvió a colocar a Brasil en el centro de sus advertencias. El gobierno de Donald Trump, fiel a su estilo confrontativo, aseguró que está dispuesto a usar “todos los instrumentos disponibles, incluidos el poder económico y militar”, para responder a lo que considera violaciones de la libertad de expresión en cualquier rincón del mundo.

La afirmación llega en un contexto particularmente delicado: el Supremo Tribunal Federal (STF) juzga a Jair Bolsonaro, aliado de Trump, acusado de encabezar el intento de golpe de Estado en Brasil.

“No nos doblegaremos”

Desde Manaus, en pleno corazón de la Amazonía, Lula envió un mensaje directo: Brasil no aceptará presiones extranjeras ni amenazas, vengan de donde vengan.

“Este país necesita vivir este momento histórico con la frente en alto. Somos soberanos, independientes y no necesitamos que nadie se entrometa aquí”, expresó el mandatario ante un público que lo ovacionó.

La frase resonó como una respuesta a Washington y, al mismo tiempo, como un llamado a la unidad nacional frente a las turbulencias políticas internas y externas.

Una defensa con valor simbólico

No fue casualidad que Lula pronunciara esas palabras en la capital amazónica. Allí lanzaba el Programa de Unión con Municipios para la Reducción de la Deforestación y los Incendios Forestales, una iniciativa que busca articular esfuerzos locales y nacionales contra uno de los problemas ambientales más urgentes del país.

En ese escenario, con el telón de fondo de la selva codiciada por su riqueza mineral, el presidente reafirmó que Brasil es dueño de su territorio. “Somos dueños de nuestra tierra”, enfatizó, recordando la importancia estratégica y geopolítica de la Amazonía.

La Amazonía: riqueza, presión y desafío

El discurso no evitó una cuestión incómoda: el uso de los recursos naturales. Lula advirtió que la selva no debe ser vista como un santuario intocable, pero tampoco como un botín a disposición del mercado.

“La Amazonía no es un santuario. Debe ser explotada correcta y responsablemente, tomando lo que se pueda tomar y reponiendo lo que se pueda, garantizando que siga siendo un recurso fundamental para la supervivencia del planeta”, señaló.

De esta forma, el mandatario buscó un equilibrio entre la preservación ambiental y el desarrollo económico, consciente de las presiones internacionales que reclaman mayores compromisos ecológicos y, al mismo tiempo, de las necesidades de millones de brasileños que dependen de esas tierras.

Un pulso que recién comienza

El cruce verbal con Trump abre un nuevo capítulo en la relación bilateral. Mientras en Washington se multiplican las advertencias, en Brasilia se refuerza la narrativa de soberanía e independencia.

Lula parece decidido a no ceder: defender la Amazonía como patrimonio brasileño, marcar distancia de las presiones externas y consolidar un discurso que combine orgullo nacional con un modelo propio de desarrollo sostenible.

El mensaje desde Manaus fue claro: Brasil no se arrodilla.

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