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Política

Con el puño cerrado

Falleció José Díaz, histórico referente socialista y frenteamplista

José Díaz fue el primer ministro del Interior en el inicio de los gobiernos frenteamplistas que encabezó Tabaré Vázquez y un militante de todas las horas.

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Uruguay lamenta hoy el fallecimiento de José Díaz, una personalidad cuya trayectoria marcó profundamente la historia política y social del país. Reconocido por su inquebrantable compromiso con la justicia social, la democracia y el socialismo, Díaz deja un legado de militancia coherente y visión estratégica que perdurará en la memoria colectiva.

Desde sus inicios en el Partido Socialista, José Díaz abrazó con pasión las luchas del pueblo uruguayo, convencido de que la transformación de la sociedad solo sería posible desde la unidad y el compromiso militante. Su estilo, siempre sereno y firme, lo convirtió en un referente respetado por todos los sectores de la izquierda nacional.

Uno de sus mayores aportes fue su rol protagónico en la construcción del Frente Amplio. Desde sus orígenes, Díaz fue una pieza decisiva, aportando su mirada estratégica y su vocación de diálogo para tender los puentes que permitieron conformar la fuerza política más importante de Uruguay. Su fidelidad a este proyecto colectivo fue incuestionable a lo largo de su vida.

José Díaz fue ministro del Interior en el primer gobierno del Frente Amplio y una de sus primeras acciones fue la de prohibir el espionaje policial sobre organizaciones sociales y partidos políticos, una práctica recurrente aun en democracia y como parte de la impunidad.

Quienes compartieron con él la trinchera del Partido Socialista lo describen como un compañero generoso, siempre dispuesto a enseñar y a construir con humildad. Fue un militante discreto, de esos que hacen camino sin buscar reconocimiento, pero que dejan huellas profundas en el andar colectivo.

Su partida física representa una pérdida significativa, pero su ejemplo permanece. En un momento donde los valores políticos a menudo parecen diluirse, la figura de José Díaz nos recuerda una forma diferente de hacer, sentir y vivir la militancia, anclada en principios éticos y solidarios.

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