Una investigación de la Justicia británica publicada este jueves acusó directamente al presidente de Rusia, Vladimir Putin, de ser el responsable del asesinato del ex espía ruso Alexander Litvinenko, ocurrido en Londres en 2006. El informe de pesquisa, dirigida por el juez Robert Owen, señala que “probablemente” el mandatario diera la orden a los servicios de inteligencia rusos (FSB) de matar a Litvinenko, asesinado mediante la introducción de polonio en un té durante una reunión en el bar de un hotel en la capital del Reino Unido. Las conclusiones apuntan a los agentes rusos Andrei Lugovoi y Dmitri Kovtun como los ejecutores de la operación. «Cuando Lugovoi envenenó a Litvinenko, es probable que lo hiciera bajo la dirección del FSB. Añadiría que veo eso como una fuerte probabilidad. He concluido que Kovtun también tomó parte en el envenenamiento», señala el texto que fue resultado de un año y medio de audiencias. El magistrado británico sostiene que el ex agente era percibido por el FSB como “alguien que había traicionado a la organización” y su envenenamiento se produjo en dos reuniones. Luego de integrar las filas de la Inteligencia rusa, Litvinenko comenzó a trabajar para el MI6, el servicio secreto del Reino Unido, y además asesoraba a la policía española en operativos contra la mafia rusa. Su muerte se catalogó como el primer acto de terrorismo nuclear de la historia.
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En las investigaciones posteriores al envenenamiento se halló contaminación radiactiva en muchas partes del hotel donde ocurrió el hecho. Litvinenko murió luego de tres semanas de terrible agonía y tuvo que ser enterrado en un ataúd de plomo para evitar fugas radiactivas. Una foto suya en la que se le ve hospitalizado, sin pelo, recorrió el mundo y poco antes de fallecer un comunicado a su nombre acusó a Putin, a quien dijo que «el grito de protesta de todo el mundo sonará en sus oídos el resto de su vida». Desde Moscú Rusia se ha negado a extraditar a los dos agentes sospechosos y ha descartado cualquier colaboración con las pesquisas. Desde Moscú el ministerio de Relaciones Exteriores declaró que la investigación estuvo «sesgada políticamente» y careció de «transparencia». Tras conocerse el informe británico, Lugovoi rechazó nuevamente su participación en el hecho y catalogó de «absurdas» las conclusiones. Sin embargo, la prensa europea ha señalado que en comunicaciones de los dos agentes con su superior se ve la participación del Estado ruso. Dichas comunicaciones fueron interceptadas por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Agente renegado Veterano de la guerra de Chechenia (1994-1996), anteriormente Litvinenko había trabajado para la KGB, los servicios de inteligencia soviéticos, y después en el FSB, el organismo que le sucedió. No obstante, se volvería en contra de esa agencia luego de que en 1998, él y otros agentes la acusaran de un complot para matar a Boris Berezovsky, un oligarca cercano a Putin y luego opositor del mandatario. Fue juzgado bajo cargos de abuso de poder y compra de explosivos, pero fue absuelto y tiempo después huyó de Rusia para refugiarse en el Reino Unido.