En una nota publicada por el diario El País el 5 de diciembre, titulada Pagan US$ 2.500 por difamar a edil blanco, se informó que los “militantes frenteamplistas” Pedro Hernández y Nelson Curbelo pagaron la suma mencionada anteriormente al edil del Partido Nacional Edgardo Gutiérrez, en “un inusual acuerdo reparatorio” por un caso de “difamación e injurias tramitado en la Fiscalía de Paso de los Toros”.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Los acusados hicieron llegar a Caras y Caretas Portal un descargo con correcciones y desmentidos sobre la nota publicada por el diario antes mencionado, y en el que expresan su versión de los hechos.
A continuación publicamos tal cual llegó a este medio la carta de Pedro Hernández y Nelson Curbelo.
Las opiniones y afirmaciones vertidas en el siguiente texto corren por cuenta de los susodichos.
El colmo de la inmoralidad, y el precio de la honestidad
En el día 5 de Diciembre el diario el El País publicó bajo el titulo:
Pagan US$ 2.500 por difamar a edil blanco Dos militantes frenteamplistas, ……………..
¿La delincuencia de guante blanco?
Se están utilizando vacíos legales, que permiten a inescrupulosos amparados en estos, chantajear a personas, comprometiendo a jueces en su obligación de hacer cumplir las leyes y quedar de rehenes de situaciones que terminan avalando el chantaje.
Parece que se está creando un negocio por parte de abogados sin ética el chantajear personas en redes sociales, incluso inventando ofensas inexistentes y absurdas.
Uno de estos casos, fue publicado en El País, con datos que no fueron vertidos por nadie de la parte acusada, y estamos seguros que tampoco la jueza, actuaria o fiscal lo hicieron.
Esta nota dice inexactitudes, propia de gente que no tiene ética, ni moral, que juegan a hacerse los ofendidos por tener campo. Sí, aunque parezca de locos fue así, ya que la acusación fue que alguien dijo que tenía un campo que fue utilizado por una avioneta que trasportaba droga, nadie acusó de delito alguno al dueño del campo, solo de ser su propietario, las deducciones corren por cuenta de quienes las hagan y no de los acusados, que además no harían pasar a un Sr. que ni sabían que existía, por un tonto que descarga droga en su propio campo.
En realidad, el tema no era ni el campo, ni su dueño, sino el insólito hecho ocurrido, que fue de público conocimiento.
El tema es que parece ser que el campo era de otra persona con su mismo apellido y parece que la misma filiación política, según surgió de los comentarios que se realizaron en el juzgado, pero además quienes lo publicamos no lo escribimos, sino que lo reenviamos de un medio que lo publicó, como muchos otros, pero no constaba el link en uno de los casos, ya que en un caso se cometió el error de copiar y pegar.
Fueron dos publicaciones reenviadas, Curbelo lo hizo en Facebook y Hernández en Twitter y ninguno de los dos realizó ningún comentario de la publicación.
Algo extraño, fue que de los muchísimos que reenviaron la noticia por otros canales y de otros medios que nada tienen que ver con lo publicado por los acusados, Curbelo y Hernández, esos no fueron citados siquiera.
Tiene un tinte político partidario evidente, dado que los acusados son conocidos militantes del FA.
El abogado defensor del ofendido, en la primera comparecencia, antes de ingresar a la audiencia, llamó a la defensora de Hernández para decirle que lo único que quería era dinero, y pidió 3500 dólares como mínimo por cada uno, ahí mismo, cosa a la que no se accedió por supuesto.
En la audiencia reiteró que solo quería dinero, o sea le ponía precio a la moral de su cliente, algo muy triste (y realmente un hecho del que sí, se debería haber sentido ofendido).
Los acusados si la información era errónea, ofrecieron publicarla en todos los medios que se desearan, y pedir las disculpas del caso.
En el caso de Hernández desde el día de la primer citación en Montevideo, donde la policía se comunicó con la fiscal y así se lo comunicó, y consta en la declaración policial inicial, la que además aunque se dio opción de no firmarla, se firmó, al no tener nada de ocultar.
O sea, no se mintió, y se puso la cara. El precio de la honestidad.
Por tanto, si la información era incorrecta, aunque no se acusaba de ningún delito a quien se sintió ofendido, estaban dispuestos a hacer todas las publicaciones necesarias, cosa que si realmente lo hubiera reivindicado moralmente al Sr Edgardo Gutierrez, y que no creo que ocurra al haberle puesto un precio a su moral.
La noticia había sido publicada en un twitter en uno de los casos y en facebook en el otro, donde está la cara, nombre y datos de los titulares de la cuenta en el caso de los dos acusados y no con alias, como hacen quienes realizaron comentarios en el artículo del El País del domingo 5/12/21 y en las respuestas de unos pocos los amigos de Edgardo Gutierrez en el twitter (poco cultos por cierto), quienes insultaban a los acusados, a la fuerza política de los acusados que nada tiene que ver con los twitter, dado que no es una práctica de esta fuerza política hacerlo, como si vemos en las redes muchisimos trolls y bots, realizando acusaciones falsas constantemente , y desinformando. En general muestran un léxico agresivo e insultante.
Por lo que evidentemente no hubo daño alguno, para quien se sintió ofendido.
Poco sentido tendría acusar a alguien que no se conoce y que no es ninguna personalidad importante ni conocida fuera de su localidad, por parte de gente que habita a 300 km de ahí y no tienen idea de su existencia.
Poco interesante parece ser.
Quedó en evidencia que el objetivo era sacar dinero, y de paso por elevación si podían tratar de perjudicar al FA, utilizando un vacío legal.
Nadie sentenció ni obligó a nadie a resarcir al ofendido con 1250 dólares c/u, y no 2500 como se expresa en la nota del El País, ya que el costo, pérdida de tiempo, de horas de trabajo etc., en un juicio que a pesar de que seguramente se iba a ganar, y que luego apelarían, se arriesgaba a quedar merced de la subjetividad de un juez de apelaciones, arriesgando a tener costos muchos mayores de todo punto de vista, por más absurdo e injusto que sea.
Por lo que por razones de vivir en paz es que se compró la moral del Sr. ofendido.
Un hecho anecdótico fue que el abogado acusador, a pesar de haber recibido una tercera parte de lo que pidió (pedía 7000 o sea 3500 de c/u, recibió 2500, es decir 1250 de c/u ), no pudo contener su emoción de la obtención del dinero, ridículamente y generando vergüenza ajena, felicitó a la abogada defensora por excelente trabajo y a quienes fuimos acusados, por la caballerosidad y personas de bien (que debe haber sido lo único cierto que dijo), ante la cara de asombro que no pudo disimular la Sra. jueza, hecho además que consta en actas a pedido suyo.
______________________________________________________________________
El diario El País se negó a publicar la réplica, porque dicen que es un dictamen fiscal, cosa que si es así no es correcta información de lo debería ser el dictamen fiscal, y no creo la fiscal haya puesto cosas inexactas, y creemos que es necesario denunciar estas cosas, para detener algo que puede ser terrible para mucha gente.
Pedro Hernández – Nelson Curbelo