Las nubes son harto conocidas. Pero, ¿cuánto sabemos realmente de ellas?
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
- Las nubes están formadas por pequeñas gotitas de agua, unas al lado de la otras. Son tan pequeñas que no tienen el peso suficiente para caer sobre nosotros. Al juntarse, acumulan grandes cantidades de agua que pueden llegar a pesar muchas toneladas. Una nube cúmulo promedio (como aquella de los Simpson) pesa alrededor de mil toneladas.
- Se encuentran suspendidas por varias razones. Primero, porque son poco densas. Segundo, para que existan debemos tener corrientes de aire en ascenso que compiten con la fuerza de gravedad. Y tercero, están suspendidas por el peso de los gases que hay en la atmósfera debajo de ellas y que son mucho más densos que el vapor de agua.
- Una nube tipo cúmulo puede contener 300.000 litros de agua. Toda esta agua se encuentra distribuida en el volumen total de nube (1 kilómetro cúbico aproximadamente).
- Hay nubes que generan precipitaciones y otras que no. Todo depende del tamaño que alcancen las gotitas. Si las condiciones atmosféricas lo permiten, las pequeñas gotitas de una nube pueden crecer hasta alcanzar un peso suficiente que logre superar a la velocidad de ascenso de la nube y, en consecuencia, les permita caer.
- Las gotitas de agua dispersan todos los colores que componen a la luz del Sol, y como el blanco se compone de todos esos colores, vemos las nubes blancas. Cuando las gotas se vuelven más grandes son tan densas que la luz del sol no es capaz de atravesarlas. Esto produce un efecto de sombra o ausencia de luz, lo que se traduce en colores grisáceos u oscuros.
- Las nubes altas son formadas por ascensos de grandes masas de aire, lo que genera que se vean como parches en el cielo. Un ejemplo de ello son las nubes cirrus, las que están formadas por pequeños cristales de hielo.
- La presencia de las nubes genera que un 30% de la radiación solar que llega al planeta sea reflejada de vuelta al espacio, cumplen un rol de enfriamiento clave para mantener la temperatura media global de la Tierra. Durante la noche son capaces de almacenar y emitir calor hacia la superficie terrestre.