Por Pablo Silva Galván
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Hace un año y medio el socialista Daniel Martínez asumía al frente de la Intendencia de Montevideo (IM), convirtiéndose en el quinto intendente frenteamplista de la capital. Ahora, tras ordenar la interna de la comuna, se lanza a concretar las obras anunciadas: renovación total de avenida Belloni, nuevos sistemas de limpieza, obras de todo tipo en distintos puntos de la capital, una unidad alimentaria que sustituirá al Mercado Modelo y la instalación de un barrio de la ciencia y la innovación donde se encuentra ese establecimiento. Entre las reformas se cuenta la reestructura del transporte, la introducción de vehículos eléctricos y la creación de una sociedad que administre los servicios de transporte que circulan por 18 de Julio. Además, analizan prohibir la circulación de automóviles particulares por 18 de Julio entre la plaza Independencia y Daniel Fernández Crespo.
Martínez entiende necesario aplicar una combinación de educación y represión en algunas zonas para mejorar la limpieza, algo similar a lo sucedido con los excrementos de perro en la vía pública. Adelantó que será inflexible con la situación que se da en Carrasco, donde los propietarios arrojan en la calle, junto a los contenedores, enormes cantidades de pasto y podas. “Allí vamos a tomar medidas”, señaló. Estos y otros más son los desafíos que el intendente tiene para este año y sobre los cuales habló con Caras y Caretas.
Usted ya lleva un año y medio al frente de la Intendencia de Montevideo y recientemente dijo que 2017 será el año de las obras. ¿Cuáles serán?
Tras la aprobación del Fondo Capital, la creación del fideicomiso previsto demoró nueve meses debido a las exigencias del Banco Central, por lo cual recién fue aprobado en noviembre. A partir de ahí salimos a captar en Bolsa recursos o la promesa de ellos. No pedimos todo el dinero junto, vamos a ir captando recursos en la medida que se van necesitando. Y tuvimos que salir a hacerlo recién a fines del año pasado. Si bien lo que importa es la ideología, el objetivo político, creo que a la izquierda le sobran ejemplos en el mundo de que la ideología no alcanza si se gestiona mal. Hay que tener en cuenta que cuando uno está en el gobierno no maneja su plata, maneja plata de la gente. Por tanto, hay que ser hiperresponsable y eficiente, y no, por falta de gestión, malgastar el dinero público.
Ante esto hemos trabajado armando una oficina de proyectos que ha profesionalizado mucho la labor, utilizando estándares. Hay una estandarización que se llama project management o sea gerenciamiento de proyectos, que implica armar matrices de riesgo, hitos, saber en cada etapa cuánto se ha gastado, cuánto hay que gastar. Y es lo que estamos haciendo. A esto se agrega la transversalidad de los proyectos. Por ejemplo, Belloni no es un proyecto vial y nada más. Es un proyecto de saneamiento, de iluminación, de espacios públicos, es de ferias –hemos tenido que resolver el realojo de unos 4.000 feriantes que a lo largo de la semana están en ese tramo de Belloni–. Es un tema para tratar con los alcaldes porque afecta a sus territorios, Por eso hemos buscado trabajar transversalmente, teniendo cronogramas, matrices de riesgo, elementos de manejo de riesgo de los proyectos.
En cuanto a los proyectos del Fondo Capital, uno ya sale en marzo, otros saldrán en abril, otros en junio, pero el conjunto de proyectos del Fondo saldrán a licitación, con lo cual alguno de ellos a fin de año estará empezando.
A eso se suma que cuando se discutió el artículo 214 de la Constitución que reparte el 3,33% del presupuesto entre las intendencias, se concluyó que correspondía recalcular –como se había establecido en su momento– los indicadores de cómo se distribuía ese dinero entre los 19 departamentos. Ese recálculo daba que Montevideo pasaba del 12% al 20%, lo que generaba que 14 intendencias del interior verían disminuidos –algunas mucho– sus ingresos. Hay que saber que para Montevideo el apoyo del gobierno central significa alrededor de 10%, pero hay intendencias que les significa 70% y por tanto, para algunos, perder un porcentaje alto implica desfinanciarse. Por tal razón se votó en el Congreso de Intendentes y se acordó con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que Montevideo recibiera cien millones a través de un préstamo para obras viales de infraestructura. De este modo tenemos entre 20 y 21 proyectos de los cuales ya hay 18 encaminados.
¿Cuáles son?
Hay obras en avenida Italia, en Larrañaga, en Agraciada, en Burdeos, camino Carrasco. Más de 20 obras. Rambla México, Julio María Sosa, bulevar Artigas y Rivera, entre otras. Intervenciones que van desde reparación de pavimentos a instalación de semáforos, pasando por ensanche de tramos.
A eso se suma el proyecto de iluminación LED que implica cambiar 70.000 luminarias. La licitación se abrirá el 19 de abril. Hay que agregar también el proyecto de los estacionamientos subterráneos. No sé si todos los proyectos saldrán, pero algunos vamos a tener.
Será un año para seguir avanzando mucho en dos temas que son muy importantes: el expediente electrónico y la ventanilla única. Eso hace poco ruido, pero puedo decir que recibimos miles de mensajes y cartas reconociendo la rapidez y la simplificación de los trámites. Es un tema más que importante para la gente.
Tenemos que hacer las cosas bien porque manejamos recursos de los ciudadanos. Y esta intendencia tiene como norte los ciudadanos.
Usted ha hablado de cosas que no se ven, como las recién mencionadas, pero ¿qué otras hay?
Hoy hay 30 plazas con wi-fi y pretendemos llegar a 100 en esta etapa. Hay decenas de miles de conexiones de las cuales más de la mitad son turistas, pero hay muchos montevideanos y las vamos ampliando hacia zonas periféricas. Tenemos un plan para ir profundizando la digitalización y utilizar la tecnología para servicios a los ciudadanos.
Varias administraciones se plantearon reestructurar el transporte, pero los proyectos no avanzaron. ¿Qué pasará ahora? ¿Qué ideas maneja su equipo?
En el caso del transporte tuvimos primero que solucionar el tema de Raincoop (Rápido Internacional Cooperativo, cerrada a mediados de 2016), que fue un tema complejo. Con dolor en el alma, por lo que pelearon esos cooperativistas para defender su trabajo, pero sabemos que era un tema que tenía larga data. Lo tuvimos que afrontar porque no estábamos en condiciones de aumentar el subsidio. Hay gente que dice que la intendencia aumenta el boleto para hacer caja. No hay nada más tonto. No sólo no gana un peso, sino que la intendencia pone 31 millones de dólares en el subsidio de los diferentes tipos de boletos. Estamos ya trabajando en un cambio estructural del transporte. Estamos viendo la peatonalización de la Ciudad Vieja, pero también el proyecto por el que no se permitiría el uso de autos particulares en 18 de Julio, por lo menos hasta [Daniel] Fernández Crespo. Vamos a ver que las líneas sean únicas y compartidas creando una sociedad que vincule a las empresas existentes en el transporte por 18 de Julio.
Va a haber transporte eléctrico, hay que ver la modalidad, si van a ser trolebuses o a batería. Pero hoy hay varias empresas que circulan por 18 de Julio y la idea es que haya ómnibus que vayan y vengan por ese tramo. Para eso habrá que formar una sociedad –según el porcentaje de participación en el mercado de cada compañía– que administre ese servicio. Estamos avanzando, revisando líneas, paradas, recorridos. Hemos empezando a trabajar en un modelo que implique que la gente empiece a sentir al transporte público como algo que invite a ser usado. Yo creo que no es que tenga tan mala imagen. Es cierto que en algunas horas hay sobrecarga. Habrá que negociar y ver en qué forma se pueden fortalecer las líneas en algunos horarios. En eso estamos trabajando. El caso de Raincoop nos tomó casi un año de trabajo porque la crisis era tan grande que ni sindicato ni empresas aceptaban sentarse a negociar, pero bueno hay que avanzar.
Pero las empresas son privadas, trabajan en función de su rentabilidad. ¿Cómo va a lidiar con ellas para crear esa sociedad?
Muy sencillo. La intendencia tiene un límite: no puede seguir poniendo plata para subsidiar el boleto. Y ante la caída de la venta de boletos, ¿qué hacemos? Ellas son conscientes de eso. La caída de la venta de boleto viene en un 2% a 4% por año. Se han perdido decenas de millones de boletos y eso es la expresión de un problema estructural. Hay que revisar muchas cuestiones. En algunas avanzamos, como en la ampliación del uso de la tarjeta STM. Alguno puede decir que eso no es importante. No entiende nada. Es importantísimo. Desde que iniciamos la promoción, a partir de un beneficio económico, ha aumentado más de 30% su uso.
Ni que hablar que en referencia al tema de transporte y movilidad tenemos el Sistema de Gestión de Movilidad que nos da información, mucha y exacta, sobre los movimientos de tránsito y nos da insumos para el trabajo.
También con la cuestión de la movilidad debemos reconocer que había temas muy complicados: tanto la avenida General Flores como el intercambiador Belloni –en 8 de Octubre y José Belloni– tenían cuestionamientos importantes, y más a la luz de lo que pasó en el corredor Garzón. Trabajamos el tema con los vecinos, con las cooperativas y hoy Garzón, con modificaciones, es un éxito, y el intercambiador Belloni también lo es. Estoy convencido de que de esas cosas se aprendió.
Acá no hay nadie que sea un genio ni que desde una oficina tenga todo el conocimiento. Siempre hay que dar participación a todos los actores que estén vinculados al tema, escucharlos para conocer sus puntos de vista.
Tenemos el tema limpieza que es el que más nos ha desvelado. Llevamos solucionados más de 3.500 reclamos.
Ese es el tema que el ciudadano más ve.
Había dos problemas: uno –no quiero juzgar a nadie–, el mantenimiento. Por eso el Fondo Capital va a poner los recursos para tener polos logísticos, es decir, verdaderas áreas de mantenimiento. Buceo no es una planta de mantenimiento, es un espacio físico que no tiene las mínimas condiciones para ser una planta de mantenimiento. Prado es un poco mejor, pero casi lo mismo. Venimos pensando en armar polos logísticos, o sea mejorar las condiciones de trabajo, considerando una serie de aspectos con los que nos hemos comprometido con los trabajadores, pero aparte diseñado para dar buenos servicios de mantenimiento de los camiones. Además, tener stock de repuestos o tener política de stock. Todo eso hay que desarrollarlo y pensar en su diseño.
Ya están todos los camiones en Montevideo, nos entregan los últimos esta semana. Ahora vamos a poder reforzar los circuitos, pasar más veces por algunos lugares; en otros, agregar contenedores porque la densidad de población, como en Pocitos, obliga a poner más. Pero también tenemos que trabajar en políticas más profundas. Vamos a empezar con pilotos de reciclaje. Hay cooperativas de vivienda que nos están pidiendo reciclar y vamos a implementar un plan de recogida semanal. Hay un grupo de hoteles de un municipio que nos ofreció armar un sistema de clasificación. En tercer lugar, vamos a hacer en el Municipio C un plan piloto para reciclar. La experiencia del Centro, Cordón y Ciudad Vieja ha sido muy mala. Un porcentaje de gente tira cualquier cosa en cualquier lado. No se respeta la clasificación. Queremos ir a una etapa de clasificación voluntaria y trabajar sobre la educación de la gente. En marzo lanzamos una campaña educativa.
Sobre la limpieza de la ciudad, podemos decir que ya tenemos más de 400 puntos identificados en los que podemos probar que se limpia alrededor del contenedor y se vacía, y a la media hora hay tres bolsas en el contenedor y más de 50 afuera, y algunas rotas. Ahí hay vecinos y clasificadores poco responsables. Son minoría unos y otros, pero los hay. Estamos trabajando con el Ministerio del Interior, la Suprema Corte de Justicia, colocando cámaras y se sancionará a los responsables. Hay gente que no tiene más remedio que sufrir la sanción para cambiar. Pasó con la caca de los perros, hoy hay mucho menos que cuando empezamos a controlarlo. Se buscó educar y a su vez reprimir. Esa combinación es la que hay que usar.
Hay un lugar donde vamos tener que tomar medidas que es Carrasco: el nivel de corte de pasto y de podas domiciliarias que se pone al lado de los contenedores es descomunal. Además se termina generando un basural, porque pasa uno, ve las ramas y ya coloca una bolsa. Eso es responsabilidad del jardinero, pero mucho más es del propietario de la casa. Eso no puede ser. Para eso hay que coordinar el retiro de la poda. Porque no es verdad que la intendencia tiene la obligación de levantar podas. Hasta ocho bolsas se retiran y para eso hay que llamar al 1950-3000 y se levanta. Si no, hay que contratar a alguien que lo lleve. A Carrasco, el tiempo que le dedicamos para llevar pasto y poda de las casas grandes es un esfuerzo enorme. Además, según el Digesto Municipal, eso no le corresponde a la intendencia. Y es ilegal ponerlo al costado del contenedor.
Vinculado a este tema, pero no necesariamente vinculado a la limpieza, tenemos el Plan Veredas, que lo empezaremos este año. Es una cosa interesante. La iluminación, la poda y las veredas son potestad de cada municipio, pero nosotros pensamos darles recursos e intimar a los vecinos a arreglar las veredas. Para aquellos que no puedan hacerlo, nosotros lo haremos y luego se financia a través de la Contribución Inmobiliaria. Les vamos a dar recursos a los municipios para empezar a hacer este trabajo.
Debemos seguir con la política de playas. En este sentido vamos a realizar un estudio costero porque la playa del Cerro se vacía de arena. Queremos recuperar esa playa. Con el tema playas quiero recordar que mantuvimos la certificación y recibimos miles de comentarios sobre las condiciones de estas. También se hizo una limpieza en Capurro que no fue una iniciativa de la intendencia. Nosotros nos sumamos y pusimos camiones. Pero hay que decirlo: hay dos ONG que son las madres de la idea y nosotros nos sumamos para respaldar el voluntariado.
Cuando aparece el debate, medio tonto, entre política y gestión, yo creo que si los clásicos del socialismo escuchan eso, se tiran de los pelos y se mueren de la risa por lo ridícula de la discusión. Si no tenemos gestión, marchamos, y tenemos que tener en cuenta que manejamos la plata de la gente.
¿Qué pasa con el Mercado Modelo y la cultura?
Yo creo que este año implementamos la Unidad Alimentaria de Montevideo, la que sustituirá al viejo Mercado Modelo. Pasamos de tener nueve hectáreas en un lugar céntrico de la ciudad a un área mucho mayor en la zona de Melilla. En la zona del Mercado Modelo tenemos ganas de hacer un barrio dedicado a la innovación y el emprendedurismo, muy vinculado al Antel Arena. La idea es vivienda social y una especie de barrio de la ciencia, el conocimiento y el emprendedurismo. Yo sigo pensando que el drama de Uruguay como nación dependiente es el rezago científico tecnológico y el agregado de valor del que carecemos. Promover la ciencia y la tecnología es fundamental para el proyecto de nación, si no, vamos a repartir pobreza.
A la estación de AFE –actualmente abandonada y en litigio con un privado– pensamos llevar todas las áreas de cultura, hacer una especie de palacio de la cultura y trasladar una parte de la terminal de Río Branco.
***
Su nombre suena como uno de los posibles candidatos a la presidencia por el Frente Amplio en las elecciones de 2019. ¿Se ve como candidato?
No. Por ahora, cero pelota. No lo tengo en mi agenda. No me interesa ni llegué a pensarlo. Asumí un desafío acá porque estoy convencido en mejorar la gestión, el trabajo en equipo. Trabajo para mantener y profundizar el programa del Frente Amplio.
¿Que su nombre se mencione no lo siente como una presión?
No, pero vamos a ver. Falta mucho. Ahora estoy dedicado a este esfuerzo por mejorar la capacidad de gestión de la intendencia. Tabaré me dijo un día: “Para mí fue mucho más complicado ser intendente que presidente”. Y tiene razón. Es un gran desgaste personal.
Que aparezca su nombre habla de su imagen y sin duda de su gestión.
Puede ser. Espero que el Frente tenga varias alternativas. Yo soy frenteamplista, primero y ante todo. A algún compañero socialista no le gustará, pero primero soy frenteamplista. No creo que sin el instrumento Frente Amplio –que junte a todos aquellos que creen en los cambios– sea posible un cambio.