Desde tempranas horas de la mañana del sábado 8 de febrero, el Salvador vive una fuerte tensión entre el Poder Ejecutivo y el Parlamento.
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El Presidente Salvadoreño puso en marcha un articulo de la Constitución para que el Consejo de Ministros, convoque a una sesión plenaria del Parlamento, a efectos de votarle mas presupuesto para el combate a la delincuencia, amenazando que de no concurrir los diputados, el pueblo podría recurrir a la insurrección.
Inmediatamente el parlamento fue rodeado por efectivos militares, y el Ministro de Defensa, René Merino, aseguró a través de su cuenta de twitter, que el Ejercito servirá al pueblo y será obediente al presidente de la República.
La resistencia de los diputados de la oposición a votar dicho presupuesto por la vía de un préstamo, se basa en la política de exterminio que el Presidente Bukele viene llevando adelante, en su afán de reducir los indices de delincuencia en el país.
Inmediatamente desde las redes sociales, empezaron a circular denuncias sobre la situación.
«estamos ante el escenario de un golpe de estado en desarrollo con las acciones aventureras y de provocación que quiere instaurar el presidente de la república, aniquilando los espacios democráticos, conquistados con enormes sacrificios por nuestro pueblo»,es uno de los tantos mensajes.
«No al golpe de Estado de Bukele», es la consigna en torno a la cual se nuclean las fuerzas democráticas en el Salvador.