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Acá nadie se asusta

Las marchas por el 8M tomaron las calles de cientos de países. En Uruguay la movilización fue pacífica y multitudinaria.

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Caras y Caretas Diario

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Por Sofía Pinto Román

 

Millones de mujeres marcharon de forma pacífica el domingo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, para manifestarse por las que no están, por las que asesinaron, por las que el Estado no busca, por las que no pudieron marchar, por ellas y las otras.

En cada país la movilización tuvo sus características, de acuerdo con la coyuntura política y social, pero hay un reclamo universal claro: igualdad de género.

La masa enorme de mujeres en Montevideo estaba unida y, a la vez, era distinta en cada bloque, que tenía su característica, su energía, su reclamo. La gente que no había ido organizada en colectivo podía, entonces, elegir dónde se sentía más cómoda.

La movilización estaba coordinada para las 18:00 partiendo de la Plaza Libertad, pero había tanta gente, que antes de comenzar a caminar, 18 de Julio ya estaba llena hasta la Intendencia de Montevideo y también hacia el lado de la Plaza Independencia.

El bloque separatista, por ejemplo, era el espacio en el que no podían entrar varones. También había algunos colectivos como el Encuentro de Feministas Diversas (EFD), ¿Dónde están nuestras gurisas? (DENG), Mujeres de Negro, colectivos afrofeministas, el colectivo de murguistas feministas, Mizangas, por nombrar algunas.

Abundaban los carteles de reclamo “El Estado es responsable”, “Disculpe las molestias, nos están asesinando”, “Marcho por las que ya no pueden”; algunos con humor: “Somos más fuertes que un Nokia 1100”. Familiares de gurisas desaparecidas levantaron carteles con sus caras y sus nombres. DENG acompañó a varias familias. El EFD también mostró una bandera con los rostros de varias de las mujeres desaparecidas bordados. Colgaron, además, fotos de ellas en la estatua del centro de la plaza y en las paradas de ómnibus.

Marcharon de forma pacífica alrededor de un despliegue policial nunca visto un 8 de marzo. El Ministerio del Interior dice que “el operativo fue un éxito”; no tuvieron que intervenir ni una vez. La iglesia de 18 y Tacuarembó está bien probablemente porque quienes la pintaron otros años sabían que hacerlo era un peligro para todas.

Frente al miedo previo a la marcha, a la inminencia de una explosión de violencia, marcharon niñas y niños, ancianas, personas en situación de discapacidad. Frente a la presencia indeseada de varones en sectores de colectivos que pidieron que no sucediera, igual no hubo reacciones violentas.

Participaron figuras públicas, como la vicepresidenta Beatriz Argimón, las candidatas a la Intendencia de Montevideo Laura Raffo (PN) y Carolina Cosse (FA), las comunicadoras Carolina García y Blanca Rodríguez.

Un hecho que resaltó durante la marcha fue la presencia de dos mujeres que colgaban de unos cables que iban desde la Intendencia de Montevideo hasta la azotea de un edificio del otro lado de la calle. Hicieron acrobacias y desplegaron un cartel en el que se leía “América Latina Feminista”.

Salieron a sus balcones varias señoras mayores de 65 años agitando globos y telas de color violeta. En el balcón cercano a la IM estaban las tres amigas que ya se volvieron íconos en las últimas dos marchas.

Cuando los primeros bloques llegaron a la explanada de la Universidad de la República, se leyeron las proclamas, se encendió un fuego y se realizaron diferentes rituales de expresión verbal y corporal.

La Intersocial Feminista marchó bajo el lema “Más feminismo, mejor democracia”. Dentro de esta organización se nuclean 30 colectivos que gritaron, al final de la movilización: “Queremos decir: ¡Basta de femicidios! ¡Basta de crímenes de odio y misoginia, basta de trata y explotación sexual, basta de crímenes de poder!”.

Por su parte la Coordinadora de Feminismos centró su mensaje en “despatriarcalizar la vida” y llamó a hacer la lucha en las camas, en las casas y en las calles.

También se realizaron marchas en otros departamentos como San José, Colonia, Rocha y Canelones, por nombrar algunos.

 

Chile y Argentina

La marcha en Chile fue la más grande en la historia del 8M en el país. En total se juntaron más de 2 millones de mujeres y disidencias en la Plaza de la Dignidad. El estallido social que no se ha interrumpido desde octubre del año pasado marcó la dimensión de esta movilización.

La periodista chilena Natalia Espinoza en nota para El Mostrador informó que “la igualdad de derechos y una vida digna fueron otras demandas que se escucharon con fuerza, demandas que coinciden con las del estallido social”.

Recoge, además, las declaraciones de la vocera de la Coordinadora Feminista 8M de ese país: “Se trata de una movilización histórica, no solamente por su magnitud, sino también porque las mujeres y disidencias hemos decidido ejercer nuestro derecho constitucional a la protesta más allá de todo límite. Más allá de toda mención que se intentó plantar desde las autoridades, nosotras decidimos salir a las calles con la convicción de que era necesario pasar a la primera línea contra el terrorismo de Estado, poder enfrentar la situación de materia gravísima de Derechos Humanos que estamos viviendo hoy y poder también hoy empujar para profundizar el proceso constituyente y poder pelear efectivamente”.

En Argentina hubo paro y marcha el lunes 9 de marzo, ya que el domingo muchas personas no trabajaban y no se paró. La convocatoria se dio bajo el lema “La deuda es con nosotras: vivas, libres y desendeudadas nos queremos. Aborto legal ya”. También marcharon cientos de miles y la coyuntura económica del país marcó los gritos y los reclamos.

 

Pakistán, Turquía y Kirguistán

Las noticias internacionales llegaron rápido. En las marchas de Pakistán, Turquía y Kirguistán hubo represiones brutales con piedras y gases lacrimógenos.

En Turquía, informa El Diario España, se podían leer pancartas de «lucha feminista contra el patriarcado» y mensajes sobre matrimonios con menores, la obligación de cuidar de los maridos y la necesidad de ser solidarias con las mujeres inmigrantes. Las mujeres se concentraron en un punto específico y, cuando quisieron ir a la calle, se encontraron con que estaba vallada. Así que decidieron pasar igual. La policía respondió con gases lacrimógenos y golpes. Pero ellas siguieron al grito de “la calle es nuestra, no solo de los hombres”.

Kirguistán es un país de Asia central, fronterizo con China y Kazajistán. Allí, según El Diario, los grupos feministas no pudieron ni abrir sus pancartas antes de ser atacados por un grupo de “ultras machistas” que, encapuchados, las atacaron con huevos. Siguieron estoicas y cantaron la ya famosa canción de protesta “Un violador en tu camino”, lo que le valió a 90 de ellas terminar en la comisaría.

En Pakistán un grupo religioso atacó con piedras a las manifestantes y varias salieron heridas. La consigna de la marcha fue «Mi cuerpo, mi elección». A pocos metros había una “contramarcha” en la que cantaban que el cuerpo es de Alá, informó El Diario.

 

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