Este viernes Brasil está viviendo el primer paro general desde 1996 liderado por la Central Única de Trabajadores de Brasil (CUT). Los gremios y movimientos sociales protestan por la reforma laboral aprobada el pasado miércoles en la Cámara de Diputados. Este texto, que pasará a la Cámara de Senadores, prevé posibles ampliaciones de la jornada laboral hasta 12 horas, y pone fin a las negociación colectiva entre sindicatos y patronal, pasando este proceso a realizarse entre cada empresa con sus trabajadores. Los sindicatos también protestan contra la reforma de las pensiones que situará a la población trabajadora y jubilada en alto estado de vulnerabilidad. Esto ha hecho que las principales centrales sindicales brasileñas se hayan unido, junto a movimientos sociales para mostrar resistencia a la medida impuesta por el gobierno de Michel Temer. La CUT estima que más de 35 millones de trabajadores pararán en esta jornada. La ciudad de San Pablo amaneció sin transporte público y con las principales vías bloqueadas. Allí se han detenido a más de 16 personas según informó Infobae. Los primeros conflictos se produjeron en el aeropuerto de internacional de Guarulhos, situado en las afueras de San Pablo. Allí los manifestantes crearon barricadas con neumáticos que fueron prendidos fuego. La policía desmanteló este bloqueo tras un enfrentamiento con manifestantes.
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— CUT Brasil (@CUT_Brasil) 28 de abril de 2017
Otras autopistas como la Dutra, que une San Pablo y Río de Janeiro, también fueron paralizadas por los trabajadores. En Río de Janeiro se están viviendo paralizaciones parciales. Brasil de Fato informó de que en la capital del estado de Pará, Bélem, 50 mil personas están participando en la marcha convocada por las centrales sindicales. En el municipio de Altamira, situado al norte del país, alrededor de tres mil personas están marchando por las calles. En zonas rurales, como Alegrete miembros del Movimiento Sin Tierra están paralizando puentes y carreteras.