Buenos Aires, tan cerca que, según cómo esté el cielo, se adivina su silueta desde el cerro de Montevideo; y tan lejos que, para llegar, obliga a optar entre varios medios de transporte. El avión tiene sus ventajas, y no están necesariamente ligadas a la rapidez. Eso sirve, por supuesto, para quienes viajen por negocios. Pero para el turista, para aquel que se hace una escapada, volar puede ser una parte importante del “desenchufe”. Amaszonas tiene cuatro frecuencias diarias a la capital Argentina y, por pura información se dirá que para mayo está previsto el vuelo Montevideo-Córdoba, lo que resulta una novedad placentera para quienes busquen un destino tan cercano como diferente. Finde porteño Es imposible no asociar a Buenos Aires con el tango, si de música se habla; o con el fútbol, si se piensa en términos deportivos. Y no es que se carezca de otras oportunidades, por supuesto que las hay -y esta nota las tendrá en cuenta-, pero esas dos actividades las han sabido explotar muy bien. Las consecuencias de ese trabajo concienzudo, son espectáculos de gran nivel y una creatividad en movimiento. Los periodistas nos alojamos en el Hotel Boca, situado en una zona tranquila del barrio de San Telmo. El nombre se debe a que el hotel es temático y, por lo tanto, todo en él resume fútbol, pero también combina pasado (tiene piezas de museo) y presente (brinda todos los servicios que se espera de un alojamiento moderno). Se podría decir que la medida es la justa. Los espacios no son inmensos como para sentir que lo humano se pierde, ni tan pequeños que resulten incómodos. Algunos colegas fueron a la Bombonera a ver fútbol (los fines de semana, el hotel incluye la entrada a la cancha para ver a Boca). Llegaron fascinados, confirmando que eso de que “la tribuna se mueve” es cierto. El sábado fue noche de tango en Madero Tango. Un lindo lugar en Puerto Madero, con una función extensa y entretenida, y con un menú variado -y de buena calidad- en comidas típicas. La atención del servicio de mozos fue casi personalizada, explicando los platos ofrecidos con una paciencia digna de quien está acostumbrado a trabajar con personas ajenas al lugar. La noche anterior, la del viernes, habíamos ido al Centro Cultural Recolecta, donde se presentaba Fuerza Bruta. El espectáculo, de 80 minutos de duración, fue una demostración de ingenio -e ingeniería- que resultó impactante. Otra sugerencia de algo distinto, es el famoso rooftops, donde desde una terraza en un sitio alto, se pueden apreciar las increíbles cúpulas de esa ciudad, con una guía que contará la historia de las construcciones más relevantes. Ese es un servicio gratuito que brinda Turismo de la Ciudad de Buenos Aires, y en la recepción del hotel podrá interiorizarse de horarios y de mayor información.
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