Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, señaló que esa situación implica una década perdida para los países del área, ya que el Producto Interno Bruto por habitante (PIB), retrocedió al nivel de 2010.
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Bárcena presentó este lunes en Santiago de Chile el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2020: Principales condicionantes de las políticas fiscal y monetaria en la era de la pospandemia de COVID-19, informe económico anual de la institución, con un balance de las economías de la región y las perspectivas para los próximos meses.
La alta funcionaria señaló que la recuperación de los efectos de la crisis sanitaria llevará más tiempo del previsto inicialmente y aseguró que 2,7 millones de empresas han cerrado sus puertas a consecuencia de la contracción provocada por la pandemia este año.
Asimismo puntualizó que 44 millones de trabajadores han perdido sus empleos, mientras que las personas en situación de pobreza sumarán al cierre del año 231 millones, cifra similar a la existente en 2005, y las que se encontrarán en extrema pobreza serán 96 millones, lo que significa un retroceso al nivel de 1990.
Entre las medidas necesarias para la recuperación, señaló el impulso a la inversión pública en sectores que reporten aumento del empleo y en apoyo a las familias, así como en el respaldo a las pequeñas y medianas empresas, que son las que más fuerza de trabajo ocupan en la región.
Bárcena consideró necesarias políticas macroeconómicas activas para retomar el crecimiento y promover una transformación estructural, fortalecer los ingresos públicos, mantener políticas monetarias expansivas convencionales y no convencionales.
Asimismo, la Cepal señaló como fundamental la cooperación internacional para ampliar el espacio de las políticas macroeconómicas, y aliviar, mediante la posposición, el pago de las deudas a las naciones del área lo que permitirá redireccionar importantes recursos en función del crecimiento económico.