Como sea, una cosa es la cuestión política y otra la económica. En ésta es donde habrá que andar con pies de plomo.
Siga el baile
No es la primera vez que el Premio Nóbel de la Paz es motivo de polémica (Henry Kissinger en 1973 y Juan Manuel Santos en 2016, por ejemplo); solo que ahora, al ser otorgado a María Corina Machado, se sobrepasaron todos los límites. ¿Acaso olvidaron que formó parte del golpe contra el presidente legítimo Hugo Chávez en abril de 2002 y que posteriormente estuvo detrás de las guarimbas armadas, además de realizar gestiones para que Estados Unidos invadiera a Venezuela? ¿Olvidaron cómo pisotearon la Constitución aprobada por el pueblo e impusieron en Miraflores a Carmona El Breve, presidente de Fedecámaras, quien pocas horas después de colocarse la banda presidencial tuvo que huir a Estados Unidos? No, no lo olvidaron. Saben que María Corina Machado tiene las manos sucias de sangre ajena. La demostración de fuerza en el Caribe, la acusación a Nicolás Maduro de estar vinculado al narcotráfico y el hecho de mostrar a la oligarquía venezolana como la palomita de la paz persigue un claro propósito: preparar a la opinión pública para un paso más drástico que es hacer con el presidente venezolano lo que hicieron con Noriega en Panamá. Necesitan imponer la versión de que Maduro es narco para que nadie lo reclame cuando sea secuestrado, encarcelado o ejecutado.
El Premio Nóbel de la Paz tenía una merecedora incuestionable: la activista sueca Greta Thunberg, que con apenas 22 años ha demostrado más coraje e integridad que la mayoría de los presidentes de todo el planeta. Por eso fue que los soldados israelíes limpiaron el piso con ella cuando fue detenida por liderar la flotilla de la libertad.
Fabricantes de ilusiones
Todo es una farsa brutal.
Algunos celebran que los gazatíes puedan regresar a sus hogares. ¿Regresar a dónde, a qué hogares? Aquellos que han retornado a Gaza no logran encontrar ni siquiera su calle ni los puntos de referencia. Gaza está pulverizada y debajo de toneladas de escombros hay una incontable cantidad de cadáveres. Ya vendrá el negociado de la reconstrucción, como se hizo con Irak y en medio de escándalos de tráfico de influencias.
Israel ha violado el acuerdo de paz mucho antes de lo que preveían los analistas más pesimistas. A pocas horas de firmado esto (que en realidad es un acuerdo de rendición), el régimen supremacista limitó el ingreso de ayuda humanitaria a la mitad del mínimo establecido. Si jamás cumplió un pacto, ¿por qué lo haría ahora?
La prensa hegemónica y la derecha internacional celebran la liberación de 20 rehenes que tenía Hamás; y está bien. La pregunta es por qué no dicen nada de los 2.000 secuestrados palestinos que Israel se comprometió a liberar. En realidad, el régimen tiene a 11.100 palestinos y se desconoce la cifra de los que tiene en campos militares. La mayoría carecen de abogado defensor y están cautivos sin acusación formal. 1.500 son adolescentes y niños. Ah… pero el secuestrador serial es Hamás.
El Gobierno israelí firmó un contrato millonario con Google para manipular la opinión pública. Una investigación de Eurovision News Spotlight reveló recientemente que el Gobierno supremacista invirtió 50 millones de dólares para campañas en Google, X y otras redes sociales con el objetivo de manipular a la opinión pública y restar credibilidad a la hambruna en Gaza. Sin embargo, y según denuncia el canal HispanTV, estas cifras serían muy superiores.
Además de pagar 7.000 dólares por cada publicación a una red mundial de youtubers e influencers, documentos presentados al Departamento de Justicia de Estados Unidos dan cuenta de que la inversión total del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel para una campaña de propaganda falsa asciende a 145 millones de dólares. La encargada de hacer el trabajo sucio de sicariato informativo es la empresa estadounidense Clock Tower, dirigida por Brad Parscale, antiguo encargado de campaña de Donal Trump. La maniobra, además de un objetivo mensual de 50 millones de impresiones en YouTube, Instagram, TikTok y podcasts, implica la manipulación de las respuestas en sistemas de IA como ChatGPT, Gemini y Grock.
¿No han notado que desde hace unos días en la red X abundan los mensajes a favor de Israel? El más intrascendente de los comentarios que vaya en esa dirección es considerado relevante por el algoritmo. La trampa está en marcha. La idea es tratar de antisemita a todo el que critique a Israel y acusar de ser partidario de Hamás a todo el que critique la masacre contra el pueblo palestino. Esto es un verdadero atentado contra nuestra inteligencia.
¿Por qué no se declara terrorista al régimen de Israel? Los judíos supremacistas hacen a los palestinos lo mismo que los nazis a sus abuelos. Hitler se suicidó, de lo contrario habría enfrentado a un tribunal internacional y habría terminado con cadena perpetua, ahorcado o fusilado, pero la ingeniería financiera del sionismo que incluso domina a la Reserva Federal de los EUA tiene sometidos a muchos países, incluido al nuestro.
Nos tratan de imbéciles. Nos hacen creer que Milei es un rockero; que Corina es una pacifista; que Trump no fabrica guerras, sino que las termina, porque ama la paz y el diálogo; que Miguel Uribe Turbay y el estadounidense Charlie Kirk eran ciudadanos ejemplares; que Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia son antisemitas; que los niños de Gaza merecen morir porque no son inocentes; que los palestinos ocupan una tierra que pertenece al pueblo elegido de un dios; que los peligros para la humanidad son Irán, China, Rusia, Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte. Y claro, Cuba; aun cuando de la isla se envían maestros y médicos a otros países mientras que desde Estados Unidos envían espías, armas, soldados y mercenarios.
A Uruguay se le agota el tiempo de las ambigüedades.