En junio de 2010, vecinos de Casavalle formaron la Cooperativa Alborada. La idea surgió como una oportunidad para generar una herramienta de trabajo. Se plasmó en un primer proyecto en convenio con el Ministerio de Salud Pública en la lucha contra el dengue. Con ese antecedente de buen trabajo, el resto vino solo, por lo que la cooperativa se fue ampliando. Hoy son varios los clientes que buscan en Alborada un apoyo. Entre ellos, se destaca la Intendencia de Montevideo (IM) y Obras Sanitarias del Estado (OSE).
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Caras y Caretas dialogó Adrián González, uno de los fundadores. Él explicó que para OSE, por ejemplo, trabajan en todo lo que tiene que ver con el tendido de redes en áreas de vulnerabilidad social, llevando agua a todos los asentamientos y los barrios de contexto crítico. “Primero va el equipo social y técnico de OSE, junto a compañeros nuestros que dan charlas a los vecinos, y presentamos el proyecto de regularización de los barrios; los vecinos se suman a la propuesta, firman contratos y demás. Luego de que eso queda pronto, van los equipos operativos; desplegamos todo el trabajo de la obra, desde el inicio hasta el final”. O sea que el trabajo de Alborada es el de abrir el terreno, instalar la cañería y llevar las conexiones hacia cada uno de los domicilios.
Convenio entre Cooperativa Alborada y la Intendencia de Montevideo
En relación con el convenio con la IM, Cooperativa Alborada trabaja con tres proyectos. “Uno de ellos tiene que ver con el cuidado y mantenimiento de archivos del catastro de la intendencia, en el cual, desde hace varios años, hay un equipo de compañeras trabajando. Otro es una cuadrilla de reparaciones y mantenimiento de distintos espacios públicos, incluso vereda y distintas obras públicas. Por último, el cuidado de distintas plazas; en ese sector, nuestro proyecto insignia es la plaza Casavalle, de integración social, donde hay vecinos trabajando”, indica González.
Consultado sobre si tenían proyectado expandirse, González sostuvo: “En el último año contratamos a seis personas porque hay compañeros que se han jubilado y porque tenemos la suerte de ser una especie de cooperativa nodriza, de la cual han surgido varias cooperativas, pero siempre estamos en constante evolución; crecemos, nos desinflamos, crecemos, nos desinflamos”, sostiene González, gesticulando con las manos y sonriendo como forma de demostrar que está bien que así sea. Agrega: “Hace un par de años remodelamos nuestro estatuto para ampliar los rubros de trabajo a áreas más diversas. Es así como brindamos servicios de administración, sobre todo para otras cooperativas. También trabajamos en diseño gráfico y ayudamos a otras cooperativas a organizarse”. Llegado a ese punto, Caras y Caretas preguntó si eran como asesores en formación de cooperativas, pero a González le ganó la timidez: “Bueno, algo así. Nosotros ayudamos transmitiendo nuestra experiencia”.
Sin dudas que son formadores de cooperativas. Tienen años de práctica en proyectos y la voluntad para llevarlos adelante y hacerlo bien.