"El de pintor es un oficio de empecinados. Lo voy sosteniendo por una mezcla de convicciones y de tradiciones, en estas pongo mi esperanza, ellas son mi escudo", afirmó el artista Anhelo Hernández.
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Nacido en Montevideo en 1922, Hernández destacó como artista plástico, grabador, ensayista y profesor. Hijo de María Ríos y José Hernández, estudió escultura y dibujo en el Círculo de Bellas Artes con Alberto José Savio. En 1941 ingresó a la Escuela de Artes Aplicadas y estudió escultura con Antonio Pena, Edmundo Prati y Federico Moller de Berg. A finales de 1942 ingresó al Taller de Joaquín Torres García como alumno directo hasta la muerte del maestro en 1949.
Centauro Dictatorial (Centauromaquia).
En 1947 realizó su primera exposición individual como miembro del Taller Torres García en el Club Tacuarembó (Tacuarembó). Entre 1944 y 1953 trabajó como profesor de dibujo en el Liceo Departamental de Tacuarembó. Entre 1954 y 1957, como profesor de dibujo en la Escuela Industrial de San Ramón Canelones. En 1964 se casó con Ida Holz y en 1976 partieron al exilio en México donde, durante 11 años, Anhelo trabajó como portadista para Siglo XXI Editores.
Escribió varios ensayos sobre artistas uruguayos y mexicanos, entre ellos: Joaquín Torres García, Augusto Torres, Eva Díaz, Francisco Matto, Myrna Soto; así como múltiples artículos y ensayos sobre teoría y prácticas artísticas. Dejó un escrito inédito, "Las miradas", de dedicación total para la Universidad de la República.
Obras suyas se encuentran en el Museo Nacional de Artes Visuales, Museo Histórico Nacional, Colección del Senado de la República, Museo Juan Manuel Blanes y Museo Municipal de San José, así como el Museo Pushkin de Moscú y el Hermitage de Leningrado e importantes colecciones particulares.
Una de las salas de la Biblioteca Nacional de Uruguay lleva su nombre y en ella se puede visitar, desde 2014, su muestra "Centauromaquia".
Hernández falleció en 2010 en Montevideo.
"El hombre vive sobre un caballo, sobre el que no tiene control. Esa es la historia del ser humano de todas las épocas. La circunstancia es más fuerte que el individuo. Tras cada persona hay un sueño y un propósito que nunca se cumple. Para que el hombre pueda dominar al animal necesita la fuerza que emana de una decisión colectiva".
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