Las tormentas de verano son fascinantes. Chapotear en los charcos porque hace calor, mirar el agua del océano tornarse oscura, refrescarse. También son peligrosas porque causan inundaciones.
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Estas son algunas curiosidades
- Necesitan 3 ingredientes fundamentales. Wl calor, la humedad y un forzante que las desencadene son los elementos clave. En general, en verano el forzante que domina es el calentamiento del aire desde abajo. El suelo se calienta por radiación solar y este calor se transmite al aire pegado al suelo. Luego, este aire se vuelve menos denso y comienza a ascender, dando origen a lo que se conoce como corrientes térmicas.
- Son aisladas. Se trata de una única tormenta y no de un sistema organizado compuesto por varias de ellas. Esto se debe a que los forzantes que las generan –en este caso el calor del suelo- son muy localizados y puntuales.
- Las tormentas de verano nacen, crecen y rápidamente se disipan. Con la precipitación y el aire más frío que desciende dentro de ella, se enfría el aire y el suelo que le servía de alimento. Se forma la llamada “pileta de aire frío” y, por lo tanto, ya no dispone de combustible para seguir retroalimentándose, y se disipa.
- Suelen producirse después del mediodía, cuando se alcanzan las máximas temperaturas en primavera y verano, debido al fuerte calentamiento del suelo.