El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, tomó posesión este lunes de su cargo para un cuarto mandato consecutivo de cinco años, junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, tras ser juramentados en una ceremonia oficial en Managua.
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Ortega, de 76 años, recibió la banda presidencial del titular del parlamento, Gustavo Porras, en una sesión solemne de juramentación realizada en la plaza de la Revolución, ante la presencia de los presidentes aliados de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz Canel y delegaciones de países amigos como China. Ocurrió en medio de sanciones y presiones de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) pero con el apoyo de China y Rusia.
En su discurso inaugural, Ortega ironizó sobre las sanciones de Washington. Dijo que fue una “condecoración” la impuesta a la presidenta del Consejo Supremo Electoral Brenda Rocha, una de las funcionarias sancionadas este lunes por Estados Unidos junto a dos de sus hijos.
La investidura del excombatiente sandinista tuvo como telón de fondo el castigo aplicado por EEUU y la UE a familiares, allegados, funcionarios y algunas entidades como la Policía y la Fiscalía, por corrupción y violación a los derechos humanos.
El mandatario logró 75,92 % de los votos en unas cuestionadas elecciones celebradas el pasado 7 de noviembre, tras el arresto de siete rivales presidenciales, incluida la candidata Cristiana Chamorro, la favorita, según las encuestas.
Washington y Bruselas consideran que no fueron “democráticas” esas elecciones. Ortega los acusó de “injerencia” e “irrespeto a la soberanía”, y en noviembre pasado pidió iniciar un proceso para retirar al país de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Algunos países latinoamericanos como Chile y Costa Rica, desconocieron, a través de la OEA, la legitimidad de los comicios y demandaron la liberación de los opositores presos, mientras otros como Bolivia, Cuba y Venezuela saludaron la victoria de Ortega.
En ese contexto, el mandatario reanudó relaciones diplomáticas con China el 9 de diciembre, tras deshacer los nexos que el país mantuvo por más de 30 años con Taiwán y reconocer el principio de “una sola China”.
El restablecimiento de relaciones con Beijing vino acompañado por una donación de miles de vacunas y tres semanas después el país asiático abrió su embajada en Managua.
También estrechó sus lazos con Moscú, que le proporciona una amplia cooperación, desde trigo, vacunas anticovid y colectivos para renovar el transporte público, hasta una estación satelital.
A la ceremonia de toma de posesión asistieron varios cancilleres, entre ellos los de Bolivia, México, Palestina y República Árabe Saharaui Democrática. El presidente de China, Xi Jinping, nombró como enviado especial a Cao Jianming, vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional del gigante asiático.
También estuvieron presentes las comitivas de Rusia, Irán, Corea del Norte, Siria, Cuba, Venezuela , Honduras, Belice, Vietnam, Laos, Camboya, Angola, Turquía, Bielorrusia, Turquía, Egipto, Malasia y Yemen.
El exguerrillero sandinista gobernó el país por primera vez en la década de 1980 luego de ayudar al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) a derrocar al dictador Anastasio Somoza con una revolución en 1979. Regresó al poder hace 15 años. Este lunes comenzó un nuevo mandato de cinco años.