En un descubrimiento calificado como “sorprendente” un grupo de científicos canadienses constataron que la actividad cerebral de un paciente continuó de forma constante 10 minutos y 38 segundos después de que su muerte clínica fuera declarada. En otros tres pacientes la actividad se detuvo minutos antes del óbito pero todos respondieron a patrones diferentes demostrando los misterios sobre lo que sucede con nuestro cuerpo en minutos anteriores y posteriores a la muerte. Los resultados fueron revelados en el estudio publicado en el periódico científico “Canadian Journal of Neurological Sciences ” de este mes. Los científicos combinaron datos electro corticales, de la presión arterial, frecuencia cardiaca, entre otros. Los pacientes analizados estaban internados en la unidad de Terapia Intensiva del Hospital de la provincia de Ontario, y tenían edades comprendidas entre los 58 y los 72 años (Dos hombres y dos mujeres). Entre ellos se constató una sensible diferencia en la evolución de la actividad cerebral en los 30 minutos anteriores a los cinco posteriores a la muerte. En tres pacientes la inactividad cerebral fue constatada entre 4 y 10 minutos antes del fallecimiento y en otro fue observada actividad cerebral después del óbito, a través de las llamadas ondas delta- ondas cerebrales normalmente detectadas durante el sueño. Otro descubrimiento sorprendente fue que en el momento en que el corazón se detuvo en estos pacientes no fueron observados cambios en la actividad cerebral volviendo más remota la posibilidad de que los seres humanos pasen por una “onda de la muerte” fenómeno observado en momentos en que las ondas cerebrales se vuelven intensas durante un minuto después de la muerte hasta que se detienen definitivamente. El misterioso caso del paciente podría estar relacionado a algún error en el estudio, pero los investigadores afirmaron que ningún defecto fue observado con los equipamientos utilizados. Los autores apuntan de todos modos a la necesidad de realizar más estudios sobre la actividad corporal después de la muerte lo que lleva a plantearse desafíos de carácter ético relacionados por ejemplo, al procedimiento de donación de órganos. “En el momento de testificación de la muerte para considerar viable la donación de órganos representa un desafío ético. Varias preocupaciones sobre cuando es el momento de la inactividad electro cerebral en relación al detenimiento de las funciones circulatorias en donaciones de órganos después de la muerte cardiovascular están siendo objeto de atención “argumentaron los autores.
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