Los últimos 4 años
De acuerdo a los datos y muchos análisis muy destacados en informes del Cuesta Duarte existieron 40 meses de salario real por debajo, entre marzo 2020 y junio 2023, y 6 meses desde junio 2023 que estuvo por encima.
Esto mostró que pasada la pandemia y en periodos de crecimiento de la actividad el compromiso del gobierno no estuvo con los trabajadores, ya que no se priorizó la recuperación del salario.
Si se observan los últimos casi cuatro años, desde marzo de 2020 y durante todo el año 2021, el salario real cae y coincidió con la llamada ronda puente de los Consejos de Salarios, que coincide con la pandemia.
Tal como informa el Cuesta Duarte esto fue para la mayoría de los trabajadores privados entre julio de 2020 y junio de 2021 y durante enero y diciembre de 2021 para los trabajadores estatales.
Fue recién a partir de mediados de 2022 que el salario real dejó de caer, pero recién en 2023 se recuperó a niveles previos a la pandemia.
Viendo la trayectoria de la economía la responsabilidad asignada a la pandemia deja de tener respaldo en la realidad, lo que existió fue una priorización de parte del gobierno a otros temas que no eran la recuperación salarial.
Al respecto de esto el informe mencionado destaca que “si bien en el año 2023 se registra un importante crecimiento del salario real, la trayectoria del quinquenio muestra claramente una acumulación de pérdidas que no se recuperan, ni siquiera teniendo en cuenta el repunte del último año y las perspectivas para el próximo”.
No es menor el hecho de que de los 46 meses desde marzo de 2020 hasta diciembre de 2023, en 40 de ellos el salario real medio se ubicó por debajo de la referencia de 2019 mientras que solamente en los últimos 6 meses (julio de 2023 a diciembre de 2023) se ubicó por encima.
Empeoramiento de los niveles de distribución
Los años 2020, 2021 y 2022 fueron tres de deterioro de la relación entre masa salarial y Producto Bruto Interno. La economía se recuperó y los salarios fueron siempre mucho más atrás, lo que implica una transferencia desde el trabajo al capital.
De acuerdo a las estimaciones la trayectoria de estos años, siempre tomando como referencia el año 2019, implicó una transferencia de más de 2.000 millones de dólares desde el trabajo hacia el capital.
Pero la mejora de la relación que se da en 2023 no es solo el resultado de una mejora salarial, sino que implica una mejora de la masa salarial a la vez que baja la inflación y el PIB no crece, lo que hace que no sea una de las mejores evoluciones desde el punto de vista de la distribución del ingreso.
Más empleo informal
Datos de empleo muestran un mercado dinámico con tasas de actividad y de empleo mejores al cierre de 2023 que en 2019, pero con algunas dificultades que tienen que ver con la creación de empleo informal.
Esta situación responde a que el mismo se dio en sectores que venían aún afectados por la pandemia y a la ausencia de políticas activas de empleo.
Al respecto desde el sector sindical se alerta sobre esta situación y se manifiesta preocupación porque el hecho de que la informalidad sea más baja que a los niveles prepandemia puede esconder que la creación de puestos de trabajo fue mayoritariamente en el sector informal de la economía, con “puestos de trabajo más precarios y sin derechos fundamentales a la protección social”.
Peores condiciones y problemas con la agenda de políticas de empleo
El mercado de trabajo debe ser una preocupación ya que es un ámbito fundamental que hace a la generación y distribución del ingreso, así como por la necesidad de disponer de una agenda de políticas y de características acorde a los tiempos que corren.
Más allá de los datos promedio, es una realidad las complejidades que los mismos esconden y la peor situación relativa que enfrentan los sectores asalariados. Analizar los últimos datos y trayectorias nos obliga ante todo a revisar algunos temas que están vinculados y tienen relevancia, entre los que mencionamos la afectación de la distribución del ingreso.
¿Qué otros temas deben estar en el análisis? Destacamos al menos algunos.
Empeoramiento de las condiciones de negociación.
Hemos tenido cambios en las condiciones de negociación salarial con las modificaciones impuestas por la última ley de negociación colectiva, que implican peores condiciones para los trabajadores. A esto se le suma las propias pautas definidas para las rondas de negociación y la postergación hasta las últimas consecuencias de la negociación.
En segundo lugar, la ausencia de una agenda de políticas orientadas al mercado de trabajo que incorpore las nuevas realidades del mundo de trabajo como el teletrabajo, los nuevos contratos, el impacto tecnológico, plataformas laborales, entre otros. No solo hay una lógica de ausencia de políticas de intervención en el mercado de trabajo, sino también una necesidad de poner temas que pasan en el mundo y en los cuales estamos ausentes.
No es menor la relevancia de avanzar en la transformación de la matriz productiva, para generar un incremento de la productividad en el trabajo.
La lectura liviana de las tendencias de un mercado de trabajo, en cuanto a salarios y empleo pueden ser engañosas, en un deterioro en condiciones de empleo, niveles, distribución del ingreso, condiciones y capacidad de negociación.