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coronavirus | pandemia |

Ecuador entre crisis económica y desastre sanitario

La pandemia de Covid-19 ha sacado aún más a flote las ineficiencias del sistema neoliberal ecuatoriano que ya venía en picada.

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El epicentro de la enfermedad en Ecuador se dio en la ciudad de Guayaquil que tiene la tasa de contagio más alta de Latinoamérica. En medio de enormes críticas al gobierno por la falta de credibilidad en las estadísticas, el mismo presidente Lenín Moreno reconoció que las cifras no eran precisas.

Hasta este domingo se informaron de 30 mil casos positivos y 1.564 muertes. Sin embargo, hace algunos días la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, informó que allí hubo siete mil muertes más que en abril del año pasado. Moreno planteó una salida del aislamiento para este lunes 4 de mayo, pero Guayaquil y Quito seguirán en cuarentena hasta el 31 de mayo. Desde las organizaciones indígenas anunciaron que no van a seguir la medida. “Sin datos reales es imposible hacer una planificación seria. Vamos a mantener el aislamiento”, dijo Leónidas Iza, presidente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi, que integra la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

Estado ausente

Desde su llegada al gobierno, Moreno fue limitando la capacidad del Estado para intervenir en la economía. De esa manera el país entró en un laberinto del cual parece difícil divisar el final. Y llegó el coronavirus. Sólo en la provincia de Guayas, a la que pertenece Guayaquil, el número de contagios asciende a 13.053, el 62 por ciento del total nacional. Hace algunas semanas el sistema sanitario de la ciudad colapsó ante el creciente número de muertes. La alcaldía demoró entre tres y cuatro días en retirar los cuerpos de las casas, por lo que las familias tuvieron a dejarlos en las calles. En respuesta, la titular de Gobierno, María Paula Romo, reconoció que la situación era alarmante. Sin embargo, dijo que aún no podían saber si la causa de las muertes era por coronavirus. Las cifras oficiales están en el centro del debate.

El gobierno tomó una serie de medidas para contener el contagio. El 16 de marzo declaró el estado de excepción que limitó el tráfico de vehículos y la actividad comercial. También ordenó el trabajo a distancia y cerró todas las escuelas del país. Tres días después decretó un toque de queda que rige entre las 2 de la tarde y las 5 de la mañana. En Ecuador viven 17 millones de personas. El 60 por ciento de la mano de obra es informal, por lo que el aislamiento dejó a millones de familias sin su principal fuente de dinero. Moreno lanzó un Bono Familiar de 60 dólares que se entregará durante los meses de abril y mayo a las personas con ingresos por debajo del salario básico, fijado en 400 dólares. El gobierno estima que 950 mil ecuatorianos recibirán el bono.

En paralelo el Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de «Ley de Apoyo Humanitario”. El mismo propone grabar con un impuesto los salarios que superen los 500 dólares. El porcentaje de aporte será progresivo, incrementándose para los sueldos más altos. Por otro lado las empresas que hayan facturado más de un millón de dólares, entregarán el cinco por ciento de esa utilidad en tres pagos mensuales. Al presentar la medida Moreno dijo que la crisis económica se debía a la deuda dejada por el expresidente Rafael Correa. “Esta crisis (…) nos golpeó sin un centavo en las cuentas del Estado y con una deuda histórica de más de 65 mil millones de dólares», se justificó el presidente.

Desde el partido al que pertenece Correa, Revolución Ciudadana (RC) de Ecuador, sostienen que tal monto no es real. “Ante cada crisis política Moreno apela al mismo discurso. Ya no es creíble. Los datos oficiales que maneja el ministerio de Economía y Finanzas no reflejan lo que él sostiene. La deuda real al momento que Correa dejó el gobierno rondaba los 38 mil millones”, sostuvo Pabel Muñoz, asambleísta de RC. Muñoz recalcó que la ley tal como está planteada sólo volcará sobre los trabajadores la mayor parte de la carga impositiva. “Con ella esperan recaudar 1.400 millones de dólares. De ese total 900 millones vendrían de las personas y sólo 500 millones de las empresas. El gobierno no quiere poner impuestos al gran capital por que son su principal base de sustento”, dijo el asambleísta. Desde RC propusieron crear un impuesto a bancos y telefónicas que obtuvieron ganancias extraordinarias mientras la economía se derrumbaba. También una contribución del 0,9 por ciento a los patrimonios individuales de más de un millón de dólares.

 

 

 

 

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