Hoy no hablaré de las ollas populares, ni de los homicidios, ni de los despidos laborales ni de la baja del salario real.
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Hoy hablaré de un tema internacional que no es la guerra.
En estos días se conoció que los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) no asistirán a la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, que se realizará en junio, si se excluyera a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
La resolución del Caricom incluye a 14 países de la región.
Estos países son: Trinidad y Tobago, Jamaica, Barbados, Guyana, Antigua y Barbuda, Belice, Dominica, Granada, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, además de las Bahamas y Haití.
La noticia la dio el embajador de Antigua y Barbuda en Washington, Ronald Sanders, quien expresó ante medios de prensa que si el presidente Joe Biden excluye a Cuba, Nicaragua y Venezuela de la Cumbre de las Américas, no asistirá al evento.
Ronald Sanders agregó que no irán porque la Cumbre de las Américas no es una reunión de Estados Unidos, sino en Estado Unidos y por ese motivo no puede decidir Joe Biden quién está invitado y quién no “porque no es una reunión del gobierno de Estados Unidos, sino que es una cumbre de todos los jefes de Estado del hemisferio”.
La noticia causó un gran impacto, máxime que fue una fuerte respuesta, casi una rebelión, luego de que la Casa Blanca descartara invitar a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela a la Cumbre de las Américas porque considera que “no respetan” la democracia,
Tal vez nunca hemos oído hablar de estas cumbres aunque ya se llevan hechas 8 reuniones y particularmente la de Mar del Plata y México tuvieron mucha resonancia
¿Cuál es el objetivo de la Cumbre de las Américas?
El objetivo es discutir y analizar entre Presidentes sobre los desafíos que enfrenta América, afianzar la integración hemisférica y la responsabilidad nacional y colectiva, con el fin de mejorar el bienestar económico y la seguridad.
Pocas horas después de conocerse la resolución del Caricom, el presidente de México, Manuel López Obrador, quien recientemente hiciera una gira por Guatemala, Belice y Cuba descartó también asistir a la Cumbre de las Américas si el anfitrión, Estados Unidos, excluye a algún país.
“Irá el canciller, pero no iré yo”, dijo López Obrador. ¿Cómo es que convocamos a una Cumbre de las Américas, pero no invitamos a todos? ¿Entonces de dónde son los que no están invitados? ¿De qué continente? ¿De qué galaxia? ¿De qué satélite?”, objetó el presidente Méxicano.
Casi simultáneamente con las expresiones de López Obrador y el Caricom, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez denunció que la diplomacia norteamericana ejerce en estos momentos presiones extremas sobre numerosos gobiernos de la región que se oponen a dicha exclusión y reclamó públicamente que el secretario de Estado [Antony] Blinken diga de manera honesta si Cuba será invitada o no a la 9ª Cumbre de las Américas”.
La Cumbre de Los Ángeles discutirá sobre la salud, las migraciones, la democracia y los derechos humanos. Y sobre estos temas se negocian hoy en secreto los documentos, obviamente, sin que participen los países que se pretende excluir y otros países de la región.
También Bolivia ha anunciado que no participará si se excluyen a Cuba, Venezuela y Nicaragua y el presidente Luis Arce ha emitido un fuerte pronunciamiento referido a este tema, no dando lugar a ninguna duda sobre su voluntad.
En particular sobre el tema migratorio, que es un problema especialmente grave en los países del Caribe y América Central, parece estarse elaborando un documento que pretende obligar a los Estados latinoamericanos y caribeños a reprimir la migración, a absorber los migrantes que EEUU decide procesar fuera de su territorio y que incorpora elementos de la visión estadounidense discriminatoria, racista, xenófoba y expoliadora de los migrantes, que no atiende en modo alguno las causas reales de la migración, que no resuelve el grave problema de la inserción social de los migrantes, pero que sin embargo, ofrece paliativos, estímulos, financiamientos e incentivos económicos a los países emisores de migrantes a Estados Unidos y más cercanos a sus fronteras para atender sus problemas más urgentes.
En el tema migratorio la receta de EEUU para Cuba ha sido el bloqueo económico y comercial, con la voluntad explícita de “deprimir los salarios, provocar hambre y el derrocamiento del gobierno”.
El bloqueo significa más de 12 millones de dólares diarios y se refleja en la vida de todos los cubanos, y es también una de las causas de la emigración desde Cuba, que como en todas partes, es fundamentalmente económica.
Pero frente a este hecho, la conducta migratoria del gobierno de EEUU ha sido cortar los canales regulares y seguros de migración de los cubanos.
“La misma es una política selectiva y discriminatoria que además incumple los propios acuerdos migratorios”, dijo el canciller cubano.
Si hablamos de salud, es imposible olvidar el aporte de Cuba y su colaboración con otros países y la presencia médica cubana ante desastres naturales, incluso en EEUU, el otorgamiento de decenas de miles de becas de Medicina, la Operación Milagro, que devolvió la vista a millones de personas, su la capacidad de producir productos farmacéuticos, vacunas y tratamientos novedosos y la capacidad de compartir protocolos y medicamentos avanzados en el ámbito de salud, incluyendo la vacuna cubana contra la covid-19, la única que se produjo en América Latina
Lo más curioso es que se pretenda imponer un modelo político y que el modelo sea el que promueve EEUU, un modelo de democracia averiado y al borde de la guerra civil y un modelo de derechos humanos impuesto por un país que ha sembrado de dictaduras al mundo y a la propia América Latina.
En las negociaciones que ocurren hoy se pretende imponer que la Organización de los Estados Americanos certifique todas las elecciones de la región.
Es una hipocresía mayúscula que “la misma OEA del golpe en Bolivia vaya a certificar elecciones”.
No hay ninguna justificación para que Estados Unidos se erija en modelo de democracia y mucho menos de derechos humanos
Todos los países que anuncian que se abstendrán de participar si hay exclusiones se proponen la solidaridad la colaboración y los esfuerzos genuinos por fomentar el diálogo, los vínculos y la cooperación entre Latinoamérica, los países caribeños, EEUU y Canadá.
Si hay exclusiones, habrá una fractura y un retroceso, porque la decisión unilateral de EEUU para la exclusión impedirá el debate y el análisis en pie de igualdad entre las naciones participantes y la potencia del norte ratificará una vez más su voluntad de dominio sobre el continente americano.