Las Asambleas Técnico Docentes (ATD) de todo el país rechazaron en forma masiva el proyecto de reforma curricular impulsado por el CODICEN de la ANEP. La propuesta concitó el rechazo de 240 liceos y solo obtuvo el respaldo de dos. Nunca en la historia de la enseñanza uruguaya hubo una propuesta de cambio tan sólidamente rechazada, pero como el CODICEN opera bajo la conducción de un hombre cuyo propósito principal es ser candidato a la presidencia por el Partido Colorado, no hay margen de diálogo y menos aún de negociación.
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El rechazo de las ATD por liceos a la transformación curricular anticipaba que en la ATD nacional de Secundaria del 3 de octubre, fecha fijada desde principios de año, la posición general de los docentes iba a ser contundente. ¿Qué hizo la directora general de Secundaria? El domingo a la tarde emitió un comunicado suspendiendo la ATD nacional. Lo hizo sin explicaciones y sin poner una nueva fecha, y es evidente que lo hizo para no comerse un sopapo teórico del universo del cuerpo de profesores y profesoras del Uruguay.
En la ATD de las escuelas técnicas la cosa no marchó mejor. En ese caso, para evitar el pronunciamiento, los tres integrantes de la mesa de la ATD que hacen buenas migas con las autoridades de UTU dejaron sin quórum la asamblea antes de que pudiese tomarse definición. Ya había informe de las comisiones muy críticos con el proyecto y si no hubiesen dejado sin quórum, la Asamblea también lo habría rechazado. Los integrantes de la mesa, adictos a las autoridades, simplemente se ausentaron, porque son varias las fuentes que indican que estaban alojados a costo de la administración en el Hotel del Lago, donde se desarrollaba el importante encuentro de docentes de escuelas técnicas.
El viernes, los estudiantes del liceo Zorrilla ocuparon el establecimiento. Pidieron diálogo, se oponen a la reforma, piden presupuesto y mejoras edilicias en su liceo, entre otras reivindicaciones. ¿Cuál fue la actitud de las autoridades? Les mandó a la policía a desalojar. El operativo a cargo del mayor Larrosa, jefe de la zona donde está el liceo Zorrilla, no escatimó en ostentación de fuerzas. Grupos de choque, armas largas, despliegue de grupos tácticos encapuchados con insignias de grupo Alfa, Bravo, operaciones urbanas tácticas, vehículos de gran porte, uniformes azules, camuflados, negros, escudos de tamaño familiar. Todo. Dentro y fuera del liceo, una nube de adolescentes profiriendo cánticos, visiblemente nerviosos, aunque contentos en su militancia, convencidos y valientes. No estaban dispuestos a que los corrieran a la fuerza. La directora del liceo, de sintomático apellido Videla, no se animaba a decir su nombre cuando se le consultaba, muchos menos a reconocer que ella había pedido el desalojo y se escudaba en circulares que prohíben que haga declaraciones. Ni siquiera podía decir su nombre, contar si estaba en contacto con las autoridades, o advertir si había resolución tomada en torno a la ocupación y el desalojo. Su apellido surgió de los cánticos de los estudiantes. “Videla, vos sos la dictadura” le cantaban los chiquilines y chiquilinas del Zorrilla, ingeniosos, sin duda, recordando ese apellido tan dramáticamente célebre en el sur del mundo, sobre todo en Argentina.
Mientras Robert Silva no renuncia, viaja a Mendoza en representación de la ANEP y recorre el país bailando para fotos, mostrando niños en una precampaña electoral obscena, utilizando un cargo que tiene expresamente vedada la participación política proselitista, la directora de Secundaria no atendía el teléfono, los jóvenes estudiantes resistían desde la mañana apenas pidiendo una entrevista con las autoridades. La entrevista la consiguió el consejero docente Julián Mazzoni, que logró reunir las voluntades del CODICEN para que los chiquilines sean recibidos el lunes. Fue Mazzoni el único consejero directivo central presente buscando una salida de diálogo para que no hubiese desocupación forzosa y chiquilines apaleados. El único que puso voluntad, en coordinación con la maestra Daisy Iglesias, representantes de Magisterio en el CODICEN de la ANEP. La directora de Secundaria, Jenifer Cherro, no atendía el teléfono; ella que seguramente había ordenado el operativo, y que no parece tener marcha atrás en su cerebro nostálgico; después de todo, es famosa desde que se pronunció a favor de la superioridad genética de los niños de Colonia por su ascendencia suiza y alemana, fama apenas superada por su currículum tuneado y sus declaraciones propias de un personaje de Capusotto.
Mientras tanto, en la Universidad, más de media docena de facultades permanecían ocupadas por la deprivación presupuestal a que el gobierno somete a la Universidad de la República. Arquitectura, Ciencias de la Comunicación, Humanidades, Ciencias Sociales, Psicología, entre otros gremios estudiantiles en conflicto, ocupando sus centros, mientras el Parlamento reasigna millones de dólares para destinarlos a las fuerzas armadas y proporciona un presupuesto cero a la educación superior.
He aquí una radiografía de un gobierno cerrado, retrógrado, sin ninguna capacidad de diálogo, en campaña electoral permanente y convencido de que su programa debe imponerse sin argumentos, contra todos y con fuerzas de choque. Un desastre tras otro para impulsar un proyecto muerto antes de arrancar, muerto en el único lugar donde debe vivir un proyecto educativo para poder prosperar, en el corazón de los estudiantes y los docentes.