Hace 25 años, siendo embajador en Argentina, hice la campaña Antártica a bordo del Rompehielos Almirante Irizar. Adelanté mi regreso porque el canciller uruguayo decidió visitar a su par argentino. Volví, en el Hércules, que casi un lustro antes, había estado a punto de costarle la vida al presidente Lacalle. El avión no daba más. No volaba, jadeaba. La tripulación me contó cómo había sido todo. Según Wikipedia, “el C-130 Hércules es fabricado en Estados Unidos desde los años 1950”. Un invento de hace 70 años.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
El actual gobierno no sabe hacer nada sin denostar lo hecho por el Frente Amplio en sus 15 años de gobierno. El ministro de Defensa, Javier García, se lanzó en una campaña de infundios que no se condecían con la realidad. Tras criticar la flota área existente, anunció que la iba a fortalecer. Lanzó una serie de ataques a la compra de un avión por parte del entonces presidente Vázquez en su segundo gobierno. Pocos días después, al morir este, pasó a hablar maravillas y a homenajearlo a pocos días de haberlo agraviado.
Su obsesión es de vieja data. En agosto de 2018, el entonces senador, a quien ya le deslumbraban las cámaras, hizo un pedido de informes sobre su compra. En 2016 escribió en las redes sociales: “Economía viene mal, aumenta el desempleo, seguro de paro. Déficit descontrolado y la Presidencia va a comprar un avión”. Supuestos falsos, pero no quería avión. Hoy es el ministro de Defensa con más minutos semanales al aire de la historia, malvende el avión comprado por Vázquez y gasta 20 veces más en chatarra.
Uruguay ha tenido una larga historia con los aviones presidenciales. De niño, el destino, me hizo conocer la biografía de varios de ellos. En los 60, volé a Salto, con mi padre, entonces ministro de Ganadería (hubo violencia en el aeropuerto; fue silbado por la ARU y acusado de comunista). Era un viejo C-47 (versión militar del DC-3) que se usó hasta la dictadura. De joven, organicé una marcha frente a la Casa Blanca, en 1977, cuando llegó Aparicio Méndez en una nave arrendada a una empresa yanqui, pintada con el Escudo Nacional y la leyenda “Fuerza Aérea 1 de Uruguay”.
En la transición a la democracia, presidida por Sanguinetti, se adaptaba como tal un avión de Pluna. Con Lacalle vimos volar con riesgo de muerte. En el segundo gobierno de Sanguinetti, a un avión viejo se le introducía un container con decoración VIP, tipo presidencial. Vázquez decidió adquirir un avión Hawker multipropósito (en febrero de 2018, por resolución del 11 de agosto de 2016). Esta nave, además de traslados oficiales, cumplió un objetivo sanitario. Hay 8 personas a las que salvó sus vidas. Una cuarta parte de los traslados sanitarios se hizo en la nave “presidencial.” Ninguno de ellos se pudo haber realizado sin la misma.
Costó un palo verde. Suena a mucho. Pero sirvió más. García lo vendió a 180.000 dólares (¡820.000 dólares menos de lo que se pagó!).
En plena pandemia, sin vacuna, en medio de la peor crisis económica y social que se conozca, fue por más. En el Uruguay de la LUC y el Presupuesto 2020, gasta más de 22 millones de euros (25.800.000 dólares) en dos aviones Hércules (chatarras en desuso). Un millón de dólares era mucho para avión moderno y multiuso. Ahora paga más de 25 veces lo gastado por el gobierno anterior.
El diputado Gerardo Núñez denunció el 20 de diciembre que “el Ministerio de Defensa del Reino de España no asume ninguna garantía respecto al (avión)” (apartado VII “Otras responsabilidades, Numeral 2”). Inquietud que comparte “el informe de la Sección de Asesoría Jurídica Notarial y Económico Financiero de la Fuerza Aérea Uruguaya”.
Ese mismo día el presidente Piñera anunciaba en Chile el fin de la búsqueda del Hércules de su fuerza aérea, desaparecido cinco días antes y del que se han encontrado pocos restos. No hay sobrevivientes.
La historia épica termina en tragedia. Del“militarismo […] destructivo […] al ridículo”, en palabras de Hayao Miyazaki, director de cine apasionado por los aviones de guerra. ¿Por qué todo esto? La respuesta del ministro García hace que me cueste creer que es el joven progresista con quien milité hace muchos años. Los Hércules “nos van a defender de aquellos que quieran venir por nuestra agua potable”. Uruguay es una gran reserva. Si la OTAN, Rusia, China o EEUU quieren atacarnos por el agua, les tiramos los Hércules por la cabeza.
La inmadurez del gobierno no deja de sorprenderme.