Una de las líneas argumentales de la coalición multicolor con relación a la gestión llevada a cabo por los gobiernos de Frente Amplio, ha estado entronizada en lo que denominan “el engorde del Estado”.
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Esta línea argumentativa, destaca el senador y economista Daniel Olesker, en un artículo de amplia documentación publicado en el diario La República, ha atravesado todo el discurso sostenido por los representantes del gobierno en la presentación de la ley de Rendición de Cuentas.
“Se nos ha querido construir un relato del engorde del Estado durante estos 15 años de gobierno (…) la ampliación de la acción del Estado en estos años ha tenido como objetivo la protección social, la mejora de ingresos y calidad de trabajo de la clase trabajadora, la seguridad pública y la inversión productiva”, comienza afirmando, una vez más, el senador frenteamplista.
No puede comprenderse este proceso desconociendo su articulación con “los ejes de la acción que se expresó en que el 75% del aumento del gasto público en estos años fue para esos rubros”.
En su artículo describe cómo todo el proceso relacionado con “la construcción del sistema Nacional Integrado de Salud, la negociación colectiva y las libertades sindicales, la reconstrucción del sistema público de vivienda y la prioridad al sistema cooperativo, el aumento del gasto educativo y la extensa red de protección social” han sido “los bastiones de este modelo de crecimiento con distribución que construimos” y que sin ese escenario estratégico para el desarrollo de las políticas públicas nada puede entenderse e ignorarlo implica descontextualizar todo el proceso desarrollado en los últimos 15 años.
Para fundamentar este accionar de largo aliento, el economista repasa los datos más relevantes desde un punto de vista económico, pero también social y por tanto político: “crecimiento de 63% de salario real, más de 100% en los salarios más bajos, 250 mil puestos de trabajo nuevos, la informalidad cayendo de 40 a 24%, un millón de personas pobres menos y caída de la desigualdad”.
Todo ello fue posible, afirma a partir de un notable proceso de transformación en “la composición de los perfiles de los trabajadores del Estado”.
“Ya hemos insistido”, señala Olesker, “que en los 69 mil vínculos laborales nuevos que existen en el estado entre 2004 y 2019, 73 mil son en salud, educación, seguridad social, seguridad pública y vivienda”.
Y reafirma la supremacía en la composición de dicho funcionariado público de los “docentes, maestros, enfermeros, psicólogos, laboratoristas, trabajadores sociales, policías y operadores penitenciarios”, agregando que, en el resto de “las funciones públicas” y lejos de lo que se viene afirmando, hay menos trabajadores.
Al graficar lo anterior con datos inapelables sobre los vínculos con el Estado, el economista suma al análisis, aquello que no se viene reconociendo por parte de los acusadores oficialistas sobre el “engorde estatal” supuestamente promovido por los gobiernos frenteamplistas: el comportamiento observado en todas y cada una de las intendencias del país con relación a los vínculos con las mismas.
Los datos presentados en una larga temporalidad histórica que parte del año 2004, le permiten afirmar al economista y senador frenteamplista lo siguiente:
“Que los gobiernos departamentales que en los 15 años fueron gobernado por el partido nacional o colorado (en el caso de Rivera) (…) aumentaron 1.653 sus funcionarios. (todos aumentaron menos Flores y Tacuarembó) (…) que los que fueron 10 años gobernados por dichos partidos (…) aumentaron 1.113 sus vínculos laborales y en tres de ellos los dos periodos en cuestión explican el 88% (Treinta y Tres), 89% (Rio Negro) y más del 100% (Florida) de los aumentos”.
Con respecto a esta misma variable: ingresos a la función pública departamental, el comportamiento de los departamentos gobernados por el Frente Amplio arroja datos que indican “que en los tres gobiernos departamentales que fueron 15 años gobernados por el Frente Amplio que son los tres últimos, el número de trabajadores se redujo en los 3 años (…) la información de trabajadores públicos a nivel nacional y a nivel departamental habla por sí sola” destaca el economista.
Para dar mayor contundencia al significado político de estos datos, el senador frenteamplista en su conclusión final agrega: “Ah me olvidaba agregar que, en la casi totalidad de los gobiernos del primer grupo (aquellos gobernados por el partido nacional y el Colorado), el ingreso fue sin llamado a concurso”.