No el de éste Abril, en que también tuvimos “Viraje” sino al de hace 48 años.
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El sangriento abril del 72 modificó totalmente el estado de cosas. Hasta el 13 el proceso tenía continuidad con el iniciado en 1955 cuando el Partido Comunista cambió su dirección y su orientación. Dejó de ser simplemente una fracción de la Revolución Comunista Mundial y de ver el mundo a través de los cristales globalizados de la 3º Internacional y asumió que, más allá de esquemas justos, las realidades nacionales marcaban caminos específicos en cada país.
Y empezó a recorrerlos en busca de la construcción del bloque nacional y popular que rompiese con la hegemonía de los partidos tradicionales.
En el 62 nace el Fidel, fruto de la búsqueda comunista y de la esclarecida comprensión de hombres como Don Luis Pedro Bonavita y muchos otros que hicieron madurar el desencanto con la política seguida por Blancos y Colorados en una nueva fuerza política.
¡Muchas cosas pasaron con el correr de los años y la agudización de la decadencia nacional!
Otros partidos y movimientos de la izquierda hicieron, a su vez, sus propios procesos evolutivos y los trabajadores enseñaron que la Unidad era posible respetando la Diversidad.
Y le dieron al país un Programa Nacional y Popular.
Décadas de maduración en medio de la lucha nos dieron en el Frente Amplio la herramienta necesaria; a partir de su nacimiento el fin de la hegemonía de los partidos tradicionales era un hecho previsible.
Los procesos no son lineales y sobre todo, no son fáciles. El progresivo apartamiento del pueblo de la conducción política tradicional tuvo avances y retrocesos.
Y tuvo variantes. No todos estaban convencidos de que el camino indefectiblemente pasaba por la acumulación de fuerzas y la construcción del bloque social y político de los cambios.
El hecho es que, por un lado la tentación del atajo armado campeó por el Continente y la guerrilla se hizo presente.
Por el otro, la respuesta del Imperio fue la Doctrina de la Seguridad Nacional, las Fronteras Ideológicas y las Guerras “no convencionales”.
Su principal impulsor: Kissinger. Ese viejito achicado por los años que parece un inocente abuelo judío sentado frente a Trump.
Con la misma cabeza lúcida e implacable como siempre , pese a su apariencia que disimula la dureza de sus convicciones y lo amoral de su accionar.
¡Todo, absolutamente todo, se puede y debe hacer, si es para mantener en el mundo la hegemonía de los Estados Unidos y del Capitalismo!
En abril del 72 las cosas llegaron a su punto de no retorno.
Políticamente, Bordaberry, Presidente fraudulento y camaleónico, no conseguía estabilizar a su gobierno.
Con los votos del pachequismo y los “blancos baratos” no llegaba a la mayoría que le permitiese aprobar leyes. Y la situación le exigía profundizar el camino de la política reclamada por el Fondo Monetario Internacional y nuestras clases “acomodadas”.
¡Los “rosqueros”!
Enfrentados a esa amenaza de profundizar la política económica antipopular en el Movimiento Sindical los avances en la dirección de ampliar la base habían sido muy grandes.
Hay acciones que sintetizan la etapa y eso fue lo que demostró el Paro General del 13 de Abril de 1972.
¡Nunca se había hecho un Paro tan grande!
No fue únicamente que pararan la totalidad de los trabajadores, también paro, protestando contra el estado de cosas una inmensa porción de las clases medias.
No quiero alargar mucho esto pero, nunca, repito:¡ nunca! la Avenida “18 de Julio” tuvo tantos comercios cerrados.
Y no era “´esta” 18 de Julio a la cual las barriadas ricas le ha quitado público y categoría. En el 72 “El Centro” era 18 de Julio y ese día “el Centro estuvo mustio y cerrado.
Ya dije, no éramos los únicos en el juego y no controlábamos todas las variantes…el día siguiente, el 14 ¡todo cambió!
De acuerdo con la lógica del atajo armado y con una apreciación de la correlación de fuerzas que demostró estar equivocada el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, se lanzó al muerto por muerto.
La jornada fue trágica. Comenzó con la muerte del Capitán Moto en Las Piedras y la de Acosta y Lara en pleno Centro, ambos jefes del Escuadrón de la Muerte. Hubo otras acciones y por la noche el saldo era sangriento, brutal y favorable a las fuerzas más oscuras.
Esa noche se intentó hacer una matanza en el local Central del Partido Comunista que se frustró porque había medio millar de jóvenes en un acto y la sorpresa paralizó a quienes venían dispuestos a asesinar a “unos cuantos”.
¡No tenían la capacidad material para matar a cientos! Y el aviso llegó a la Cámara. Jaime Perez llegó acompañado de Héctor Gutiérrez Ruiz que era el Presidente de la Cámara de Representantes, la gente se empezó a agolpar y la “Fuerza de Tarea” se tuvo que retirar.
Tengo por seguro que cuando decidieron raptar, torturar y matar al “Toba” en Buenos Aires, entre otras cosas, le estaban cobrando lo de aquella noche.
El asesinato se frustró, pero, un Poder Legislativo que no estuvo a la altura de sus responsabilidades y que no advirtió que la vieja política había muerto, le votó al golpismo la Ley de Estado de Guerra Interna.
Un engendro de cuya redacción nadie se quiere hacer responsable y que dejaba arrumbada la Constitución, las Garantías del Debido Proceso y el Equilibrio de Poderes.
Por cálculo o temor se obtuvieron las mayorías parlamentarias y servil y genuflexo, el Poder Judicial no reaccionó.
Acató y dejó hacer.
Nunca me pude explicar el por qué, con tanta insistencia le reclamamos a las fuerzas Armadas que pidan perdón y no tenemos la misma exigencia para los Poderes que debían defender la Constitución y a las libertades, no le pedimos lo mismo.
Unos deben hacerlo por las atrocidades que hicieron y los otros deben hacerlo por su cobarde silencio.
Y su complicidad.
En fin, la cuestión es que, a partir del 14 de Abril de 1972 se abrió la etapa que finalmente culminaría con el golpe de Estado y la Dictadura de 12 años.
Sangriento prólogo. El 17 asaltaron el Seccional 20 del Partido Comunista y fusilaron a 8 compañeros que estaban desarmados y no ofrecieron resistencia.
Cuarenta y ocho años han pasado, pero, el país todavía arrastra el pesado lastre de ese período turbulento.
Salimos de la Dictadura con una Economía aún más deteriorada; con las grandes masas empobrecida a límites que eran impensables y con un andamiaje institucional remendado.
No me extraña que el General Manini discursee reclamando el cese de los procesamientos a torturadores asesinos que hoy son viejos “en situación de riesgo” pero que no se detuvieron ante los años, el sexo o la condición de quienes torturaban.
No me explico por qué no reivindica a Eichman, que fue como criminal de guerra por el Estado de Israel muchos años después.
Y ejecutado.
Mentira que es una “Justicia Manca” quienes participaron en la guerrilla, la única justificación de los militares, pasaron muchos años presos en el Establecimiento Militar de Reclusión Nª 1 y en Punta Rieles.
Con ellos, muchos que nunca fueron guerrilleros ni empuñaron un arma pero que eran luchadores sociales.
¡Basta por aquí! Es un asunto viejo pero no olvidado.
Quiero dedicarle unos parrafitos finales al fantasma del coronavirus que hoy nos recluye casi como presos.
Voluntarios y algunos convencidos. Yo me cuento entre los que creen que efectivamente el Covid19 existe y hay que cuidarlo.
Pero, también creo que me están agitando el fantasma para recluirme y controlarme.
Puede ser, no puedo negar la epidemia, pero me niego a dejarme manejar por pánicos alimentados por los medios.
En un mes llevamos 8 muertos y algo menos de 500 infectados. La mitad ya recuperados.
¿Cuántas personas mueren por día de otras enfermedades?
Me estuve informando a partir de algo que se le escapó al Ministro de Salud Pública: mueren entre 1200 y 1500 personas por años de enfermedades pulmonares.
¿Y de otras enfermedades?¿Cuantos mata el tránsito?
Además, ahora el Gobierno acepta que, a la larga todos nos vamos a infectar.
¡Linda para mí que soy “Población de Riesgo”! Está visto que, si no hay vacuna, a la larga nos infectaremos todos.
Entonces, el distanciamiento social es para “achatar la curva” cuestión que no colapsen los servicios de salud.
Muy bien, sigamos aceptando el razonamiento.
Ahora resulta que me agitan el fantasma de “los asintomáticos” que me podrían contagiar porque son como alinígenas que andan entre nosotros.
¡Abuelito, no salgas! ¡Cuidado con los “asintomáticos”.
¡Hazlo por tu familia! Mirá que se puede contagiar por el aire.
Una especie de “Miasmas” indeterminadas, inubicables y traicioneras que te pueden agarrar si andás por la calle.
Señores: ¡No me aterroricen con las “miasmas” y los “asintomáticos”.
Todo muy bien pero me vas a encajar la LUC y a lo sumo será “tratamiento virtual” con la gente en sus casas.
¡Minga!
Si entra la LUC nosotros debemos salir.
¡Abandonar la calle es dejarse matar a lo cordero, sin protestar!
Y ¡no me vengan con el sacrificio de todos.
Los rurales no pondrán cien millones, a lo sumo serían 20 que ya los ganaron con la suba del dólar.
Y los preocupados empresarios que “pondrán igual cantidad que la que donemos” luego descontarán de los impuestos lo que donaron.
¡Camarón que se duerme…!