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CELSO AMORIM, EXCANCILLER DE BRASIL

“Elecciones sin Lula son un fraude a la voluntad del pueblo”

Para el excanciller de Lula la prisión del expresidente es un golpe a la democracia brasileña. El diplomático, que forma parte de la campaña por la libertad de Lula, entiende que hay sectores de la élite brasileña que empiezan a preocuparse con la situación.

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Por Cynthia García El excanciller brasileño Celso Amorim se encuentra recorriendo varios países de América Latina como parte de la campaña por la libertad de Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde abril en Curitiba, acusado de “corrupción pasiva”. Entrevistado por la periodista argentina Cinthia García, reiteró que una elección sin Lula sería un “fraude a la voluntad del pueblo brasileño”.   Su visita a Argentina forma parte de la campaña por la libertad de Lula, por llevar a todo el continente los argumentos para la libertad del expresidente… Esa es la tarea inmediata. Nada se obtendrá si no se logra ahora una elección verdaderamente libre e irrestricta. Eso significa que Lula tiene que estar libre, no en la prisión, no en la cárcel. Y también que pueda ser candidato. No porque sea un derecho de él solamente sino que es un derecho del pueblo brasileño. Y es el preferido del pueblo brasileño, no solamente porque fue el mejor presidente sino que lo dicen todas las encuestas de opinión. Entonces una elección sin Lula en realidad es un fraude a la voluntad del pueblo brasileño.   ¿Qué posibilidades hay de que eso pueda ocurrir? Eso no es fácil, pero cuando uno mira una pared y ve solamente una abertura por donde entra un poco de luz tiene que caminar hacia la luz e intentar ampliarla. Y eso es lo que intentamos hacer. Porque si nos quedamos íbamos a renunciar a la lucha y como no se puede hacer eso tenemos que creer que es posible ampliar ese espacio que aún existe de esperanza, Creo, además, que hay un cambio de humor en una parte de la élite en Brasil, que está percibiendo que mantener a Lula en la prisión no es lo mejor. Claro que Lula no va a entrar en ninguna negociación del tipo de ser libre y no ser candidato. Las dos cosas tienen que caminar juntas. Eso no es imposible. Hace una semana teníamos esperanza en un juicio y hubo una maniobra jurídica muy fea que terminó en la postergación por la Corte Suprema, pero seguimos en la lucha.   ¿Cómo está Lula? Está bien. Está bien físicamente, está bien espiritualmente, mentalmente. Tuvo hace poco una aparición pública, en otro juicio al gobernador de Río de Janeiro sobre los Juegos Olímpicos y estaba con la mente muy clara, pero también muy ágil. Incluso haciendo bromas con el juez. Claro que debe estar un poco triste porque Lula es una persona muy sociable. Lula es un ser colectivo, Lula no es un ser individual que se queda en su habitación. Su manera de hacer el análisis político es escuchando a las personas, sacando sus conclusiones, haciendo sus síntesis, pero con base un poco en la discusión con la gente. Y es un ser muy afectivo, siempre estaba con alguien o de su familia o sus amigos. Con los metalúrgicos o con la élite política del mundo. Podía ser con (George) Bush, (Barack) Obama, o (Jacques) Chirac, pero siempre un ser político.   ¿Que significó para la democracia brasileña el encarcelamiento de Lula? Un golpe, La continuación a un golpe que ya venía. Obviamente el encarcelamiento de Lula es un hecho más brutal. Es algo que me inspiró a escribir un artículo ver ahí a Lula. Es una cosa casi surreal. Imaginar a Lula adentro de ese bloque de cemento que es el edificio de la Policía Federal en Curitiba, después cuando hubo un intento de visita de Adolfo Pérez Esquivel y de Leonardo Boff, de tenerlos ahí sentados sin poder entrar me hizo sentir mal. No era solo Lula, eran mis propias convicciones políticas. Para decir la verdad un poco de vergüenza de Brasil, como impedir que un Premio Nobel de la Paz haga una visita a una persona. No se puede negar que Lula es un preso político. Lula no está preso porque hay corrupción en Brasil. Probablemente hay. Y el sistema político es de tal naturaleza que no haya sido posible eliminarla. Pero no hay ninguna acusación concreta contra Lula en eso. La acusación contra Lula no se sostiene. Es un acto que no practicó. El propio juez dice que son actos de gobierno indeterminados y un beneficio que tampoco existe porque se trata de un apartamento que no es suyo. No hay documentos que digan que es de él, por el contrario hay documentos que dicen que no es. Y aun así está preso, es una situación casi surreal.   Hubo un juicio político a Dilma… En el caso de Dilma (Rousseff) hay un elemento muy fuerte de misoginia, de odio hacia las mujeres. Eso se vio, por ejemplo, con la candidata del Partido Comunista, un partido aliado nuestro, -Manuela Dávila- en una entrevista en televisión que fue una vergüenza. No se preguntaba su proyecto ni nada, las preguntas eran sobre cómo era como mujer. Una vergüenza. Es un país que tiene muchas cosas buenas pero que tiene también ese lado. Entonces Lula preso ha sido la demostración de que la democracia en Brasl no funciona. Creo que la propia élite lo ve con preocupación porque hay una amanaza de extrema derecha, que mucha gente puede aceptar pero que a otros no les gusta, Porque cuando empieza eso está la posibilidad de la censura, la imagen de Brasil en el exterior. Todo eso creo que ha creado un clima político un poco nuevo pero dependemos de acciones judiciales concretas para que Lula pueda ser liberado…   Lula se dedicó a construir poder popular a los largo de su vida... Él viene del pueblo. Lula cuando habla de que los brasileños no tienen acceso al tratamiento dental está hablando de lo que pasó con el mismo, entonces no hay ningún artificio. Y al mismo tiempo que hay identificación hay reconocimiento, porque para esa gente su vida mejoró de manera efectiva. Entonces, la posibilidad de que Lula esté libre es de una gran importancia y creo que su fuerza es tan grande que puede ganar la elección. Hay mucha discusión y hay muchos precedentes de gente que estaba en la misma situación y pudo concurrir a la elección, algunos gobernadores, pero la presión contra Lula es muy grande…   La intención del Partido de los Trabajadores (PT) ¿es de que sea el candidato? Sin duda. El PT es un partido grande, es el partido preferido de la población con alrededor del 20%, pero Lula tiene 40% o 50%, entonces, y donde la identificación personal es muy importante.   Usted fue canciller durante el tiempo en que América Latina se presentaba como un bloque, con una personalidad definida por la acción de gobernantes como Lula, (Hugo) Chávez, (Néstor) Kirchner, Evo, Tabaré, ¿cómo ve a la región ahora? La creación de Unasur, primera vez en 200 años que tenemos una organización política sudamericana. Después hicimos, tal vez con un grado menos fuerte, pero también importante, la Celac. La primera vez que los presidentes y primeros ministros de América Latina y el Caribe pueden reunirse sin una externa en la OEA…   ¿Qué cree usted que queda en pie de toda esa construcción? En este momento estamos como en una catedral que ha sido alcanzada por un bombardeo aéreo, pero es posible reconstruirla. Con los elementos que ya tenemos, las partes estructurales más importantes aún existen. Sobre todo la voluntad política del pueblo de trabajar en conjunto también existe. Entonces, es difícil y va a demandar un esfuerzo muy grande pero creo que habrá integración, Por eso es tan importante la situación de Lula y la situación de Brasil, porque no es solamente contra Lula, es contra la integración sudamericana que obviamente molesta a algunos intereses de fuera de la región y también a muchos o a una parte de la élite de nuestra región que prefiere verla dependiente del exterior y no autónoma.   Pensaba en Venezuela y los intereses intervencionistas de Estados Unidos… También en Brasil. Uno de los motivos para el golpe en Brasil ha sido el descubrimiento de más petróleo: el petróleo sigue siendo muy importante en el mundo, en un mundo donde la falta de recursos naturales puede ser la razón para conflictos internacionales.   ¿Venezuela ¿es la arremetida más importante de Trump? Lo que no se puede admitir, y ahora está el vicepresidente de Estados Unidos en Brasil pidiendo sanciones. El gobierno dice que no quiere sanciones unilaterales pero en realidad lo hace porque trabaja para el aislamiento de Venezuela. Cosa que no hace con ningún país, desde el inicio del gobierno militar, cuando Brasil votó la suspensión de Cuba. Eso es en realidad trabajar para las sanciones porque si el país queda aislado tiene más dificultades de obtener recursos financieros, entre otros. Y además aislar a Venezuela del Mercosur en lugar de atraer a Venezuela para el pluralismo y el diálogo la deja cada vez más aislada y tiene que buscar otros aliados. Yo no tengo nada en contra, pero es mejor tener algo plural y contactos varios que tener solo contacto con China o Rusia, pero ¿qué alternativa tiene? Están haciendo con Venezuela lo mismo que hicieron con Cuba hace 60 años, ¿con qué resultado? Eso es incomprensible. Si es incomprensible para otros países de Latinoamérica, para Brasil es totalmente incomprensible porque tenemos una gran frontera con Venezuela. Si hay un intento de un golpe contra Venezuela, de una acción militar, es muy preocupante, porque si hay algo ahí, una guerra civil, nos va a alcanzar. Entonces no es solo la solidaridad con un país amigo sino también es el interés brasileño. No nos puede interesar que haya un Vietnam en nuestras fronteras. El gobierno actual parece no comprender eso.  

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