Según una encuesta de Equipos, si la elección nacional se realizara en este mes de mayo, el Partido Nacional ganaría con un 32% de los votos contra 30% del Frente Amplio y 13% del Partido Colorado. Sin embargo, para Cifra, el Frente ganaría con el 30%, seguido por el Partido Nacional con 29% y el Partido Colorado con 14%, en tanto Manini Ríos estaría duplicando a Mieres con 4% a 2%. Al Partido Independiente le conviene más la encuesta de Factum, que le da 4% en la misma semana. Por otra parte, Factum dice que Daniel Martínez revolcaría por el piso a Lacalle Pou con 37% contra 30% y 16% de Sanguinetti; pero para poner un broche de oro a este circo de pronósticos, la consultora Estratégica da ganador al Frente con 35,7% contra 28,7% de los nacionalistas.
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Como verán, votar es perder el tiempo. Mejor contratemos a estos expertos, calculemos un promedio y pongamos la banda al que nos digan ellos.
Como sea, la inmovilidad de Tabaré es desesperante, no en su gestión, sino en la defensa de la misma. Lo más seguro es que el Frente gane en primera vuelta; pero hay un peligro real en el balotaje (cuando toda la derecha se una) de que el país retroceda a una época nefasta. Basta con mirar al otro lado del Río de la Plata para ver cómo nos irá si ganan los restauradores. Sin violentar los límites constitucionales, necesitamos a Tabaré en la primera línea de combate.
Imposible no hablar de “Sonrisas”
Cuanto más hablamos de él, más lo favorecemos; pero es tan inverosímil y surrealista lo que hace y plantea que resulta difícil sustraerse a la tentación de mencionar al paracaidista millonario. Lo mismo pasó con Donald Trump. El hecho es que hasta sus propios correligionarios le dan palo, a tal punto que Alem García amenazó a quienes le hacen bullying a Sartori con demandarlos. La estrategia del marketinero candidato es genial: se coloca en el lugar de la víctima para que la gente aumente su empatía con él; pero su programa es el de un verdugo. Toda la recorrida que hizo por el país para escuchar a los trabajadores y termina presentando un programa de terror donde los ultraja, pretendiendo paraguayizar la economía con propuestas que tienden a beneficiar solo a los más poderosos.
Promete sí crear 100.000 puestos de trabajo. El Frente ya lo hizo: creó 300.000 puestos en tres períodos; y pese a que se perdieron 60.000, el saldo muestra que se va por el camino correcto. La diferencia es que Juan Sonrisas propone hacerlo atrayendo inversores al estilo paraguayo, con una explotación laboral legalizada, aunque le dice a la gente lo que la gente quiere oír: bajar los impuestos y aumentar el bienestar. Neoliberal convencido y demagogo a más no poder, no dice de dónde obtener los recursos; hay que confiar en su palabra divina e iluminada.
Quilombo en tiendas blancas y aledañas
Como sea, la interna blanca es (si me disculpan el francés) un verdadero despelote. Mientras Iafigliola tuvo que declarar en estos días en Fiscalía por sus expresiones homofóbicas, Enrique Antía acusó a sus propios correligionarios. Con respecto a Sartori, ha dicho que su partido es muy importante como para andar engañando a la gente y se preguntó (sobre la propuesta de entregar medicamentos gratis a los jubilados) de dónde saldrían los 250 millones de dólares para lograrlo. En una entrevista con El Observador recordó que la empresa que su competidor interno administra en Maldonado dejó a mucha gente sin trabajo en los últimos dos años y también la emprendió contra Lacalle y Larrañaga en RBC, de Piriápolis: “Le dieron la espalda y la gente se fue. Dieron por perdido Montevideo y Canelones”.
Otros cuestionaron al yerno del magnate ruso por el clavo que dejó en el Banco de la República bajo el rótulo de “deudor irrecuperable”. La firma Union Agriculture Group debe al sector financiero uruguayo 63 millones de dólares, 43 de los cuales son del República.
Algunos que en su momento se acercaron a Novick por su dinero, ya volaron de inmediato para otras tiendas. Zubía se unió a Sanguinetti, no sin antes quejarse de que en el Partido de la Gente no le dieron guita ni para sacar fotocopias a un proyecto; mientras que el asesor del empresario, Jorge Perrini, lo abandonó para apoyar a otro candidato con la billetera más abultada. A Novick le quedan menos dirigentes que pelos en la cabeza y tiene su lógica: atrajo gente con dinero y esa misma gente se va con otro que le ofrece mejores posibilidades. Es lo mismo que le sucede a Lacalle Pou. No tenía más que juventud, buena presencia y el magnetismo del poder y el dinero para ofrecer… Bastó con que apareciera otro que lo superara en esos tres rubros para que se lo comenzara a chupar gajo a gajo. Hasta Verónica Alonso, que lo descalificó como candidato, terminó rendida ante el embrujo de esas tres virtudes de Sartori. Lo más posible es que, por más fortuna que ponga en la campaña, no le den los tiempos para ganarle al heredero; pero sí o sí, la tercera parte del Partido Nacional quedará en sus manos, con el poder que ello implica.
En tiendas blancas, no termina de darse un pase cuando cae otro. El intendente de Treinta y Tres, Dardo Sánchez, abandonó el grupo de los intendentes que impulsa a Enrique Antía a la presidencia (Mejor País) y volvió con Larrañaga. Por su parte, Luis Lacalle Pou se bajó de un debate con los demás candidatos de su partido para “preservar la unidad”, una forma elegante de decir que una regla de oro en marketing político es que quien va primero no debe debatir jamás con el resto.
Lacalle prioriza el comercio internacional y critica al gobierno por no dejar de lado las diferencias ideológicas con el fascista Bolsonaro; pero su actitud es diferente si hablamos de Venezuela y apoya el bloqueo a que se le somete por razones ideológicas.
Los blancos tienen el mismo discurso con que los macristas ganaron en Argentina. Los resultados ya son conocidos. Están en contra de que el Estado asista a los más necesitados; pero claman a gritos por asistencia para ellos, rebajas impositivas, mejores caminos rurales sin que deban poner un mango, exoneraciones, subvenciones y soportes de todo tipo. No quieren que el Estado intervenga (por ejemplo, con Consejos de Salarios) a menos que sea para beneficiar a los grandes empresarios y terratenientes.
Luego de proponer eliminar la tolerancia cero con el consumo de alcohol cuando se maneja, al heredero no se le ha caído ninguna otra idea y lo que sí se le cae es la intención de voto, que sigue en picada. Larrañaga pide la cadena de radio y televisión como un piadoso tanque de oxígeno para salir del tercer lugar en las internas; pero ya ni con eso… La única pregunta interesante con respecto al Partido Nacional es a quién llevará de candidato a vice Luis Lacalle. Si Sartori sale segundo, sería lógico incorporarlo a la fórmula; pero será difícil, aun cuando precisen su fortuna para la campaña. Veremos si la necesidad de efectivo prima sobre la falta de trayectoria del advenedizo.
Con cualquiera de ellos que gane, la oligarquía criolla tendrá un defensor de sus intereses más oscuros y egoístas. El neoliberalismo se presenta en el horizonte como una amenazante tormenta que puede destruir todo lo que con gran esfuerzo se levantó en casi quince años. Han celebrado hasta quedar afónicos los triunfos de Macri y Bolsonaro y no ocultan sus planes porque están convencidos de que el país crecerá si beneficiamos a los poderosos y cargamos sobre las espaldas de los más humildes las consecuencias de sus despiadadas teorías económicas.
Hay un solo partido donde sus candidatos recorren juntos el país y muestran una fraternidad que es un ejemplo de cultura cívica para el mundo. Es el partido que levantó al Uruguay desde los escombros hasta convertirlo en el de menor pobreza e indigencia de América Latina y el Caribe, el del salario mínimo nacional más alto y uno de los de mayor transparencia, menos corrupción y democracia plena.
Ni Oscar, ni Daniel, ni Carolina ni Mario necesitan hacer promesas ni invertir fortunas en la campaña.
Les preceden los hechos.