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La contabilidad era perfectamente llevada

No fue INEFOP: el falso relato sobre el concurso de Envidrio

La realidad jurídica, es que la justicia inmediatamente le concedió la moratoria al pedido de Envidrio

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Caras y Caretas Diario

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Luego de que, se fundiera, en 1999, la empresa Cristalerías del Uruguay, se creó en 2007 Envidrio, una empresa nacida del empeño y la apuesta de sus trabajadores para recuperar la producción nacional y las fuentes laborales en este sector productivo.

Considerada “uno de los buques insignia” durante el período de gobierno de José Mujica, comenzó su producción en agosto de 2008, luego de dos años de trabajo para alcanzar la reconstrucción de su planta industrial.

La historia de este proceso, cuyos principales protagonistas son los trabajadores, puede ordenarse en tres grandes momentos: un primer período que abarca desde la instancia en el año 2006, fecha en que el proyecto Envidrio se presentara a un concurso del BROU, donde obtuvo el 5to lugar entre cerca de otros 200 proyectos presentados al mismo y el año 2016.

En este punto de arranque (2006), se había solicitado un monto total de U$S 3.800.000, el que fuera cancelado en 2011, la cancelación del monto adquirido, incluyó los correspondientes intereses y Envidrio terminó pagando un total de U$S 5.100.000.

Desde esta fecha y hasta el año 2016, fecha en que llegó a su fin la vida útil del horno de la planta, el trabajo de la empresa fue realizado sin interrupciones.

A partir de este momento, comenzaría lo que puede definirse como el segundo momento del emprendimiento de los trabajadores: el largo proceso por realizar innovaciones de producción que permitieran al proyecto la incorporación de los nuevos desarrollos tecnológicos.

Para alcanzar este objetivo, se propuso la creación de una nueva planta y la expansión de la producción allende las fronteras nacionales.

Envidrio no limitaría su producción al mercado nacional, sino que, se propuso incursionar en el sector de las exportaciones.

Esta nueva perspectiva del proyecto productivo se materializaría en la alianza entre Envidrio y Venvidrio (Venezuela), naciendo así Alenvidrio.

La construcción de la nueva planta comenzó en 2015 y fue financiada por el aporte de Venvidrio (Venezuela) y un préstamo solicitado al FONDES.

Aunque lo acordado con Venezuela se cumplió en su totalidad, no sucedió lo mismo con el FONDES, cuyo aporte se detuvo en el 80% de lo acordado.

Los efectos sobre el proyecto se evidenciaron en la imposibilidad de poder terminar la nueva planta antes del cese de la vida útil del horno anterior y en agosto de 2016 se detuvo la producción.

Esta detención provocó que la producción nacional de vidrio tuviera un impasse entre 2016 y 2018, fecha esta en la que se termina la construcción de la nueva planta.

La producción en la nueva planta se desarrolló, desde mitad de 2018, hasta diciembre de 2019.

La historia de este proyecto de los trabajadores, y su situación actual, no puede entenderse desconociendo el profundo rechazo que, desde sus inicios tuviera el mismo, sobre todo por parte de aquellos que, hoy en el gobierno, desprecian cualesquiera de las iniciativas de los trabajadores.

La información actual sobre Envidrio ha quedado “congelada” a las acciones que sobre la misma se iniciaran en el ámbito judicial, a partir de las decisiones adoptadas por INEFOP.

En atención a esta situación, Caras y Caretas Portal, mantuvo una larga entrevista con el doctor Mario Moll Pardo, quien junto a su equipo de trabajo compuesto por el doctor Alejandro Remedi, lleva adelante la representación judicial actual de los trabajadores.

Lejos de lo que se ha afirmado, nos señala el representante jurídico de los trabajadores “el concurso fue solicitado por los integrantes de la cooperativa de estas dos sociedades, fue un concurso voluntario, donde se tienen todas las posibilidades de lograr una salida con convenios  de una forma más fácil que si hubiera habido un pedido de INEFOP, por ejemplo, de concurso necesario, INEFOP entró el concurso necesario unos días después que nosotros entramos el voluntario, la doctora de primer turno lo rechazó el concurso de INEFOP y le dio trámite al nuestro que era el que estaba presentado”.

El doctor Moll, destacó, además, que el concurso voluntario presentado por los trabajadores no tuvo mayores observaciones desde el punto de vista contable y que la única enmienda que se solicitó fue el pasaje de los balances a moneda nacional ya que se habían presentado en dólares.

“La contabilidad era una contabilidad perfectamente llevada, en ambas empresas, perfectamente controladas, no había nada raro, porque cada concurso se analiza por un técnico forense que maneja las irregularidades de las contabilidades y en este caso se llevó de una forma muy, muy lógica la contabilidad y no hubo problemas”, señaló el doctor Mario Moll.

La realidad jurídica, señaló Moll, es que inmediatamente se les concedió la moratoria a Envidrio: “la empresa pidió el concurso (…) de ahora en adelante se empezó a trabajar en un ordenamiento de la empresa, reconstruirla desde el punto de vista más que jurídico, comercial para poder empezar a lograr acuerdos con FONDES, con INEFOP y obviamente con recursos que vinieron del exterior y con acreedores comerciales y aquellos que brindan los servicios como UTE, OSE y otros”.

Lejos de la imagen que se tiene sobre la situación productiva de la planta, el entrevistado explicó que “la planta no está parada, tiene una actividad baja, pero, no está parada”, destacó también que estamos ante “una planta que está, entre las mejores de Sudamérica, con un horno absolutamente privilegiado para el Uruguay, desde el punto de vista económico y tecnológico”.

En la entrevista sostenida, el doctor Moll fue muy claro con relación a los supuestos impagos y/o atrasos de los mismos que se le han adjudicado de forma errónea a la empresa: “lo que se le debe al FONDES está garantizado con prendas , no se le está debiendo gran cantidad de dinero vencido,  se le debe un préstamo de cerca de 14 millones, pero vencidos hay solo una o dos cuotas, o sea que, tampoco hay una gran cantidad de dinero vencido, tampoco a INEFOP se le debe, vencida, gran cantidad de dinero, obviamente lo que está faltando en estos momentos son negocios que, con la garantía del concurso, se pueden generar”.

La perspectiva, de ahora en más, es que la empresa empiece a funcionar, señaló, para lo cual ya se han generado instancias con la sindicatura y el interventor y “empezar a trabajar en pos de que la empresa empiece a funcionar”, rechazó así mismo lo que definió como “leyenda urbana” sobre la planta, leyenda que supondría algo así como su “inexistencia”, cuestión que, reafirmó, no es real.

“La planta está y está en óptimas condiciones y eso está a la vista de quien lo quiera constatar, está impecable la planta”.

Como parte del trabajo actual que se desarrolla entre el estudio jurídico del doctor Moll y los trabajadores, “ya se están buscando inversiones en el exterior, inversores fuertes y que van a colaborar para que la planta siga funcionando, hoy por hoy desde el punto de vista ecológico y comercial y de un mundo de avanzada es ilógico que esta planta en el Uruguay no funcione”, expresó.

El especialista jurídico destacó, sobre el final de la entrevista, dos temas relevantes, el primero, donde destacó el valor que hay que concederle a la voluntad y “la fuerza de los laburantes” que fueron los que hicieron posible el desarrollo de este proyecto, con independencia de que se pueda reconocer, que se precisa desarrollar un fuerte plan de negocios que permita su expansión y sostenibilidad.

En segundo término, destacó que esta planta, aporta fuente laboral a un total de 150 trabajadores directos y sus respectivas familias y a cerca de 400 personas que se beneficiarían indirectamente de la producción y funcionamiento de la misma.

“Si todos nos ponemos “las pilas” puede salir, el apoyo del exterior está y lo que resta es empezar a trabajar”, concluyó afirmando enfáticamente, el doctor Mario Moll.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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