Luego de la comparecencia del expresidente Julio María Sanguinetti en la comisión que analiza si hubo espionaje en democracia, los diputados Gerardo Núñez (presidente de la comisión) y Luis Puig hablaron con los medios. Todo indica que el espionaje existió y que fue más estructural de lo que podía pensarse. Por otro lado, también se confirmó la presencia de la CIA, intervención tantas veces cuestionada. ¿Qué se puede sacar en limpio de la presencia del doctor Julio María Sanguinetti? Desde nuestro punto de vista, hoy pudimos comprobar y demostrar en la comisión investigadora la existencia de espionaje sistemático en la democracia. Espionaje, no como hechos aislados, en alguna dependencia del Estado, sino ordenado por quien fuera comandante en jefe del Ejército en 1985, el general [Hugo] Medina que, en un documento del Ministerio de Defensa, expresa con absoluta claridad el plan de espionaje a desarrollar sobre organizaciones políticas, sindicales, religiosas, organismos y comisiones de Derechos Humanos del Frente Amplio, de los partidos tradicionales, de la Unión Cívica, pero la gravedad de esto es que fue ordenado por el comandante en jefe del Ejército en 1985, que posteriormente, en el año 1987 es designado ministro de Defensa. Desde estas alturas venían las órdenes. ¿Esto compromete a Sanguinetti? Eso es parte de lo que estamos analizando en la comisión. Lo que sí está claro es que las personas que designó Sanguinetti, tanto en el primer período [1985-1990] como en el segundo [1995-2000], desarrollaron espionaje militar a gran envergadura. Hoy le mostramos documentos firmados por estas máximas jerarquías. Lo que está claro, es que coincide una actitud del primer gobierno de Sanguinetti, que estaba en contra de que se realizara el plebiscito en el año 1989 [para derogar la llamada Ley de Impunidad] con esta sistematicidad institucionalizada de espionaje. No estamos hablando de hechos aislados, no es como dijo el doctor Sanguinetti que se trató de grupúsculos con una visión nostálgica. Estamos hablando de directivas que se impartieron desde los ministerios directamente, desde las direcciones de inteligencias dependientes de Interior y Defensa, por lo tanto, es ineludible. Y es una actitud inexplicable -esto lo dijimos en la comisión- que se niegue, con toda la documentación que tenemos arriba de la mesa, que el espionaje fue institucionalizado, sistemático, planificado y existió; no se puede reducir a unos pocos. ¿Qué dijo Sanguinetti al ver los documentos que le presentaron? Expresó que no lo ordenó, que había ordenado lo contrario. Quiso plantear una situación en la cual, aparentemente, ese documento estaba planteando una acción legal. Cuando profundizamos en el documento, que es de 1985, pero que está basado en directivas que aplicaba la dirección del Ejército en el año 1982, que implicaba seguimientos y una red de infiltrados. Sanguinetti niega haber dado esa orden. Lo que es innegable es que el plan sistemático de espionaje existió. Son tres millones de documentos, que se realizaron con parte del dinero público que se destina a los ministerios de Defensa e Interior, y lo utilizaron para espiar a la democracia. ¿Esto va a pasar a la Justicia? Eso lo vamos a estar analizando. La comisión tiene un plazo de 60 días más para establecer el informe que presenta al pleno de la Cámara de Diputados. Lo cierto es que hay una voluntad de toda la comisión de investigar e ir a fondo. Si las conclusiones a las que arribemos determinan que esto tiene que pasar a la Justicia, así va a ser, porque nos parece que hay que dar una señal muy fuerte, convincente, en cuanto a respetar a la democracia para que estas cosas no ocurran más. Incluso hay aspectos de soberanía. Lo que hemos mostrado al doctor Sanguinetti no son sólo fue la actuación de agencias nacionales de Inteligencia, sino, también, de la infiltración que hizo la CIA [Agencia Central de Inteligencia, por sus siglas en inglés, del Departamento de Estado de Estados Unidos], en el ministerio de Relaciones Exteriores y en el del Interior. Esto pasó en nuestro país y no pueden seguir sucediendo. Entonces, lejos de estar negando estas acciones de espionaje, como hoy ocurrió por momentos en la comisión, lo que tiene que existir es un reconocimiento para afianzar la democracia y para que estas actitudes, contrarias a la Constitución y a las leyes, no ocurran más. ¿Sanguinetti es el responsable político que están denunciando? Lo que está claro es que no se llevaron adelante los controles correspondientes. Hoy le pusimos en evidencia una investigación que había hecho el directorio de ANTEL en su primer período de gobierno donde daba cuenta que se habían hecho escuchas telefónicas durante la dictadura. Bueno, con esa investigación que había hecho el gobierno de Sanguinetti, se tendrían que haber tomado otras medidas, hecho otros controles, que evidentemente no existieron. Lo que ha sucedido fue un avasallamiento de las normativas constitucionales y legales, y los principales responsables, que eran designados por el Poder Ejecutivo, no tenían como contrapartida los controles adecuados. ¿En el transcurso de la comisión, hubo un cambio de postura del doctor Sanguinetti? Pienso que no. Entiendo que lo que planteó es que no existió el espionaje institucionalizado y sistemático. Él dice que pudo haber espionaje pero que era de grupúsculos. Desde nuestro punto de vista eso está más que descartado por el volumen del archivo que estamos analizando, por los documentos en cuanto a su procedencia. En un caso es del Ministerio de Defensa y en el otro del Interior. Tienen la firma de los principales responsables. No fue, insisto, una acción de grupúsculos.
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