“Se observa una reducción en 50% de las compras, es decir, 5 de cada 10 fármacos analizados fueron comprados en menor cantidad en promedio en los dos últimos años respecto del promedio 2018- 2019”. Así lo confirmó la respuesta al pedido a la información pública que solicitó en el mes de mayo la bancada de legisladores del Frente Amplio (FA) para conocer las compras, consumo y stock de medicamentos en la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE).
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Desde el FA explicaron que la solicitud del informe buscaba “analizar el impacto del recorte presupuestal en el rubro medicamentos, que alcanzó un 37% en los dos últimos años, de acuerdo a la información remitida al Parlamento en Rendición de Cuentas”.
La consulta que realizaron los legisladores frentistas se enfocó en 32 medicamentos que se utilizan para tratamientos de enfermedades prevalentes que, según señalaron, padecen la mayoría de los usuarios de ASSE. Estas son: hipertensión arterial (prevalencia 36%), diabetes mellitus y prediabetes (prevalencia 6%-9%), dislipemia (prevalencia 18%), dolor (agudo intenso -incidencia en emergencia de 30% y crónico- prevalencia de 20%), salud mental (depresión y ansiedad, prevalencia 8%-10%), enfermedades respiratorias (EPOC y asma prevalencia aproximada de 10%-12%), medicamentos de prevención cardiovascular (primera causa de muerte en Uruguay), hipotiroidismo (prevalencia de 2,2%), antiepilépticos (prevalencia epilepsia de 1%), corticoterapia (tratamiento autoinmune, antialérgico, asma, enfermedades intestinales, etcétera), alergia (prevalencia de 21%), entre otras.
Principales hallazgos
De acuerdo a la información que recibió el FA, además de confirmar el recorte del 50% en la compra de medicamentos, se pudo conocer cuáles fueron los fármacos que estos dos últimos años se compraron en menor cantidad y en qué porcentaje se redujo la compra: medicamentos para la presión arterial (11%), atorvastatina para el colesterol (8%), medicamentos para tratamiento de diabetes (2%), prevención cardiovascular con ácido acetil-salicílico (8%), inhaladores para control y tratamientos de enfermedades respiratorias (11%), preventivo de dolor crónico y cefalea: amitriptilina (16%), tratamientos de múltiples patologías con prednisona (17%) y fármacos antiepilépticos (8%).
Por otro lado, el informe también evidenció que, en estos dos últimos años y en comparación al período 1018-2019, la compra de algunos grupos de medicamentos (22%) se mantuvo estable, como por ejemplo en los recetados para tratar el hipotiroidismo y la alergia (loratadina). En cuanto a otros medicamentos (28%) las compras aumentaron: remedios para atender salud mental en un 15% y analgésicos en un 5%. No obstante, el informe detalla que, al desglosar la lista de analgésicos, se observa un aumento de la compra de paracetamol del 32%, lo que se relaciona al tratamiento de la covid-19, y una reducción del 25% en analgésicos utilizados como antiinflamatorio (diclofenac, ibuprofeno y meloxican).
De acuerdo al análisis de la información obtenida que realizó un equipo de asesores del FA vinculados al área de salud y de presupuesto, “en lo que corresponde a los stocks, se observa una reducción de los mismos al final de 2020 y del 2021 respecto de los stocks mantenidos en 2019. Si bien la caída en 2020 fue más profunda que en 2021, en ambos casos fue muy significativa. A diciembre de 2020 se vieron reducidos los stocks de 75% de los medicamentos analizados y mientras que en 2021 la caída fue de casi 60% de los fármacos informados”.
“La merma en el mantenimiento de stocks debilita un plan de contingencia por un eventual déficit en compras de cualquier tipo y causa, lo que resta posibilidades de abastecimientos de emergencia. Situación de contingencia que lamentablemente sucedió con el incendio del laboratorio Fármaco Uruguayo en diciembre de 2021, que encontró a ASSE con un déficit de stock con respecto a años previos en casi 2/3 de los medicamentos básicos aquí analizados, por ejemplo: antihipertensivos, ácido acetil-salicílico, amitriptilina, atorvastatina, antiepilépticos, levotiroxina, analgésicos, prednisona, entre otros”, agrega el texto de análisis.
Sobre el impacto del faltante de medicamentos en la salud de los usuarios y usuarias de ASSE, mencionan las principales conclusiones, de las cuales solo destacaremos algunas: “Teniendo en cuenta la prevalencia de la hipertensión arterial de un 36,6%, según la última encuesta nacional de factores de riesgo (2da Enfrent), la reducción de compras de un 11% de fármacos básicos en su tratamiento resulta una conclusión dramática en términos sanitarios, más teniendo en cuenta el aumento de las muertes por enfermedad cardiovascular durante la pandemia”. También se refieren a la prevalencia del hipercolesterolemia 2, de un 18,4%, donde la reducción de compra de atorvastatina en un 8% contribuye al aumento del riesgo de enfermedades cardio y cerebrovasculares.
“Según la encuesta antes indicada la prevalencia de diabetes mellitus y prediabetes es de un 6% a un 9%, y si bien las compras disminuyeron 2% durante estos dos años, el consumo se redujo en un 6,7% en 2020 y en 5,2% en 2021 de fármacos para su control, lo que contribuye aún más al aumento del riesgo cardiovascular durante el período”, añade el informe.
Con respecto a la reducción de compras de antihipertensivos, medicamentos para el colesterol, ácido acetilsalicílico y la reducción de consumo de antidiabéticos, aseguran que “es muy probable asociar estos elementos de reducción de múltiples fármacos usados en prevención cardiovascular que concluye el análisis, con el aumento sustantivo del riesgo vascular de los usuarios de ASSE durante el período”.
Otra de las preocupaciones presentes en el análisis es el descenso en las compras de 17% de prednisona, ya que se trata de un inmunomodulador y antiinflamatorio necesario para el tratamiento de enfermedades autoinmunes, inflamatorias, respiratorias, entre otras. “El mal control de enfermedades que requieren inmunomodulación y otras enfermedades, como ser las enfermedades inflamatorias intestinales, articulares, respiratorias, prevención de complicaciones de gravedad conocidos como empujes y de progresión, generan discapacidad irreversible. Para enfermedades respiratorias como asma o EPOC, la prednisona es imprescindible para prevenir y tratar cuadros graves y/o moderados, controlar crisis respiratorias agudas”.
Para visualizar la dimensión del recorte en medicamentos, el informe propone algunos ejemplos que permiten traducir la reducción de la compra en pesos. “Solamente en la compra del medicamento para tratar la gastritis y la protección gástrica se recortaron más de 12 millones de pesos. Lo mismo ocurre en los medicamentos para tratar la hipertensión arterial, donde se reducen sus compras a valores contantes en un 15%, que representa un recorte de 13 millones de pesos y en analgésicos no utilizados para el tratamiento sintomático de covid- 19 con un recorte cercano al 30%, superando los 9 millones de pesos. También las compras de los fármacos para tratar enfermedades respiratorias fueron recortadas en más de 6 millones de pesos”.
Recorte y mala gestión
Caras y Caretas dialogó con la diputada frenteamplista Lucía Etcheverry, quien brindó algunas reflexiones sobre el faltante de medicamentos y su impacto en la atención sanitaria. “Lo que queda claro es que hubo un recorte presupuestal. Le quitaron recursos económicos a ASSE, lo que implica recortarle recursos al principal prestador público que tiene presencia nacional. Esto, a su vez, afecta de forma directa la salud de la población más vulnerable. Se trata, nada más y nada menos, de la falta de medicamentos que son esenciales para patologías crónicas, destinadas a personas que requieren tratamientos y que, mayoritariamente, tienen una situación económica compleja. Ahí hay una primera decisión política que va en detrimento de la calidad de atención en salud de los usuarios de ASSE”.
La diputada se refirió al análisis que hizo el quipo profesional que asesoró al FA y remarcó que el tipo de medicamentos donde más se evidenció el recorte fue en aquellos utilizados para el tratamiento de patologías crónicas, como la hipertensión, enfermedades cardiovasculares o diabetes. “Imagínate no contar con los medicamentos para tratar ese tipo de enfermedades, nosotros lo venimos diciendo desde el año pasado, que recibíamos planteos de usuarios que, por ejemplo, tenían problemas para acceder a la insulina, no solo porque no estaba el medicamento, sino que le cambiaban el tipo de insulina cuando no se trata del cambio de nombre fantasía, sino del principio activo. Estas personas, ante cada cambio, tenían que regular su tratamiento”.
Por otro lado, Etcheverry sostuvo que, además del recorte de recursos, la información recibida evidenció que existe “un problema serio de gestión en la compra de los medicamentos: están comprando menos, pagando más y con situaciones de irregularidad administrativa”. En tal sentido, la diputada cuestionó que todos estos inconvenientes sucedieron en el marco de la salida de la pandemia, cuando el sistema de salud debería estar preparado para evitar el colapso de los servicios. “Luego de más de un año de alteraciones en los servicios de salud, donde hubo que apelar a la telemedicina, se retrasaron tratamientos, se reprogramaron cirugías, con las secuelas del coronavirus, y sumado a que ASSE recibió más de 100.000 usuarios nuevos, el sector público debería ponerse a tiro con los seguimientos y con la captación de patologías. En ese marco, decidieron cambiar el sistema de compra. Antes había tres sistemas informáticos aplicados a la gestión de medicamentos, que se utilizaban para tener control del stock, pero eso se dejó de lado para instalar un nuevo sistema que actualmente no está operativo, por lo cual también perdieron la trazabilidad y la capacidad de tener alertas tempranas de stock”.
Consultada por la respuesta del gobierno ante el faltante de medicamentos, la legisladora expresó: “A lo largo de estos últimos meses hubo al menos seis explicaciones distintas por parte de las autoridades. Se comprometieron a resolver el problema en 15 días, dijeron que iban a importar medicamentos, pero los 15 días pasaron y el problema sigue”.