Las autoridades locales dijeron que los niveles del agua del reservorio, uno de los más grandes de la región, están estables, pero el gobernador de ese estado, Jerry Brown, advirtió que la situación es muy seria, compleja y puede cambiar de forma súbita, por lo que se envió al personal especializado para enfrentarla. Intensas lluvias causaron en las últimas semanas un aumento del nivel del agua y provocaron la salida del líquido por encima de las paredes de contención del embalse, por lo que los especialistas pusieron a funcionar un aliviadero de emergencia, pero a este se le detectó un agujero en su parte superior y se temía que pudiera socavar la estructura de concreto y por consiguiente provocar la inundación de las localidades más bajas de la zona. Los niveles del lago disminuyeron anoche al dejar salir agua por el aliviadero, pero parte del líquido aún se derrama por encima de la presa. El jefe policial del condado de Butte County, Kory Honea, dijo anoche que la situación parecía mejorar, aunque señaló que los residentes deben seguir evacuando el área. La erosión que ocasionó todas estas medidas de emergencia no avanza tan rápido como pensábamos, eso es algo muy bueno, añadió Honea, al citar evaluaciones del Departamento de Recursos Hídricos de California. Sin embargo, expertos citados este lunes por el diario Los Angeles Times aseguran que la situación aún es precaria y el peligro está latente, por lo que se mantienen las medidas de seguridad anunciada por las autoridades.
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