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Retroceder nunca, rendirse jamás

Por Enrique Ortega Salinas

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Caras y Caretas Diario

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Hay noticias que están condenadas a pasar fugazmente por el firmamento de los orientales y no se pasarán una y otra vez como una rapiña.

Una de ellas es que para marzo, Primaria inaugurará 22 escuelas nuevas y ampliadas, lo que permitirá superar el 20% de integración de tiempo completo.

La mayoría de los seres humanos tienen un grave problema que les lleva a ser presa fácil del suprapoder: se desesperan por lograr algo; pero cuando lo alcanzan, de inmediato inician un proceso de desvalorización, desinterés y descuido. Sucede, por ejemplo, con el enamorado que sufre por una mujer. No duerme ni come bien, se angustia y promete cualquier cosa a fuerzas del más allá a cambio de una oportunidad con la fémina. Cuando ella da el sí, él toca el cielo con las manos. Luego viene un período mágico, de ensueño… Luego la costumbre y con ella, la crítica al menor indicio de imperfección. Un día, la desidia le lleva a perder lo que tanto le costó y se lamenta; pero ya es tarde, porque otro ocupa su lugar.

Lo mismo puede suceder con los uruguayos, porque escrito está que los pueblos que olvidan su pasado están condenados a repetirlo.

Muchos no recuerdan la época en que:

* los docentes se pagaban el boleto y la sociedad médica,

* solo los niños bian tenían computadora,

* solo la gente bian se iba de viaje,

* solo “ellos” tenían automóvil,

* las pensiones y jubilaciones aumentaban por debajo de la inflación,

* tenías que presentar la tarjeta de un blanco o colorado para entrar a un cargo público,

* te pedían el voto para sacarte la jubilación,

* a tu hermana, hija o madre las trataban como una mierda en el trabajo porque eran personal doméstico, sin derechos jubilatorios ni salario mínimo,

* el patrón de la estancia echaba a un peón y este se iba para el rancho sin indemnización ni reclamo,

* te prometían un carguito a cambio de militar en un partido tradicional,

* la asignación familiar no alcanzaba ni para pañales,

* los familiares de los directores del BHU accedían más fácil a una casa que quienes estaban primero en la lista,

* solo los amigos del presidente obtenían ondas radiales,

* te decían que si ganaba el FA enviarían a tus hijos a Cuba y si tenías dos heladeras te quitarían una para dársela a otro,

* si un niño o adolescente dejaba de ir a la escuela o liceo nadie iba a su casa para investigar el motivo porque a nadie le importaba un carajo,

* había escuelas rurales sin luz,

* la fibra óptica solo era un sueño primermundista.

El Frente Amplio no es un partido ajeno a los errores ni sus dirigentes son perfectos y en más de una ocasión les he criticado alguna que otra postura; pero si no vemos todo lo positivo que nos han dado y la manera en que sacaron al país de las ruinas, más que ingratos seremos estúpidos y devolveremos graciosamente el Uruguay a las familias que lo exprimieron durante siglos, perjudicando a muchos para beneficiar a unos pocos.

Hay cosas en el Frente que no me gustan; pero las combato desde adentro y formo parte de los que cinchan el timón hacia la izquierda, porque tengo claro que los adversarios están fuera. Quedarse en la casa, dejar de luchar o votar en blanco, es lo mismo que votar a los blancos, enemigos confesos y declarados de la clase trabajadora. No hay día en que sus partidarios no tilden de vagos y atorrantes a quienes son auxiliados por el Mides, mientras sus líderes, los grandes terratenientes, viven mendigando favores al gobierno. Los pequeños productores se están avivando y ya no es fácil llevarlos a las convocatorias de los grandes llorones.

No leí la proclama de Un Solo Uruguay (apéndice del Partido Nacional) por lo que solicito a los lectores (y disculpen mi ignorancia) si entre los reclamos y propuestas figuraban cosas como estas:

  1. Elevar el salario de los peones.
  2. Recrudecer la sanción penal para quienes compren ganado robado.
  3. Recrudecer la sanción penal para quienes maltraten físicamente a la peonada.
  4. Implementar un pequeño impuesto a los grandes terratenientes para mejorar la caminería rural, escuelas y hospitales de campaña.
  5. Disminuir la siniestralidad en el tránsito aumentando las penas a conductores ebrios.
    6. Combatir el crimen prohibiendo a los uruguayos tener cuentas en paraísos fiscales.
    7. Ser implacables con los jerarcas que usan reparticiones públicas para comprarse a sí mismos cosas como combustible.
  6. Reducir las desigualdades sociales.
  7. Aumentar el control de la DGI en establecimientos rurales para obtener recursos que puedan volcarse a Salud, Educación y Seguridad.

Si se les olvidó incluirlas, estoy seguro que estos buenos orientales apoyarán con entusiasmo tales iniciativas.

Hace unos días (en una conferencia y a efectos de explicar la legalización de la marihuana) pregunté a 500 personas en México si conocían al Pepe Mujica. Cientos de manos se levantaron con admiración, cariño, respeto y hasta ojos humedecidos por la emoción.
Cuando los taxistas me preguntan por él en diversos países, me limito a responder: «No se llevó un pinche peso para la casa».

No es casual que esté incluido en una enciclopedia como una de las 100 personas que cambiaron al mundo.

Hay que tener el voto muy blanco y el alma muy negra para no reconocer lo que el Pepe representa para los uruguayos.

En resumen, compa, si tienes quejas contra el Frente, ven, preséntalas y luchemos para cambiar las cosas erróneas; pero defendamos al Frente y al país y digamos juntos a los que buscan la restauración conservadora: no pasarán.

Costó mucho llegar hasta aquí. Si nos rendimos, el retroceso será alevoso. La revolución es una lucha permanente, no de un día, no de unos meses, no de unos pocos años.

No lloremos mañana lo que no supimos defender hoy.

 

 

 

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