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Investigación periodística señala sitios de enterramiento en el Batallón Nº 14

Una investigación del periodista Marcelo Falca (La República), con base en fuentes militares y de Madres y Familiares, señala dos presuntos lugares de enterramientos clandestinos en esa unidad militar.

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El periodista del diario La República, Marcelo Falca, denunció ante la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad la existencia de dos posibles sitios de enterramiento de detenidos desaparecidos en el Batallón de Infantería Paracaidista Nº 14 emplazado en Toledo (Canelones). La denuncia es parte de una investigación periodística sobre enterramientos clandestinos durante la última dictadura. Falca -patrocinado por el abogado Óscar López Goldaracena- compareció el jueves 8 ante el fiscal Ricardo Perciballe para presentar detalles de la investigación. En esa instancia, el periodista ratificó la información aportada en el dictamen y aportó las aclaraciones y ampliaciones solicitadas por la Fiscalía, según una crónica publicada este lunes por el diario La República. La investigación refiere a dos presuntos lugares de enterramientos en esa unidad militar, con base en diversas fuentes. La primera está basada en información aportada por militares y concluye que uno de los posibles sitios de interés estaría ubicado debajo del piso, contrapiso o cimentación de una edificación identificada como la Enfermería, que se encuentra emplazada dentro del predio de la unidad. La otra versión fue aportada por integrantes de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. Esta se sustenta en testimonios que apuntan a la existencia de otro enterramiento debajo de una construcción aledaña a la Enfermería, dentro de la misma unidad. El sitio, un galpón rectangular rodeado de vegetación, estaría destinada a sala de empaque de los paracaídas. La investigación incluyó un pedido de acceso a la información pública (Ley 18.381) al Ministerio de Defensa sobre detalles de la citada Enfermería, entre ellos, la fecha de construcción así como de eventuales modificaciones que se hayan realizado. En su respuesta (Oficio N° 447/EMP/16), el Comando General del Ejército informó que “no existen registros fidedignos” de la mencionada edificación y que la información que se proporciona está basada en “datos del personal con mayor antigüedad”. La inexistencia de información surge del relevamiento de la documentación efectuado en el propio Batallón de Infantería Paracaidista N°14 como en la Brigada de Ingenieros N °1, donde se lleva un registro de las construcciones militares, señala el informe -firmado por el Comandante en Jefe del Ejército General Guido Manini Ríos-, detalla La República. No obstante, según información contenida en registros fotográficos “aparentemente el inicio de la construcción data del año 1983, estimándose que se finalizó la obra en el año 1987. Por otra parte, “se tiene conocimiento de que se realizaron ampliaciones a la edificación original consistiendo en un segundo piso, aproximadamente dos años después de finalizada la construcción inicial, la cual se habría realizado entre los años 1989 y 1995”, dice el informe. A su vez, se encontró un registro en la Brigada de Ingenieros N° 1 del año 2006 aunque “para asesorar sobre la reparación parcial de la cubierta del depósito de armamento, ubicado en la planta alta de dicho edificio”. También se menciona la existencia de un “Plano Director fechado el 21 de agosto de 1990 con las obras proyectadas (algunas de ellas no han sido ejecutadas a la fecha) y un plano de implantación actual de las instalaciones del Batallón de Infantería Paracaidista N° 14 que no fue adjuntado al informe por razones de estricta seguridad física de las instalaciones militares”. Falca pudo acceder al plano, lo que permitió corroborar la ubicación exacta de la Enfermería. La investigación implicó un contacto con los arqueólogos José López Mazz y Octavio Nadal. Los profesionales realizaron el cotejo de las fotografías aéreas de 1981 y de 1986 obtenidas por dichos profesionales, lo que confirma con exactitud el lugar donde está emplazada dicha Enfermería, que la construcción “no existía en 1981”, y que se habría edificado “antes de 1986”. Incluso, López Mazz afirmó que en sus labores de investigación sobre enterramientos clandestinos recibió información de que durante la construcción de la Enfermería y de galpones aledaños podrían haber habido enterramientos en el marco de la llamada “Operación Zanahoria”. Esta información la habría aportado en su momento en causas judiciales, sugiriendo incluso un relevamiento con Geo Radar que nunca se llegó a concretar. Ante esto, la denuncia presentada por el periodista propone y solicita al fiscal Perciballe “una actuación arqueológica precisa, no invasiva, consistente en el relevamiento del piso de la enfermería y de las construcciones aledañas, realizado con Geo Radar (GPR)”. También se solicitó que este trabajo este a cargo de López Mazz, ex jefe del Equipo de Antropología Forense de la Udelar (hoy Grupo de Investigación en Arqueología Forense), y que sea realizado por técnicos de la Cátedra de Geofísica de la Facultad de Ingeniería. El relevamiento tiene como objetivo producir un perfil geofísico del sedimento subyacente del piso y determinar anomalías existentes. “Una vez realizada la actuación de campo y analizada críticamente la información producida se estudiará, en base al resultado que haya arrojado, la posibilidad de una etapa de excavación y/o exhumación forense”, dice el artículo. En el predio del Batallón Nº 14 fueron hallados los restos del maestro Julio Castro (en octubre de 2011) y de Ricardo Blanco Valiente (en marzo de 2012). Los restos de ambos fueron hallados en una zona situada a los fondos del Batallón Nº 14, conocida como “los campos de Vidiella”. Los cuerpos estaban a solo cincuenta metros de distancia uno de otro y tenían “el mismo patrón de enterramiento”. En ambos casos, los cuerpos estaban enterrados sobre un lecho de roca (“cuando hicieron la fosa llegaron a la piedra y siguieron con alguna herramienta unos 30 o 40 centímetros”) y cubiertos de cal. En ese momento, López Mazz planteó que se podía estar en un cementerio clandestino de la dictadura. López Mazz refería al posible hallazgo de “Arlington”, denominación utilizada por los militares para señalar un presunto lugar de enterramiento masivo de cuerpos, cuya existencia fue revelada por el periodista Roger Rodríguez.

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