El programa de inclusión financiera que, entre otros atributos, tenía el de hacérsela más difícil a los delincuentes, parece que, en ese aspecto, tuvo éxito, pero de la mano con el perjuicio que genera a la población decente: los ladrones y rapiñeros actúan más para no perder poder adquisitivo. Al menos eso es lo que se desprende de las palabras del subsecretario de Interior, Jorge Vázquez. Los datos relevados por ese ministerio marcan que antes de la inclusión financiera, los rabos a celulares y carteras significaban el 38%, mientras que en el 2017, con inclusión financiera mediante, subieron a un 59%. En lo que refiere a dinero, el porcentaje de 2016 fue del 62% contra 41% del 2017. Con esas cifras sobre la mesa, Vázquez dijo a El Observador que esa modificación se debe a que «el delincuente tiene más dificultad para robar, roba por menos monto, porque lo que roba lo tiene que vender, y necesita de robar más veces para sobrevivir», según indica el diario.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARME