Son tres años de baja en los salarios reales como una tendencia mundial. La crisis COVID, inédita en su manifestación, consecuencias como en las medidas de política económica a contramano de cualquier manual han hecho en forma combinada que los salarios se vengan desplomando. Este es el principal resultado del Informe Mundial sobre Salarios de la OIT es que “los salarios y el poder adquisitivo de los hogares han sufrido un menoscabo considerable durante los tres últimos años”, debido primero a la pandemia de COVID19 y sus efectos sobre el crecimiento y posteriormente la inflación junto con una nueva realidad de caída del crecimiento.
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El salario real viene en baja y esto afecta en forma más acentuada a las clases asalariadas y a los grupos más pobres que disponen su ingreso para la compra de alimentos y productos de más necesidad sin ninguna capacidad de ahorro.
En este contexto el informe resalta y marca una importante preocupación por la importancia de las políticas para atender esta realidad. En concreto, afirma que la no existencia de medidas de política adecuadas podría tener efectos nefastos y seguir afectando el poder adquisitivo de los salarios que están muy correlacionados con lo que ocurre a nivel del mercado de consumo.
Sin mejora en los ingresos reales y en la distribución la recuperación económica es mucho más difícil y a su vez, no solo aumentan las vulnerabilidades, sino que, a su vez, se crean focos de protesta y bienestar ya que la población tiene necesidades para subsistir.
En plena inflación mundial en la primera mitad del 2022 se dio una importante caída de los salarios reales.
La erosión de los salarios reales ha venido a agravar algunas pérdidas salariales importantes sufridas por los trabajadores y sus familias durante la crisis de la COVID19.
Tendencias regionales
América del Norte (Canadá y Estados Unidos) el efecto de composición fue muy acentuado en 2020, cuando se produjo un aumento repentino de los salarios reales medios del 4,3 por ciento. A partir de ese año, el crecimiento salarial se redujo al 0 por ciento en 2021 y cayó al –3,2 por ciento en el primer semestre de 2022.
América Latina y el Caribe el efecto de composición fue también muy visible, ya que los salarios reales aumentaron un 3,3 por ciento en 2020. Posteriormente, el crecimiento salarial se situó en valores negativos del –1,4 por ciento en 2021 y del –1,7 por ciento en el primer semestre de 2022.
Unión Europea, donde los planes de mantenimiento del empleo y los subsidios salariales protegieron en gran medida los puestos de trabajo y los niveles salariales durante la pandemia, el crecimiento del salario real se ralentizó hasta situarse en el 0,4 por ciento en 2020, repuntó hasta el 1,3 por ciento en 2021 y volvió a caer, esta vez un –2,4 por ciento, durante el primer semestre de 2022.
Europa Oriental el crecimiento del salario real se desaceleró, cifrándose en el 4,0 por ciento en 2020 y el 3,3 por ciento en 2021, tras lo cual se desplomó hasta el –3,3 por ciento en el primer semestre de 2022.
Asia y el Pacífico, el crecimiento del salario real se desaceleró hasta alcanzar el nivel del 1,0 por ciento en 2020, ascendió al 3,5 por ciento en 2021 y volvió a decrecer en el primer semestre de 2022, cifrándose en el 1,3 por ciento. X Por lo que se refiere a Asia Central y Occidental, el crecimiento del salario real sufrió una disminución del –1,6 por ciento en 2020, se recuperó con fuerza en 2021 y se ralentizó hasta el nivel del 2,5 por ciento en el primer semestre de 2022.
África los datos indican una brusca caída del crecimiento del salario real del –10,5 por ciento en 2020, seguida de una etapa ascendente todavía en valores negativos, a saber, del –1,4 por ciento en 2021 y del –0,5 por ciento en el primer semestre de 2022.
Estados Árabes son provisionales, pero las estimaciones apuntan a un bajo crecimiento salarial del 0,8 por ciento en 2020, del 0,5 por ciento en 2021 y del 1,2 por ciento en 2022.