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La Revista | Cardoso |

Justicia

Germán Cardoso en la cuerda floja

Por más que ahora el exministro Cardoso pretenda circunscribir todo a la adjudicación de publicidad, son demasiadas las irregularidades por las que debe responder

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Fiel a su estilo, Germán Cardoso, exministro de Turismo y actual diputado colorado, dijo el miércoles al salir de Fiscalía: “Quedó probado que durante mi gestión no hubo la existencia de ningún delito”. Y luego se refirió a las acusaciones por compras irregulares de publicidad. Sin embargo, tenemos malas noticias para Cardoso.

El próximo 20 de agosto se cumplirá un año de su abrupta salida del Ministerio de Turismo, presentada públicamente como “renuncia”, pero en realidad fue una destitución.

Basta recordar la secuencia de hechos: el exdirector de Turismo Martín Pérez Banchero relató al semanario Búsqueda una serie de irregularidades vinculadas a los procesos de compra de publicidad, señalando la presencia del prestamista Elbio Rodríguez. Enseguida Cardoso pidió una reunión al presidente Luis Lacalle Pou y le llevó expedientes, asegurando que “allí estaba todo”. Pero no estaba todo.

Una vez más había mentido y el presidente lo sabía. Para no afectar a la coalición de gobierno, Lacalle visitó en su domicilio a Julio María Sanguinetti, secretario general del Partido Colorado, para expresarle su intención de cambiar al ministro de Turismo.

Cardoso renunció ese mismo día y se convocó a conferencia de prensa en la residencia del líder colorado en Punta Carretas. Cuando él, a esa hora exministro, intentó explicar, fue interrumpido por Sanguinetti, quien evitó referirse a las irregularidades y terminó. Pero dos días después, sin haber hablado aún con el presidente, confirmó también en su casa el nombramiento del colorado Tabaré Viera como nuevo jerarca de gobierno.

El viernes 17 de diciembre, Lacalle Pou llegó a la avenida Chiverta de Punta del Este para inaugurar una moderna subestación de UTE iniciada bajo gobierno del Frente Amplio.

De pronto, Germán Cardoso bajó la vereda presto, tendiéndole la mano al presidente. Pero éste lo ignoró, le palmeó el antebrazo y siguió su camino sin cambiar palabras. La cara del exministro de Turismo, desairado, lo dijo todo.

Apenas unos segundos duraron las reveladoras imágenes difundidas por Subrayado.

Antes, Búsqueda informó sobre nuevas y graves irregularidades cometidas durante la gestión de Cardoso. Entonces el diputado Eduardo Antonini (MPP-FA) solicitó la formación de una comisión preinvestigadora que luego se trasformó en una investigadora que tuvo una particularidad.

El ex ministro también propuso una investigadora sobre la gestión anterior, aunque curiosamente no presentó ninguna prueba. Así se transformó en denunciante y denunciado y participó en las reuniones de la comisión en tal carácter. Algo nunca visto en la historia parlamentaria.

Por mayoría la comisión decidió “pasar todos los antecedentes a la Justicia”. El caso recayó en la Fiscalía de Delitos Complejos, a cargo del fiscal Gilberto Rodríguez.

Qué se investiga

Por Pérez Banchero, a quién Cardoso había destituido, nos enteramos de varias situaciones.

Por ejemplo: el intento de comprar en forma directa publicidad digital a tres empresas, una de ellas llamada Kirma, radicada en Estonia. Sin ningún control sobre lo efectivamente hecho, cuando la empresa pretendió cobrar, nunca se pudo hacer el giro porque, como no cumplió con normas antilavado, el Banco República no hizo el depósito. La empresa hizo los trámites para ceder sus derechos a Sarasota, otra empresa de Miami, para cobrar 280.000 dólares. Pero tampoco se aceptó.

En la comisión investigadora parlamentaria Elbio Rodríguez reconoció haber sido él quien “acercó a Kirma porque su intención era acceder a un primer negocio para después ampliarlo a otros organismos del Estado”.

No obstante, hay irregularidades muchísimo más graves porque finalmente y por diferentes razones lo de Kirma no se concretó.

La fiscalía ha profundizado sobre el papel de Elbio Rodríguez en el ministerio.

Tanto Cardoso como él dijeron que no era funcionario, sin embargo, hasta oficina tenía. Y peor, ahora se sabe que tuvo acceso a muchísima información ministerial y fue parte del denominado “grupo Roma”, creado por Cardoso para realizar compras de publicidad por fuera de el organigrama vigente en el ministerio.

¿Qué hacía entonces alguien que no tenía vinculación formal con el Estado, más que la reconocida amistad con el ministro? ¿Por qué razón tenía acceso a información oficial reservada? ¿Esa información le fue útil para intervenir en la adjudicación de la concesión del hotel Serena, propiedad del ministerio?

Peor: ¿Elbio Rodríguez fue al ministerio con la intención de hacer negocios para sí y tal vez para su amigo Cardoso? Por si quedaran dudas, él mismo reconoció lo que pretendía con Kirma.

El asunto Serena

Pero hay otro dato no menos importante. El empresario Eduardo Abulafia, quien pese a no figurar en la empresa adjudicataria del Serena era el operador reconocido en Maldonado, tenía una deuda de unos 314.000 dólares tomada con Rodríguez en su carácter de prestamista. El otro acreedor importante era Mario Bonanata, a quien le debía 500.000 dólares, según informó Búsqueda.

Abulafia no podía integrar la sociedad porque entonces tenía un embargo importante de la DGI por deudas de otras actividades comerciales.

El 13 de marzo del 2020 la esposa de Abulafia, titular de la empresa concesionaria, decidió autoeliminarse después de que el gobierno nacional anunciara el comienzo de la pandemia, el cierre de hoteles y la suspensión del Congreso Mundial de Interpol, a realizarse en el Centro de Convenciones de Punta del Este y para lo que el hotel Serena había logrado precontratos de servicios por casi 500.000 dólares.

Ya no podría cumplir con ninguno de sus compromisos y además los juicios laborales se acumulaban.

En el año 2016 se creó Galiza SA, integrada por Daniel Reta, también asesor de Cardoso, Diego Rodríguez (hermano de Elbio) y Sara Tavares, ciudadana brasileña, escribana, esposa de Elbio Rodríguez y responsable del estudio notarial donde su compañero también presta dinero.

Ambos integran, además, una empresa offshore en Panamá.

En agosto de 2020 esta sociedad pretendió comprar la concesión del hotel Serena, pero, según informó Búsqueda, “el negocio no se realizó por el alto nivel de endeudamiento de Costa Naturali”.

Casualmente, Rodríguez y Bonanata eran los mayores acreedores.

Hoy Bonanata es el nuevo concesionario del Serena. Pero según varios testigos, los hermanos Elbio y Diego Rodríguez han sido vistos en el hotel. Además, la cifra que Abulafia le debía a Rodríguez es casi la misma que la empresa Kirma pretendió cobrarle al ministerio.

¿Fue Kirma otra forma que encontró Rodríguez para intentar cobrar las deudas del Serena? Tal vez no contaba con que Cardoso sería destituido y este asunto saliera a luz.

Ocurre que Rodríguez no llegó solo al ministerio. Fue su amigo Cardoso quien lo llevó y permitió desempeñarse allí.

Entonces, por más que ahora el diputado y exministro pretenda circunscribir todo a la adjudicación de publicidad, son demasiadas las irregularidades por las que debe responder.

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