El proyecto, impulsado por el Instituto Cuesta Duarte y el Inefop, se enmarca en las Respuestas Innovadoras a Desafíos Estratégicos (RIDE) y apunta a consolidar espacios de trabajo bipartitos que permitan la planificación de la formación permanente y el abordaje de problemas vinculados con la productividad.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Mariana, Paula, Tatiana y Lorena, están al frente del proyecto “La mejora de la productividad a través del diálogo social y la formación permanente”, denominado Prodisoc(Productividad y Diálogo Social). Están convencidas de que las y los trabajadores deben analizar y estudiar todos los factores que inciden en la productividad para poder impulsar luego sus puntos de vista, con una mirada integral, en los ámbitos del diálogo social y la negociación colectiva. A través de este proyecto innovador, se proponen distintos objetivos: capacitar a 500 trabajadores y trabajadoras de las empresas seleccionadas, dejar establecidos instrumentos metodológicos para la elaboración de mapas funcionales y planes de capacitación para trabajadores en actividad y también, consolidar "espacios de trabajo bipartitos que permitan la planificación de la formación permanente y el abordaje de problemas vinculados con la productividad".
Si bien inicialmente se establecieron contactos con media docena de empresas del sector metalúrgico, de autopartes y otros rubros para explicarles la iniciativa, finalmente y luego de un proceso de estudio y decantación, se definió que las empresas participantes del proyecto fueran Yasaki Uruguay SA, Fanacif SA y Partiluz SA. "Es que tuvimos que conversar mucho y romper muchos prejuicios, porque todavía hay empresarios que miran con desconfianza la posibilidad de discutir de productividad en términos abiertos con los trabajadores y sindicatos, y al mismo tiempo, también hay trabajadores que siguen a la defensiva pensando que cuando les van a hablar de productividad les tratarán de imponer más esfuerzo y más trabajo por el mismo salario".
Puntos de partida
Las cuatro mujeres que lideran el proyecto Prodisoc son universitarias y sindicalistas. Mariana Mendy es magíster en Sociología y está cursando el doctorado en la disciplina. Es docente grado 4 y coordinadora de la Unidad Académica del Servicio Central de Extensión de la Universidad de la República. Desde su rol académico, hace más de veinte años que participa en distintos espacios de estudio y análisis relacionados con la sociología del trabajo. Ha colaborado con otros proyectos del Instituto Cuesta Duarte, así como también con distintos sindicatos y federaciones sindicales.
Mariana es la coordinadora general del proyecto y está convencida de que la capacitación sobre la productividad "es una herramienta fundamental para los trabajadores" y un "aporte de conocimiento que les permitirá incrementar sus competencias analíticas" y en función de ello, mejorar sus posibilidades futuras de empleabilidad.
Mendy explicó que el proyecto tuvo que vencer ciertos prejuicios iniciales que no siempre fueron admitidos de manera explícita. "A veces no te dicen frontalmente lo que piensan ni te dan una respuesta negativa a participar, pero eluden pronunciarse. Y esas evasivas dicen mucho". Al parecer, desde el empresariado no todos están efusivamente dispuestos a trabajar sobre una propuesta que implica tripartismo y diálogo social, por más que viniera con el respaldo del Inefop.
Una vez que el proyecto comenzó, también hubo que buscar soluciones prácticas a problemas cotidianos, especialmente vinculados a la gestión del tiempo, porque la dinámica de la vida productiva marca sus pautas a las que también se tuvieron que adaptar las profesionales y los asesores técnicos.
Según la socióloga del trabajo, "es fundamental que las y los trabajadores se impliquen con la productividad", particularmente “en una etapa de desarrollo global, que algunos autores llaman ‘capitalismo cognitivo’ y que en países dependientes como el nuestro, muchas veces se percibe como lejana y se corre de atrás”.
Mendy remarcó que “las diferentes etapas de desarrollo implican diferentes conceptos de productividad. Sin embargo, muchas concepciones permanecen ancladas en la etapa de producción en masa propia del capitalismo industrial, vinculada a la velocidad de ejecución, esto es: cantidad de productos por unidad de tiempo. Estas concepciones y formas de organización están siendo superadas y es necesario que los trabajadores y trabajadoras se metan de lleno en el estudio de estos procesos, porque a veces sucede que en las negociaciones colectivas se acuerdan cláusulas de productividad que no necesariamente lo son. Pero para saber diferenciar, distinguiendo lo sustancial de lo accesorio hay que capacitarse. Porque si los trabajadores y trabajadoras no están interiorizados de los aspectos sustantivos, no tendrán herramientas para afrontar una realidad que los comprende. Con esto no quiero decir que todos tengan que ser expertos en productividad, o que tengan que cursar estudios de posgrado. Me refiero a la capacidad de identificar los principales determinantes: ubicar de que depende la productividad en una rama de producción, que vínculo guarda con su inserción internacional ya que no es lo mismo una firma que integra una cadena global de valor, que una firma situada en una cadena o en un espacio productivo nacional. Creo que los trabajadores deben tener integrado un mínimo menú básico de herramientas para cuando llega el momento de dialogar sobre la productividad en las empresas en las que trabajan
Al mismo tiempo, el proyecto está dirigido a empresarios, mandos medios y trabajadores y se considera como "una oportunidad" del tripartismo que impulsa el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop).
Fortalecer las dos partes
Paula Leguísamo es estudiante avanzada de la Licenciatura en Desarrollo. Desde hace 2 años se encuentra investigando los procesos de incorporación de nuevas tecnologías en el mundo productivo y las transformaciones que estos procesos suponen en el trabajo para los sectores industriales, con especialmente énfasis en los desafíos para la acción colectiva de los y las trabajadores. Participó como asistente técnica en el proyecto Industria Integrada y en esta iniciativa se focalizó en la creación de contenidos para la formación de trabajadores y trabajadoras sobre los cambios tecnológicos y sus efectos en el mundo del trabajo.
"En estas semanas de trabajo, hemos visto cómo se ha logrado una mirada abarcativa de la productividad en las empresas en las que estamos desarrollando el proyecto. Ha servido para identificar problemas, hay ideas, surgieron propuestas, los trabajadores han planteado soluciones a determinadas problemáticas y desde el sector empresarial han escuchado y dado su opinión. Sinceramente creo que vamos por buen camino, se construye confianza, se nota que hay ganas de avanzar. Yo supongo que en el fondo, todos somos conscientes que estamos ante un proyecto innovador, y eso supone un desafío". Leguísamo valoró muy positivamente la oportunidad que se genera a través de los proyectos RIDE del Inefop "para pensar a lo grande".
Si bien las responsables de Prodisoc confiaban contar con más empresas para este proyecto y al mismo tiempo, que los trabajadores comprenderían "de manera más simple todo lo bueno que supone esta iniciativa y de involucrarse y formarse en productividad, en el territorio nos dimos cuenta que falta mucho por trabajar, mucho por discutir y posiblemente falta el convencimiento de muchos trabajadores de la importancia que tiene la discusión sobre productividad". Precisamente, en este plano, Paula insiste en la necesidad de reforzar ciertos conceptos básicos por los que se debería construir un espacio de discusión en el movimiento sindical sobre la productividad. "Este tipo de proyectos dan un marco, toman la iniciativa, pero se debe discutir en espacios masivos, el alcance debe ser mayor. Por eso creo que más allá de Prodisoc, habrá que seguir trabajando para poder generar esta visión conjunta de que los trabajadores tienen que discutir de esto, porque en un contexto de cambio tecnológico, con nuevas tecnologías y automatización, resulta imprescindible conocer de qué depende la productividad y desde qué lugar se tienen que posicionar los trabajadores para poder generar un trabajo de calidad. Y si pensamos en otra de las reivindicaciones del movimiento sindical como la reducción de la jornada laboral, por ejemplo, resulta fundamental entender lo que es la productividad". En ese sentido, Leguísamo está convencida de que "el primer obstáculo está dentro de nosotros, como organización sindical" y agregó que allí se debe colocar uno de los ejes centrales de la discusión. Pero al mismo tiempo, "nos sorprendió que muchas empresas no estuvieran interesadas en hablar de productividad, tal como pensábamos de acuerdo a los discursos públicos. Por lo tanto, de ambas partes falta convencimiento, pero quienes se deciden a participar de esta experiencia, salen fortalecidos".
Ese fortalecimiento está pensado en hechos concretos del proyecto que promueve el Instituto Cuesta Duarte y supone una visión conjunta de desarrollo, apuntalando a las empresas nacionales o internacionales para que generen capacidades productivas mirando hacia el futuro. Esto implicaba también generar un mapa funcional, que es el producto específico que da una visión conjunta de la empresa, su sistema productivo y cómo se inserta en el mercado.
Visiones del desarrollo
Lorena Nin se incorporó al proyecto Prodisoc cuando el equipo ya estaba casi conformado pero su avidez por el tema la llevó a integrarse casi de manera natural. Ella está muy cerca de egresar de la Licenciatura en Desarrollo, con enfoque en la gestión del Estado y las políticas públicas. Trabajó en el Instituto Nacional de Rehabilitación, fue coordinadora de un proyecto Mides dentro del programa Calle y realizó un trabajo para el Instituto Nacional de Estadística en convenio con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD). Ha recibido cursos y capacitación para el trabajo con poblaciones vulnerables con énfasis en género, discapacidad y personas en situación de calle.
Su rol como asistente técnica del proyecto ha sido el relevamiento del estado de situación al punto de partida y el posterior seguimiento del proceso de trabajo.
"Esta primera etapa ha sido de aprendizaje. Tuve que familiarizarme con las ramas, con las industrias que están en el proyecto, conocer cuáles son sus características, los perfiles, los sectores, el entorno de las industrias, unas cuantas cosas y ponerme al día con muchos temas con los que mis compañeras ya venían trabajando. Eso me implicó estudiar mucho para poder entrar en el territorio a sumar en las tareas cotidianas de trabajo".
Lorena explicó que el estudio y análisis del punto de partida, es clave para este proyecto. "Intentamos estudiar a fondo el perfil socio demográfico de los trabajadores de las empresas participantes. Saber cuáles eran sus concepciones de productividad, qué es lo que sabían y lo qué no, y particularmente a qué asociaban el concepto de productividad".
La mirada de género
Tatiana Antúnez es educadora social y una de las principales referentes en la construcción de perspectiva de género en el movimiento sindical. Estuvo a cargo de la conformación de Mujeres Integradas, el componente que impregnó de un abordaje de género cada uno de los productos del proyecto Industria Integrada.
Desde su visión, un proyecto sobre productividad representa un gran desafío para el movimiento sindical, "no solo porque estamos acostumbrados a escuchar el término siempre vinculado al mundo empresarial sino porque además creo que no hay una apropiación de los conceptos en relación a los trabajadores y las trabajadoras en general, pero en particular a los organizados".
Según Antúnez, desde el inicio del proyecto Prodisoc se pudo comprobar que "es notoria la diferencia de conocimiento y la riqueza de conceptos que se manejan en los ámbitos donde existen sindicatos fuertes que en los que no los hay. Es evidente que hay un acervo rico incorporado en los espacios donde hay un sindicato que se ha ocupado por trabajar en distintos aspectos que trascienden lo reivindicativo salarial. Cuando hay fortalezas a nivel sindical, esas fortalezas también se perciben en otros temas que les implican que implican diálogo y negociación". Además, el tema productividad y desarrollo "es un desafío que no se termina en este proyecto, al contrario, nos abre las puertas a seguir ampliando la mirada y nos recuerda la importancia del diálogo entre las partes". Antúnez informó que se ha estado trabajando en "algunos marcos en común" y en este sentido, los mapas funcionales que se elaborarán "van a dar una visión general".
Destacó especialmente que el proyecto esté liderado por mujeres en un ámbito históricamente asociado a hombres. "Somos cuatro mujeres de diferentes ámbitos y eso también nos coloca un lindo desafío. En general, los temas productivos vinculados a la industria han tenido una fuerte impronta masculina. Nosotras pensamos la perspectiva de género como algo que debería transversalizar a todo el movimiento sindical".
Sobre la experiencia desarrollada en las empresas participantes del proyecto Prodisoc, dijo que se han encontrado con que algunas tareas son asignadas a mujeres "por ser más cuidadosas y meticulosas" y este es un aspecto que, en cierta medida, no se imaginaban encontrar en el mundo industrial. Toda esta experiencia acumulada le ha servido también al equipo de profesionales para aprender y para incorporar conocimiento, según revelaron. "Mientras estamos trabajando en este proyecto nos estamos formando en el tema porque hay muchísimo para aprender. Y lo que creo es muy importante, va a generar herramientas de apropiación para los trabajadores y las trabajadoras, elementos que van a nutrirles para el diálogo tripartito y eso es vital. En general se pensaba que la productividad era algo para las empresas, tema de ellos. Nosotras y todo el equipo estamos dispuestos a demostrar que es imprescindible realizar un abordaje integrado, en diálogo de ida y vuelta, aprendiendo y conociendo los temas que nos implican. Y allí se entrecruza la visión de género, la salud laboral, la legislación laboral y otras temáticas. Son muchas dimensiones y todo ello fundamental poder incorporarlas para una mirada más profunda de las y los trabajadores".
En la misma dirección, Mendy dijo que, si bien los temas se suelen "separar" analíticamente, todos están relacionados.
La organización del trabajo, la productividad que se espera están relacionadas con la salud laboral. El esfuerzo, la postura, la forma de realizar la tarea puede afectar tu salud. Si te piden aumentar la velocidad de ejecución en una tarea repetitiva y manual tal vez te lesiones. Lo mismo sucede en el caso de la perspectiva de género y la división de tareas en la producción de bienes o servicios. Todo se relaciona con la vida y la salud, recordemos que solemos pasar más horas en nuestros trabajos que en nuestras casas.
La socióloga mencionó en clave de género que los mandatos históricos también pautaron el trabajo en la industria. "Quienes históricamente aprendieron a coser y a bordar fueron las mujeres, por eso a la hora de hacer determinadas tareas en la producción industrial, eran las preferidas por su destreza manual. Pero si todos hubieran aprendido a coser y a bordar, seguramente la historia habría sido otra y seguramente todos tendrían la misma destreza y motricidad fina para desarrollar algunas tareas".
Mendy subraya la importancia de conocer la producción y el llamado mapa funcional, “que implica una representación gráfica del conjunto estructurado de las funciones que son necesarias para cumplir los objetivos de producción, donde arranca, hasta donde llega, cuales son las capacidades necesarias para la realización de cada uno de los procesos de la unidad de producción o rama de actividad. Todo esto también implica discutir roles, construir en conjunto las idoneidades necesarias para la realización del trabajo. Y, desde el punto de vista de género es importante integrar también en las discusiones, muchas veces se discute el tema género separado de estos problemas que son productivos y que afectan en forma diferencial a mujeres y hombres. Por tanto, creo muy positivo que se analice y piense la realidad del trabajo, ver cada caso, cada empresa, cada rama incorporando la organización del trabajo, la estrategia empresarial, los criterios de productividad, las relaciones jerárquicas, viendo de qué forma las mujeres se involucran con estos temas, con su propio espacio de reivindicación asociado a esa realidad concreta”.
Textos: Alfredo Percovich
Producción: Viviana Rumbo