Estilo de vida y salud sexual
Más allá del factor hídrico, el doctor subrayó la influencia de otros componentes del estilo de vida, como la mala alimentación, el sedentarismo y el tabaquismo, que ya están científicamente comprobados como factores de riesgo para la disfunción eréctil.
Aunque a menudo se asocia la DE con causas psicológicas o enfermedades crónicas como la diabetes, este enfoque pone el acento en hábitos cotidianos subestimados, pero que tienen consecuencias significativas sobre la salud sexual masculina.
Hidratación como estrategia preventiva
Frente a esta realidad, Sharma recomienda mantenerse adecuadamente hidratado, idealmente bebiendo unos dos litros de agua diarios, en pequeños sorbos distribuidos a lo largo del día. También sugiere el uso de botellas recargables grandes, que faciliten una hidratación constante, especialmente para quienes tienen rutinas activas o pasan mucho tiempo al aire libre.
Otra sugerencia es la reposición de electrolitos, que puede hacerse a través de bebidas deportivas bajas en azúcar, agua de coco o sobres específicos, especialmente después de la exposición solar o el consumo de alcohol. Además, se aconseja incorporar alimentos con alto contenido de agua, como frutas y verduras, para complementar la ingesta líquida.
Este enfoque integral propone no solo una mejora en el bienestar general, sino también una prevención concreta de trastornos sexuales, muchas veces tratados únicamente desde lo farmacológico, sin contemplar los factores del entorno y del estilo de vida.