El presidente argentino, Mauricio Macri, endilgó a las próximas elecciones de octubre y al buen posicionamiento del que parte la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) la inestabilidad cambiaria que llevó a un máximo nominal el riesgo país y la depreciación del peso argentino.
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«Los mercados han dudado de nuestra convicción para seguir en este camino, pero con todo respeto a aquellos que piensan que cualquier pasado fue mejor, quiero decirle al mundo que hay una enorme mayoría de argentinos que no quiere volver atrás», dijo en diálogo con la emisora local de Rosario, Radiofónica.
El riesgo país superó el jueves por primera vez en la gestión actual los 1.000 puntos mientras el peso argentino se depreció un 5,7% con respecto al dólar.
Poco tiempo después el riesgo que mide el banco financiero JP Morgan bajó a los 957 puntos y el peso argentino retrocedió al final un 2,2 por ciento con respecto a la divisa extranjera.
Seguirá el mismo camino
Sostuvo Macri que su gobierno continuará «haciendo lo que hay que hacer desde las bases con un presupuesto equilibrado y con un Banco Central independiente que ya no fabrica billetitos para estafar a todo el mundo y que se ocupa de cuidar que haya una política monetaria ordenada».
Según el mandatario, el mundo «nos abrió los brazos y nos recibió con mucho afecto y entusiasmo» y así se evitó el riesgo de que el país se transformara «en una segunda Venezuela».
Pero la percepción de los mercados es diferente, consideró.
«Son tipos que están detrás de una computadora en un lugar lejano, que compran, venden y tienen que una visión de corto plazo, de oportunidad», explicó.
La incertidumbre económica argentina se produce en una coyuntura crítica para el Ejecutivo de Mauricio Macri, con una inflación interanual del 54,7%, una caída en la actividad económica desde el año pasado y una industria que funciona a la mitad de su capacidad.
La crisis económica en Argentina, que se desencadenó en abril de 2018 y que depreció la moneda local 109% desde entonces, llevó al Gobierno a pactar un crédito con el FMI por U$S 56.300 millones.