Con los datos globales presentados, el economista Daniel Olesker desarrolla en once puntos, los aspecto principales del documento y realiza algunas apreciaciones.
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1) El gasto final ha sido de 711 millones de dólares o sea 1.3% del PBI
2) A los gastos que publicaba mes a mes el MEF de protección y seguridad social, se agrego el refuerzo de ASSE los gastos , del MSP y el subsidio al transporte como los más relevantes.
3) Con ese gasto final según los monitores internacionales (CEPAL FMI Unión Europea) estamos en el nivel más bajo de América Latina y del mundo. En el grupo con parte de América Central y gran parte de África entre 0 y 2.5% del PBI.
4) En relación al gasto en protección social fueron 144 millones de dólares o sea 0.26% del PBI que significó 769 pesos por mes y por persona apoyada.
5) En relación al gasto de ASSE el refuerzo representó 2,5% de su presupuesto, con pandemia!!! y 90 mil usuarios más que 2019. Sin duda muy por debajo de sus necesidades.
6) En relación al déficit fiscal el aumento del déficit fue de 1.4% (de 4.8 a 6.2) también lejos de los mas bajos del mundo. Según los monitores que comenté, el promedio mundial de déficit fiscal era en 2019 de 3.8 (o sea déficit promedio ya alto) y subió 8 puntos a 11.8. En los países de ingreso medio, en que esta Uruguay, subió 5.5%. En Uruguay 1.4. Se muestra el aumento del gasto público. Se estimaba en la ley de presupuesto que el gasto primario i(es decir antes de pagar intereses de deuda) iba a aumentar 0,7%. Y aumentó 0,4% menos que la paupérrima estimación. Cumplir las metas fiscales lejos de un orgullo es una vergüenza.
7) Se informa que se garantizaron 506 millones de dólares de créditos. Obvio que salvo que nadie pagara el crédito, esto no es un gasto sino una garantía que pone a disposición el Estado. No se puede sumar al gasto y menos comparar con el PBI. Es un error técnico relevante. No se gastaron 1207 millones de dólares. No lo repitan. Se gastaron 711.
8) Se dice que lo peor ya pasó. Quizás para la macro. No lo podemos afirmar pero tampoco negar. Seguro que no para los trabajadores y los jubilados y en general para los que viven del mercado interno. Ellos van a tener un 2021 peor que el 2020. A estas empresas no les influye el precio de las materias primas ni el crecimiento de países que compran nuestras exportaciones, pues sus ventas están asociadas a lo ingresos de los hogares en el mercado interno que caerán.
9) Vayamos a los datos. En 2020 los salarios cayeron 1.5% y las jubilaciones lo mismo. Sin embargo en 2021 el aumento salarial rondará 4 a 4,5% (3% mas algo en julio en privados y 4,41 en públicos) y la inflación estimada es 6,9. O sea que la perdida en caso de cumplir la meta de inflación será del orden de 2,5% que es sin duda mayor a la de 2020. Para la clase trabajadora lo peor esta por venir y ello redundará en pequeñas empresas y trabajadores por cuenta propia que seguro venderán menos.
10) Cuando se analiza la reducción del gasto en 2020 el que mas se redujo (7,7%) fue la inversión pública y ello también repercutirá en el empleo y en las compras públicas y por ende en el mercado interno.
11) Por último se anuncia en el documento presentado balance y perspectivas. Sin embargo de perspectivas poco. Anuncios 0. Y lo mas relevante es que no se habla de salarios, ni en el balance ni en las perspectivas y no se habla del mercado interno. Se habla de una posible recuperación en el tercer trimestre de 2021 pero no se propone nada de como debería esa mejor economía impactar en trabajadores y pequeñas y medianas empresas.