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El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) se encuentra en medio de una polémica generada por las nuevas autoridades. Para responder por algunos de esos planteos la diputada y exsubsecretaria de Desarrollo Social, Ana Olivera, compareció en el estudio de Legítima Defensa.
Entrevistada por el periodista Leandro Grille, Olivera habló sobre las denuncias de armas, depósitos abandonados y contratos a Organizaciones No Gubernamentales (ONG), entre otros temas.
Sobre la presunta existencia de armas halladas en un caja fuerte del Mides, Olivera subrayó en primer lugar que “no debería haber ningún arma en el ministerio”.
Recordó que la cartera ocupa el edificio que perteneció al Banco de Crédito, uno de los que se llevó la crisis de 2002 y que allí hubo armas. Señaló que allí quedaron varias cajas fuertes y “en una de ellas aparecieron las armas”.
“En el séptimo piso el ministerio, donde ahora está el ministro, estaba la comisión liquidadora del Banco de Crédito. Esta comisión hizo un inventario y allí figuraban más de cien armas”, indicó.
Posteriormente en 2011 el inventario fue presentado a la directora general dando cuenta de la existencia de las armas. “Ante la pregunta de la directora general de si las armas aún continuaban ahí, se le dijo que no. Eso fue lo último que supimos”, agregó.
“Ahora aparecieron cuatro armas en la caja fuerte de este mismo funcionario que había firmado el inventario y esto está ahora en la justicia”.
En el séptimo piso el ministerio, donde ahora está el ministro, estaba la comisión liquidadora del Banco de Crédito. Esta comisión hizo un inventario y allí figuraban más de cien armas”
Sobre los depósitos Olivera recordó que no hubo una transición ordenada. “La única transición que hubo fue con el ministro, el subsecretario y el director general. Nosotros aspiramos a que hubiera transición entre direcciones. Porque hay mucha cosa que lo iban a ver director con director. Llegó el primero de marzo y no había direcciones. De hecho han tenido dificultades para nombrar directores”.
Muchos depósitos
“Hay muchos depósitos en el Mides”, subrayó. “Hay stock porque además el Estado, en general, compra a través de una Unidad de Adquisiciones central porque compra más barato. Por eso el Mides compraba un millón y medio de pañales anualmente. Se encontraron 23.000 pañales en un depósito que no es un basurero. En un depósito se guarda un stock”.
“Hay depósito de sillas de ruedas y otros elementos vinculados con la discapacidad. Están inventariados. A finales del año pasado recibimos varios contenedores de esa fantástica ONG de Noruega en la que está el uruguayo Carlos Caballero, que ha sido un increíble el apoyo. Hay material que está en desuso porque estos materiales no tienen en muchos casos repuestos en plaza y se utilizan para eso. Y hay material que es absolutamente específico. Allí hay sillas, camas, almohadas especiales, sillas de ruedas de todo tipo”.
La única transición que hubo fue con el ministro, el subsecretario y el director general. Nosotros aspiramos a que hubiera transición entre direcciones. Porque hay mucha cosa que lo iban a ver director con director. Llegó el primero de marzo y no había direcciones. De hecho han tenido dificultades para nombrar directores”
Otro elemento fue el de la leche en polvo hallada en un depósito. Olivera explicó el origen desea leche, que es leche en polvo fortalecida con hierro. El Mides hasta 2016 compraba 120.000 kilos anuales de leche en polvo. “Estaban destinada a familias que tenía la Tarjeta Uruguay Social y tenían niños de hasta cuatro años. En la tarjeta estaba cargado. Cuando iba al comercio de barrio que además del dinero que tenía para la compra de alimentos y artículos de higiene que podía llevar una bolsa de esta leche. En 2016 nos dimos cuenta que la leche quedaba en las góndolas, que a veces se revendía, a veces se vendía y decidimos retirar esa leche y colocarle en la tarjeta el equivalente que era de $215”.
Por lo tanto el dinero “se le cargo a la tarjeta y se fue retirando de las góndolas y llevando al Mides esa leche. La que no estaba vencida se entregó en el INDA. La vencida se entregó a unos productores rurales con fines no alimentarios y quedaron 150 kilos que deberían, y no fue así, ser entregados para la destrucción, porque los alimentos vencidos deben ser destruidos”.
En otra parte de la entrevista, Olivera hizo alusión a los programas que se están descontinuando. Puso como ejemplo el programa denominado Cercanías que atiende a 1.600 familias.
“El programa cercanías se descontinúo. Lo están reformulando. Están viendo que van a contratar personas que van a suplir lo que se hacía con organizaciones no gubernamentales. Mientras tanto sin cientos de familias que estaba en un proceso de atención, que ya no la tienen”.
