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Salarios |

Mercado interno se verá también afectado

Pautas salariales, duro golpe a los ingresos

La semana pasada el Poder Ejecutivo presentó sus pautas para negociar un convenio colectivo por un año. Estas establecen ajustes por debajo de la inflación, razón por la cual los ingresos de los trabajadores, y en consecuencia de los pasivos, tendrán una fuerte caída.

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“Hay un ajuste duro, a la baja”, sentenció el senador del Frente Amplio Daniel Olesker al analizar los lineamientos del gobierno. En consecuencia, habrá menos ingresos, menos compras y esto repercutirá en el mercado interno el que, a juicio del legislador y economista, se derrumbará.

Parece de Perogrullo, pero no está de más recordarlo: si los trabajadores y jubilados ganan menos, es evidente que comprarán menos. Menos alimentos, menos calzado, menos vestimenta. Menos todo. Y en consecuencia quienes perderán serán los pequeños comerciantes, los que viven del mercado interno, las almacenes de barrio, los autoservicios, los zapateros, tiendas, quioscos. También el transporte público, los taxis. Todos los que viven de su trabajo perderán. Es el ajuste que se viene. Un ajuste “duro”, al decir del senador y economista Daniel Olesker.

Eso queda en evidencia en las pautas para la negociación salarial presentadas la semana pasada por el ministro de Trabajo, Pablo Mieres. De su aplicación, a la luz de la realidad actual con carestía de los alimentos, aumento de la inflación y el desempleo, queda en claro que habrá una notoria rebaja salarial. Incluso el propio gobierno reconoció que este año habrá un deterioro del salario real que continuará el año que viene.

Dichas pautas solo conformaron al empresariado, no así a los sindicalistas y a la oposición. Para el senador Olesker, las pautas “son francamente negativas”.

Olesker dijo a Caras y Caretas que las pautas “empiezan con el aumento cero a julio. El correctivo no lo incluyo porque ya estaba incluido en los convenios salariales. El correctivo es parte de los convenios 2018-2020. Ya fueron acordados en julio de 2018 y su objetivo era proteger los salarios, y vaya si los protegieron con esta disparada inflacionaria. Pero ese aumento que se da el 30 de junio, que más o menos va a andar entre 5% y 7%, no forma parte de esto”.

El referido correctivo fue anunciado por el gobierno como parte de la pauta, sin embargo, como indicó Olesker, esta ya estaba prevista en los convenios colectivos firmados en 2018.

Estas pautas empiezan con el ajuste adicional de julio y el ajuste adicional es cero. La primera vez en la historia moderna del país, desde que se recuperó la negociación colectiva en 2005, que un convenio arranca sin aumento salarial. De julio a diciembre todo será pérdida para los trabajadores.

El legislador, que fuera asesor del Instituto Cuesta Duarte, agregó que, “en segundo lugar, en enero viene un ajuste de 3%. El indicador que se utiliza es la relación entre cotizantes de la rama de actividad respecto a un año antes. Quienes tienen menos de 90% de cotizantes tienen que esperar hasta abril porque el empleo cayó. Si tienen más del 90%, tienen que esperar hasta enero. ¿Y si tuvieron 110% de cotizantes? O sea que el empleo creció en ese sector, porque hay sectores en los que creció el empleo, ¿Por qué tienen que esperar hasta enero el aumento? Hacen una categoría mala, una regular, pero la buena no existe. Entonces ahí va a haber pérdida salarial”.

“Otro aspecto es que en junio se va a dar otro correctivo. Pero lo inventan. No es como un correctivo normal: inflación menos ajuste salarial. Si hay 3% de ajuste y la inflación es de un 10%, en junio iría a recibir un 7% de ajuste. Pero inventan un correctivo al que le descuentan la caída del producto. Dicen: ‘Si el producto cayó un 4%, los trabajadores deberían tener el mismo tratamiento que la economía en general’. Cosa que es una socialización de pérdidas que no necesariamente se va a transformar en socialización de ganancias porque no dice cuándo se va a recuperar. Afirman que si la economía crece, se va a empezar a discutir la recuperación. O sea que se garantiza que con este convenio va a haber caída del salario real de los trabajadores privados”, agregó.

Recordó que esta propuesta repercutirá negativamente en las jubilaciones y pensiones. “Imaginemos, además, que esto va a influir mucho sobre los jubilados. Porque si en 2020 va a caer el salario real, las jubilaciones que se ajustan en enero de 2021 van a estar afectadas. Y como en 2021 va a volver a caer el salario real, las jubilaciones que se ajustan en enero de 2022 también van a volver a perder poder de compra. Esto es un encadenamiento”, subrayó.

Indicó que “si durante 15 años el país conoció un encadenamiento virtuoso, porque aumentaba el salario y eso se encadenaba con las jubilaciones, acá es un encadenamiento vicioso porque van a caer los salarios y también las jubilaciones”.

Remarcó que el ajuste de enero significará una pérdida de salario, ya que a su juicio no se cubrirá la totalidad de la inflación del semestre. Precisó que el aumento de precios al consumo (IPC) “no va a ser un 7% porque ya fue casi un 7% en el primero. Pero aun si fuera, como dicen ellos, que aseguran que el aumento va a ser 3% en enero porque la inflación va a andar en ese entorno -cosa que no creemos-, no se llega. Pero vamos a suponer que fuera así; igual hay pérdida porque lo que sucede en julio es que se ajusta el salario por la diferencia con inflación -en los convenios anteriores se ajustaba por inflación futura-, pero como ese ajuste no está, lo que va a pasar es que es todo pérdida y, aunque se recupere, una parte va a seguir siendo pérdida”.

 

La vida cotidiana

Al tener efecto sobre el salario y también sobre las jubilaciones, las pautas impactarán sobre el mercado interno provocando dificultades y un achicamiento. “Recordemos que en Uruguay, entre asalariados y jubilados, tenemos unos dos millones de personas, quiere decir que lo que pasa en la vida cotidiana con los empresarios depende de lo que cobren trabajadores y jubilados. En ese caso se va a desplomar el mercado interno”.

“Pero es coherente con la política del gobierno”, sentenció. “El gobierno dijo ‘no voy a gravar el capital porque me interesa el malla oro’. Pero el malla oro no trabaja para el mercado interno. El malla oro exporta. Y a ese le va a ir bien, va a empezar a exportar de vuelta, le van a empujar un poco más el dólar, los costos salariales se le van a desplomar, todo a diferencia de las empresas que trabajan para el mercado interno, las del pelotón”.

Más allá de diferencias, Olesker recordó algunas similitudes con el gobierno de Mauricio Macri en Argentina. “Macri bajó los salarios reales, no sé si a través de este mismo mecanismo, pero esto es muy similar en términos de resultado. Desde el punto de vista de la caída del poder de compra de los ingresos de los trabajadores, es lo mismo”.

Pero además “es muy parecido a lo que se hacía acá en los 90 con los ajustes de salario que ni siquiera eran por convenio. Incluso acá hay un incumplimiento de promesa electoral, porque el gobierno había dicho en la campaña electoral que no iba a provocar la caída del salario real. Ese fue un compromiso que asumió. De hecho, el día que se reunieron con los públicos, se volvió a reiterar ese compromiso. Pero lo volvieron a repetir luego de que a los privados se les dijo que se iba a reducir el salario real. Y con los públicos no sabemos. Los públicos tuvieron aumento en enero de 8,75% y en junio ese aumento va a quedar consumido. ¿Qué va a pasar en enero? No sabemos. Hay una disposición aprobada por nuestro gobierno en 2010 que es el compromiso de mantener el poder adquisitivo de los salarios del sector público. Pero viene la ley de Presupuesto y no sabemos. Es todo incierto”.

 

Conflictividad

Para el senador es probable un escenario de conflictividad, aunque este dependerá de la actitud que los distintos actores asuman. El martes un estudio elaborado por la Universidad Católica pronosticaba un aumento de la conflictividad sindical para los próximos meses. Las pautas y la inevitable caída de los salarios hacen esperar ese escenario. No obstante, Olesker entiende que “eso dependerá de cómo reacciona cada parte. Creo que efectivamente el movimiento sindical está muy afectado con esto, la Onajpu también. Pero además la suspensión del sorteo para las cooperativas de vivienda en junio, que en principio no se sabe para cuándo pasó. Creo que hay un ajuste duro, a la baja”.

“Si uno hace un mix entre la LUC, la negociación colectiva y lo que asumo que va a venir en la ley de Presupuesto -en la LUC se aprobó una regla fiscal muy restrictiva-, formamos un triángulo que va a concentrar la riqueza y va a perjudicar a la clase trabajadora”, subrayó.

“Siempre recuerdo que tanto cuando vinieron a comparecer por la LUC como cuando hablaron de las pautas, la Confederación de Cámaras Empresariales estaba muy contenta. Incluso dijeron que había muchos avances aunque insuficientes. Querían más. Y con las pautas también manifestaron su acuerdo. Esto tiene un contenido ideológico, pero también de favorecer a un sector de la sociedad que está representado básicamente por el capital”, concluyó.

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