¿Cuál es el primer balance una vez culminado el ciclo electoral?
Ya culminado este ciclo electoral, empieza el tiempo efectivo de gobierno, que más o menos dura 4 años, hasta junio de 2029. Lo primero que me parece importante analizar es cómo el ciclo electoral deja trazado el mapa político y cómo debe posicionarse el gobierno ante ese mapa; en cifras gruesas, hay una masa crítica frenteamplista del 39 %, que es lo que obtuvo ahora y coincide con lo que había obtenido en la elección nacional anterior, en octubre de 2019. Esa es la masa crítica y firme del FA. En el área de enfrente, lo que podemos llamar “la Coalición”, hay otra masa crítica del 46 %. Una coalición que todavía no está armada, que en algún lado funcionó como tal y en otros no, que esencialmente está conformada por los dos partidos tradicionales y algunos partidos de menor porte; ese 46 % es lo que obtuvo Álvaro Delgado en el balotaje. Hay otro 3 % sólido, que podemos llamar de automarginados, que vota sistemáticamente en blanco o anulado. Entre estos tres grupos tenemos el 88 % de la ciudadanía.
¿Cómo se compone el otro 12 % del electorado?
Hay un 5 % que no está con ninguno de los dos y está en contra de ambos; que confluye en su nítido apoyo al "sí blanco", el de la reforma de la seguridad social. Se volcó casi totalmente a Orsi en la segunda vuelta y es muy probable que apoyase a Orsi o al gobierno si lo entiende como un gobierno disruptivo, pero no apoyaría una línea que suponga continuidades de la política económica de los últimos veinte años. Otro 5 % son votantes críticos del Frente Amplio, que votaron al FA en el pasado octubre y no en el 2019, votaron a Orsi y a Daniel Martínez en los balotajes, y no votaron al FA en las departamentales y municipales del 11 de mayo. Por lo tanto, su relación con el Frente no es acrítica, es un conjunto moderado que no acompañaría al gobierno en políticas disruptivas. Y hay un último 2 % del electorado que es votante de partidos de la Coalición (en general no blancos) que en opciones dicotómicas binarias no apoyan a la Coalición y en noviembre votaron a Orsi. Ese 1,5-2 % apoyaría al gobierno en políticas más tendientes a la continuidad de la línea económica. Es esencial ver este mapa para gobernar, no solo como mapa histórico de la elección. Hay que entender que este 12 % no es sumable en el apoyo al gobierno: o el gobierno pasa del 39 al 44 en una línea disruptiva, o pasa del 39 al 46 en una línea continuista. En ningún caso tiene asegurado el apoyo de la mayoría de la ciudadanía. Esto no tiene nada que ver con los respaldos parlamentarios.
¿Cómo se refleja esto en el mapa electoral?
El mapa de estas elecciones resulta muy crudo. Se observa un país metropolitano que tiene comportamientos diferentes al interior puro. Es un tema estructural, cultural, no es un tema de campaña electoral. Tabaré Vázquez y, más aún, Mujica lograron romper eso, pero no se ha logrado sostener en el tiempo. Tengo la percepción de que el Frente Amplio volvió a "metropolitanizar" o "montevideanizar" su discurso. No el discurso de eslóganes, sino su cabeza. El pensar todo el país como Montevideo y su área metropolitana, que es casi todo Canelones y un pedazo de San José. Eso le crea una lejanía de su propio discurso, y explica por qué no tiene llegada en buena parte del país.
Pero ese fenómeno no ocurrió en Lavalleja.
En Lavalleja se produjo un fenómeno interesante. El Frente logra la intendencia, que importa desde el punto de vista del poder departamental. Pero lo realmente importante en términos sociológicos no es el resultado en sí, sino que entre mayo y octubre el Frente Amplio cae en 17 de 19 departamentos (incluyendo Montevideo y Canelones), sin embargo en Lavalleja crece 8 puntos porcentuales y también en Río Negro, aunque algo menos. En Lavalleja todo el crecimiento del FA fue hacia la figura del médico Daniel Ximénez. Podría tratarse de un fenómeno personal, pero también de un tipo de personaje al que el Frente debe prestar atención. Un médico en ejercicio, cercano a la población, que genera confianza. Es un fenómeno electoral con explicaciones profundas. No fue por tener el mejor jingle ni el mejor eslogan, ni hacer más denuncias o formular más ataques. Fue porque generó credibilidad y creó expectativas.
Tomando en cuenta estos datos, ¿ cómo fue el desempeño del Frente Amplio en esta elección departamental?
El escenario general es de poco cambio. Pero lo hubo. No fue buena para el FA, que retrocede 5 puntos porcentuales, del 44 % de octubre al 39 %, y también retrocede algo en relación a las departamentales de 2020: pasa del 40 % al 39 %. Aunque gana una intendencia y la pierde el PN. Importa destacar que hace cinco años creció un punto de las nacionales de octubre a las departamentales; por lo tanto, la diferencia de estructura en las competencias no explica la caída actual.
¿Cómo explica esa pérdida de votos?
Yo adhiero a una concepción estructuralista del voto. El voto no es un acto aislado, sino un resumen de la cosmovisión que tiene una persona sobre cómo quiere que sea la sociedad y el ser humano. Esa visión se traduce en el voto. El voto refleja como mínimo todo el periodo de gobierno, no sólo la campaña electoral. El Frente llegó a tener más del 50 % del país y hoy queda con una masa crítica del 39 %. Pero es muy importante que cayera en las capas medias independientes, que fueron uno de sus sectores básicos de origen. Son profesionales, pequeños y medianos empresarios, trabajadores por cuenta propia. Ese sector tiene concepciones distintas al trabajador asalariado y requiere enfoques específicos, muchas veces contradictorios con otros sectores y con las políticas globales del partido.
¿Y cómo fue el desempeño de la Coalición Republicana?
La elección tampoco fue buena para la Coalición ni para el Partido Nacional. Éste pierde una intendencia (aun contando la de Salto, que la ganó el conjunto Coalición Republicana), pasando de 15 a 14. Ya había retrocedido en octubre: perdió 1 banca en el Senado y 2 bancas en Diputados. En Montevideo fracasó el mismo intento de coalición, con distinto nombre, en 2015 (Concertación), 2020 (lema Partido Independiente) y 2025. Siempre quedó en una relación de 4 a 5 con el FA. En Canelones el primer intento también fracasó. Solo tuvo éxito en Salto. En la elección municipal también retrocedió en Montevideo, ya que de los 3 municipios que obtuvo en 2020, conservó dos y perdió uno. En cambio, en Canelones se benefició en la elección municipal, al crecer en cantidad de alcaldes. El esquema de las elecciones departamentales concentra la elección en dos partidos. Ello, sumado al esquema de coalición, perjudica al Partido Colorado, que queda por debajo del 10 % en todo el país. En Montevideo obtuvo menos del 5 % cuando en octubre había superado el 13 %.
Se van a cumplir tres meses desde el inicio del gobierno de Yamandú Orsi. ¿Cómo los analiza?
Es un gobierno que ha encontrado áreas en situaciones más complicadas de lo que esperaba. Ha formado equipos técnicamente fuertes. El equipo económico genera algunas disonancias internas por su concepción, pero es muy sólido técnicamente. En política exterior, hay reposicionamiento y un equipo de gran solvencia. El Gobierno tomó nota de que el eje del mundo cambió, y que Asia y los BRICS tienen un peso relevante. En seguridad pública se eliminó el discurso simplista. Se asumió que la inseguridad es un fenómeno estructural. Ahora falta dar señales claras sobre cómo se va a actuar y en qué plazos. En líneas generales el gobierno llegó con menos planes de los que pensaba que tenía, aunque en algunas áreas, como la salud, sí se exhiben planes claros. En otras, parecen estar haciéndose sobre la marcha.
¿Cuáles son los principales riesgos políticos del gobierno?
El riesgo es que se genere desilusión o incertidumbre. Es fácilmente evitable si el Gobierno da señales claras. Fue necesario haber cortado la línea de que gobernar es hacer marketing, de esto hay hartazgo y malos resultados electorales. Lo importante es que haya mensajes creíbles sobre lo que se va a hacer, cómo y en qué plazos.
¿Qué ocurre con las tensiones dentro del Frente Amplio?
El Frente, que no es una coalición sino un partido político de tipo complejo, al igual que cada uno de los tradicionales, tiene por un lado un programa aprobado por el Congreso y un discurso en igual sentido sostenido a lo largo de los años, pero por otro lado hay anuncios que no siempre coinciden con ese programa y a veces son opuestos. La mayor diferencia está en el área económica. Hay dos modelos que se tensionan dentro del Frente: uno más disruptivo y otro más de continuidad de los últimos 20 años. La línea definitiva del gobierno se va a ver cuando se presenten las pautas salariales y, con más claridad, cuando se envíe el presupuesto al Parlamento. Eso indicará el rumbo para los próximos cinco años.
¿Qué impacto tuvo el ciclo electoral tan largo?
No hay “primeros 100 días de gobierno” si hay elecciones a los 70 días. Se puede decir que los primeros 100 días empiezan ahora. Estos próximos primeros cien días son clave para evaluar las perspectivas de este gobierno. Igual, 70 días de gobierno no impactan ni para bien ni para mal en las elecciones, salvo que ocurran tsunamis. Lo que parece claro es que Uruguay debería revisar su cronograma electoral: acortar la transición, no superponer elecciones con cambio de gobierno.
¿Se equivocó el Frente Amplio en sus diagnósticos?
Sí, los errores comienzan a gestarse hace tres años, con el referéndum contra la LUC. Desde entonces se habló de ganar la presidencia en primera vuelta cuando no era necesario y no había ocurrido ni con Mujica ni con el segundo Vázquez. Se consideraba que el piso del FA estaba en el 47 % y que sí o sí ganaba a la suma de partidos de la coalición multipartidaria. Se descalificaron las señales en sentido contrario. Finalmente se encontró con quedar 3 puntos porcentuales por debajo del 47 % y perder por casi 4 puntos con la suma de partidos de la coalición multipartidaria.
Para las elecciones departamentales se pensó que el piso era el 44 % y obtuvo el 39 %. Se consideró que había empate técnico en 5 departamentos y solo lo hubo en Lavalle; en los otros cuatro quedó por entre 14 y 16 puntos debajo (Salto, Soriano, Florida y Rocha). Se dijo que el FA peleaba otros 4 departamentos, por estar de 3 a 5 puntos abajo, y perdió por 15 puntos en San José y por entre 21 y 27 puntos en Paysandú, Colonia y Durazno. Fueron errores muy gruesos de diagnóstico, tanto ahora como hacia el año pasado.
¿Qué análisis debe hacer el Frente Amplio hacia adelante?
Un análisis profundo, multidisciplinario y sin apasionamiento. Buscar ver cómo es la realidad y no cómo le gustaría a uno que fuese la realidad. Tampoco subestimar y caricaturizar al otro. No valorarse a sí mismo por las intenciones y juzgar al otro por sus acciones. Se necesita autoconocimiento y estudios serios sobre cómo piensa y actúa la sociedad. No sirven ni la intuición ni la visión militante. Ver qué más le sirve al FA, al gobierno y al país, si la línea de diálogo y conciliación que impulsa el presidente Orsi, o la línea de confrontación y denuncia que se impulsó desde la estructura central.
¿Qué lugar ocupa José Mujica en la historia política reciente del Uruguay y del Frente Amplio?
Sin duda ocupa un lugar relevante en un podio de figuras de alto relieve y trascendencia de todos los partidos políticos, con concepciones diferentes, que proyectaron en el mundo a este país pequeño y lejano. En el Frente Amplio sin duda hay un papel significativo de Líber Seregni en su construcción, resistencia y sobrevivencia, y uno diferente que marca Mujica en su última etapa, que genera una cultura distinta; entre el uno y el otro, el lugar de Tabaré en la llegada de la izquierda al gobierno.
¿Cuáles son los aspectos más duraderos de su legado, tanto a nivel simbólico como en términos de políticas concretas?
A nivel simbólico el mayor legado de Mujica son los valores franciscanos, el de la pobreza digna, o más exactamente, el vivir de manera austera, el no quedar prisioneros de necesidades excesivas o superfluas; y el dar valor a la vida y generar esperanza. En políticas concretas sin duda el legado duradero de su gobierno fue la inconclusa agenda de derechos, como la parcial despenalización del aborto, la igualdad de la pareja en el matrimonio, el casamiento entre personas del mismo sexo y su derecho a la adopción de niños, la liberación del consumo de cannabis. Y sin duda el haber puesto de manera positiva a Uruguay en el mapa a nivel de grandes multitudes de todas las regiones y continentes, particularmente en los jóvenes, estudiantes y universitarios.
¿Cómo influye su ausencia en la interna del Frente Amplio y en el actual gobierno de Orsi?
En el último lustro mueren Tabaré Vázquez, Danilo Astori y José Mujica. Desaparece así una generación que en forma sucesiva o simultánea condujo al Frente Amplio desde que comienza a desvanecerse el liderazgo de Seregni, pero que además se entroncó con figuras fundacionales del Frente Amplio. La desaparición de Mujica se da cuando su herencia política queda toda ordenada. El MLN, el MPP, el Espacio 609, la Lista 609, el sublema “Por un Uruguay para la gente” es una construcción en varios niveles, como una especie de matrioshka que, según el nivel que se tome, eligió desde 9 hasta 12 de los 16 senadores del Frente Amplio y desde casi 30 hasta 42 de sus 48 diputados, además del presidente de la República. Por tanto, el futuro del Frente Amplio ha quedado muy ligado al futuro de este conjunto. Mujica como tal deja dos grandes figuras que no son competitivas entre sí por razones de tiempo político, como Yamandú Orsi y Alejandro Pacha Sánchez, además de una pléyade de figuras propias del MPP o de los distintos elementos y niveles del conjunto que se van a conjugar con importantes referentes de las otras corrientes frenteamplistas, todas ella como producto de un proceso general de renovación. Muere apenas asumido su sucesor político, así como Luis Alberto de Herrera murió apenas asumida su sucesión política. Qué pase en el futuro dependerá de cómo le vaya al gobierno en sus realizaciones, particularmente en dar respuesta a las demandas y necesidades de la gente, y en la capacidad de los herederos en llevar adelante las políticas.
¿Qué desafíos enfrenta el progresismo uruguayo sin la figura de Mujica?
Si por progresismo entendemos el Frente Amplio y lo que lo flanquea, quizás su mayor desafío es la definición de su pensamiento en un mundo que está en un acelerado proceso de cambio. Hay agendas en disputa relacionadas con el papel o no papel de las clases sociales, la nueva agenda de derechos, el ambiente, el rol de los Estados en un mundo de prevalencia de los grandes conglomerados económicos y financieros, el nuevo peso que adquiere Asia. En el caso uruguayo, los desafíos de la pobreza en un país de alta renta, la calidad de la educación, el déficit cualitativo y no cuantitativo de vivienda, la crisis demográfica.