Esa historia deja sumergida en el olvido otra historia que bien merece una placa como sitio de la memoria; fue cárcel para algunos de hasta seis meses, de los marinos y oficiales que participaron de la resistencia al golpe de estado de febrero de 1973, ocupando militarmente la ciudad vieja.
Según los denunciantes, los gastos necesarios para el funcionamiento del buque y su tripulación están contemplados en el presupuesto que recibe la Armada Nacional. Por tal motivo, genera dudas la actividad a realizarse el 15 de febrero en Punta del Este.
Ese día se realiza el lanzamiento oficial de la vela pintada por la artista plástica Agó Páez Vilaró del buque escuela “Capitán Miranda”. Además, se hará un merecido reconocimiento al Capitán Miranda por sus 94 años de destacada trayectoria. “Emprenderemos un viaje que nos llevará a Punta Ballena, una experiencia única que se desarrollará en el marco de un cocktail con variada gastronomía local, buena música, entre otras sorpresas, acompañando un atardecer de reencuentro y camaradería”.
La actividad es organizada por Juan Herrera Producciones y el costo del “ticket” para participar del evento es de U$S 200 por persona, aunque se solicita hablar de “donación”.
Si se estima una participación cercana a las 80 personas, más la gente que pueda comprar y no asistir, hay unos U$S 16.000 de recaudación que no queda claro si van hacia las arcas del buque, de la Armada o si es para financiar la actividad y, en ese sentido, es interesante conocer la comisión que podría obtener Juan Herrera Producciones.
Juan Herrera Producciones es una empresa con más de 20 años de trayectoria que se dedica a comunicar, difundir, promover y realzar, con estricta profesionalidad, la imagen de las compañías y productos más importantes del país. Esta actividad con el buque Capitán Miranda se integra a la lista de más de 200 empresas privadas y varios organismos públicos donde Juan Herrera Producciones ha realizado trabajos.
La plata se deposita en cuentas del Banco Santander y otras cuentas bancarias a nombre de Magdalena Salles, integrante de Juan Herrera Producciones, por lo que en realidad es interesante saber cuánto dinero retorna a la Armada o cubre los gastos de la productora en una actividad realizada en un buque del Estado uruguayo.
La Asociación de Amigos del “Capitán Miranda” es un grupo de oficiales y amigos del buque escuela de la Armada Nacional del Uruguay que para los viajes se encarga de salir a buscar el aporte de empresas. Por ejemplo, cuando el buque llega a un puerto y va a recibir la visita del embajador u otra autoridad, se lo agasaja con productos de empresas nacionales en la gastronomía.
De operativas a Uber
La actividad fue autorizada por el COMAR (Comando General de la Armada), que aportará, para trasladar a los visitantes al buque, dos lanchas metal shark de más de medio millón de dólares cada una, pertenecientes a Infantería de Marina, que los denunciantes señalan como un servicio de “Uber VIP”. Esas dos lanchas forman parte de un total de cuatro que la Oficina de Cooperación de Defensa de Estados Unidos donó a Uruguay para sus misiones de paz en el Congo pero que están fondeadas porque no había presupuesto para utilizarlas en Uruguay, según nuestras fuentes.
Además de las horas hombre de la tripulación, esas lanchas consumen unos 2400 litros de combustible, y aunque salieran del puerto de Punta del Este no queda claro si fueron llevadas en remolque o salieron del puerto de Montevideo hacia el de Punta del Este. Son modelo Defiant 32, miden 9,75 metros de eslora, son propulsadas por dos motores fuera de borda que les permiten alcanzar velocidades de 40 nudos y su construcción se concreta en aleación de aluminio, a fin de garantizar muchos años de utilidad. Son ampliamente empleadas en el mundo por fuerzas de seguridad, particularmente en Estados Unidos, donde fuerzas policiales y militares cuentan con ellas para patrulla de lagos, ríos y áreas costeras.
Pueden navegar perfectamente de Montevideo a Maldonado en un par de horas. De hecho, debe ser una experiencia interesante avanzar a unos 70 u 80 km/h sobre el agua, misma velocidad que pueden desarrollar si necesitan interceptar otra embarcación o asistir a un rescate.
Para patrullar, la velocidad que normalmente emplean es menor, pues así ahorran combustible y disponen de mayor autonomía, pero en vez de patrullar harán servicio de traslado de pasajeros y una de las molestias de funcionarios de la Armada es que unidades operativas no cumplan su rol.
Fiestas privadas
Organizada por el Yacht Club Punta del Este, una fiesta privada el 11 de enero pudo terminar en tragedia; si bien no hay que lamentar víctimas, una embarcación terminó siendo fondeada por quedar inutilizada luego de que una tripulación hiciera entrar agua por sobrecarga de pasajeros.
Dos botes estaban siendo utilizados para trasladar civiles al Capitán Miranda y a la Isla Gorriti; 8 tripulantes en el "sillinger" y 6 en el "Nueva Era", que se hundió por exceso de tripulación.
Según los denunciantes, "Prefectura autoriza a embarcaciones del Yacht Club Punta del Este a trasladar civiles a una fiesta. No llevan chalecos salvavidas. Las embarcaciones son para aguas confinadas, no autorizadas para traslados fuera del espejo de agua del puerto. El Yacht Club usa el Capitán Miranda pagado por los contribuyentes para fiestitas privadas de los millonarios".
En las imágenes que difundió Caras y Caretas en su página web se puede visualizar a parte de una tripulación civil ascender al buque sin ningún tipo de elemento de seguridad.
En el rescate de los náufragos participaron un funcionario de la ESNAL y un oficial. El bote que vino es el Zodiac del Miranda. Dejaron en la isla a los que llevaban y volvieron a la lancha por los 6 náufragos.
El dueño del bote Nueva Era, valorado en unos 8 mil dólares, no fue notificado del accidente, según los denunciantes. Las mismas fuentes denuncian que "dos empresas de tráfico radicaron la denuncia y el prefecto de Punta del Este la cajoneó porque fue él mismo el que autorizó el traslado irregular".
Armada vs. empresa
Según los denunciantes, "subieron seis personas al bote, no abrieron el espiche, no bajaron ninguna de las dos colas de pato y tampoco prendieron la bomba de achique. Empezó a embarcar agua y se terminó hundiendo. Terminaron los seis flotando en el agua con el chaleco salvavidas. Los rescató una lancha de tráfico. No dijeron nada de nada". Sostuvieron, además, que la Armada busca responsabilizar a la empresa, alegando que el bote no tenía reserva de flotabilidad, algo que es falso ya que el PAD (Poliuretano de alta densidad) no es necesario que tenga reserva de flotabilidad por ser un material que flota de por sí. Una de las medidas a tomar fue desarmar el motor y hacer el motor nuevo.
El insuceso no ha sido notificado en las páginas web de la Armada o del Yacht Club de Punta del Este y esperamos la versión oficial de la Armada Nacional sobre el incidente y sobre las características de la actividad del 15 de febrero.